El alto costo de los tratamientos estéticos, cirugías vasculares y oftalmológicas o la falta de cobertura de las mutualistas en Uruguay ha llevado a muchos ciudadanos a buscar alternativas más económicas en el extranjero. Argentina, con su sector de salud altamente desarrollado y tarifas médicas competitivas, se ha convertido en un destino atractivo para quienes necesitan procedimientos médicos.
Los ahorros pueden ser significativos, con diferencias de costos que oscilan entre el 30% y el 70% en comparación con Uruguay. Esta disparidad ha llevado a una creciente cantidad de pacientes uruguayos a viajar al otro lado de la frontera en busca de cirugías plásticas, tratamientos dentales, cirugía bariátrica y otros procedimientos médicos.
Patricia, ciudadana uruguaya y paciente de COSEM, contó a Sala de Redacción que debía operarse de varices y comenzó con un problema cardiovascular “enorme”. Al consultar en su sociedad médica le dijeron que no cubría la cirugía endoscópica pero si la tradicional. La cirugía tradicional para las várices implica realizar incisiones en la pierna y extirpar o ligar las venas afectadas. En cambio, la cirugía endoscópica utiliza un endoscopio para cerrar las venas problemáticas sin necesidad de cortes y por lo tanto es menos invasiva.
La endoscopía que Patricia necesitaba se la cotizaron en 3800 dólares -por cada pierna- en un centro de cirugía vascular uruguayo, mientras que en el hospital Finochietto del país vecino y “con la mejor cirujana vascular, la doctora Rosana De Pedro”, “me costó 2000 dólares las dos piernas”. De Pedro es cirujana cardiovascular, especialista en flebología, linfología y en láser vascular, según señala en su perfil de Linkedin.
“La verdad es que el turismo médico existe y más con el cambio que nos favorece”, reflexiona Patricia. Además, mencionó la diferencia de precio entre las cirugías estéticas y dio el ejemplo de las ampollas de bótox: “tengo amigas que cruzan (a Argentina) a ponerse bótox e hilos tensores” y destacó que una ampolla de este producto en Argentina cuesta 50 dólares, mientras que en Uruguay cuesta 380 dólares.
“La otra experiencia que tengo es la cirugía de mi hija, que fue un implante mamario. Acá la cirugía común y corriente costaba 4500 dólares y en Argentina costó 3000 dólares. Te dan hasta un apartamento para la paciente y hasta tres personas más para que te quedes una semana, sin cobrártelo extra”. Asimismo explicó que la intervención también cubre medicamentos y chequeos.
El cirujano uruguayo que operó a su hija viene una vez cada 15 días a Pocitos y “nuclea” a todos los que se quieren intervenir con él, ya que tiene su residencia y matrícula en Argentina. Una vez realizada la entrevista y si el paciente queda conforme, se coordina el procedimiento para operarse en Buenos Aires. Sala de Redacción intentó comunicarse con el médico y no obtuvo respuesta.
Cecilia, comerciante uruguaya, contó su experiencia en base a una intervención oftalmológica. “Hace un año atrás fui al Círculo Láser pagando $4500 pesos la consulta y me ofrecieron dos tipos de operaciones; una con láser de 10.800 dólares y otra tradicional con lentilla de 7000 dólares”. Ante la duda, Cecilia decidió consultar qué diferencia tenía una cirugía respecto a la otra: “me dijeron que con la láser te tenés que volver a operar cada diez años, mientras que la tradicional te queda de por vida”. Y agregó: “no me hicieron estudios, yo esperaba otra cosa y no me gustó”.
Mientras usaba su celular en un viaje por Buenos Aires le apareció en la plataforma TikTok un video de la clínica oftalmológica Nortvision y se lo comentó a su hija. El mismo día que visitó la clínica por primera vez le hicieron todos los estudios (con un valor de 16.000 pesos argentinos, unos 45 dólares). Luego le dieron fecha para la intervención, que se resolvió en tres días: “me operaron un ojo el lunes, el miércoles el otro y el jueves ya estaba en Uruguay”. Cecilia mencionó que fue “la mejor plata gastada” haciendo referencia al costo de la operación en la vecina orilla, que fue de $6,800 dólares.
El vicepresidente de la Cámara de Turismo Médico de Argentina, Pablo Paltrinieri, dijo al diario El País que en los últimos años “se ha duplicado” la cantidad de estos pacientes extranjeros, refiriéndose también a los uruguayos que llegan para atenderse y no solo pasear.
¿Y el día después?
Por su parte el doctor uruguayo Agustín Tió Caresani advirtió a Sala de Redacción que, pese a que los tiempos de espera para realizarse una intervención en Argentina son menores, los procedimientos como en todos los casos llevan un seguimiento y se indican fármacos que pueden llegar a tener un “efecto secundario” y que “muchas veces esos efecto se dan dentro del territorio nacional”. Tió mencionó que al no contar con la historia clínica -“que es un documento médico legal propiedad del usuario en custodia por su prestador de salud”-, muchas veces el personal sanitario no está al tanto de qué procedimiento se realizó y qué fármacos se administraron, lo que favorece también “al contrabando de medicación”.
En pocas palabras: “es peligroso porque la persona que se somete a un procedimiento médico en el exterior no cuenta con una historia clínica detallada en Uruguay, lo que puede ser problemático en caso de efectos secundarios o complicaciones posteriores”, insistió.