“Soy ferviente partidario del diálogo y la convivencia democrática, así como enemigo de todo tipo de violencia, venga de donde venga”, reluce en la nueva placa colgada en la Biblioteca Profesor Emérito Danilo Astori de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración (FCEA). El nuevo nombre de la biblioteca materializa su incidencia en la institución y el afecto de sus allegados, dos cosas reiteradas en las palabras de los distintos oradores que hubo en el correr de la jornada. Fue por el primer aniversario del nacimiento de Danilo Astori después de su muerte; hubiera cumplido 84 años.
El homenaje realizado en el aula magna de la FCEA contó con cuatro testimonios y unas palabras de la familia de Astori. Verónica Amarante, Julio Porteiro, Jorge Molinari y Bruno Gili resaltaron las diferentes dimensiones de su trayectoria y lo recordaron como amigo, estudiante y docente de la facultad. A lo largo de la conmemoración, cada expositor habló desde su experiencia y la marca que le dejó.
Sus valores
Bruno Gili señaló que la partida de Astori cerró una época que marcó en muchos aspectos a la generación del ’83. Emocionado, lo presentó por todo lo que fue: “ el ser humano, padre, decano, docente, economista, político, senador, ministro, vicepresidente, candidato. El intelectual, académico, el constructor de espacios de pensar y ver la realidad críticamente, sin dogmas. El capaz de cambiar de ideas si la realidad lo indicaba, la evidencia, el devenir, o teorías superadas. El honesto material e intelectualmente. El valiente para enfrentar la realidad”.
El docente Jorge Molinari destacó su conocimiento, que aún habita la FCEA, y fue pilar de sus ideales. El enseñar aprendiendo fue la principal consigna en su perspectiva de la docencia y un destello de su sapiencia, siempre crítica y nunca dogmática, dijo. ¨Para transformar hay que saber¨, fue una de las frases de Astori que citó para reflejar su espíritu.
Su amigo Julio Porteiro, docente emérito de la FCEA, recordó la postura que tomó al recuperar el decanato de la facultad con la vuelta a la democracia. “En esta facultad no habrá revanchas”, citó Porteiro al hablar con orgullo sobre la intención de reconstrucción, en todos los sentidos, que promovió después de la dictadura.
Como amigo y estudiante
“Como decía el decano, voy empezar a sacar algunas grageas y compartirlas con ustedes. Esas grageas son de Danilo en su amistad conmigo, en los recuerdos y anécdotas de la facultad”: así comenzó su exposición Porteiro. Comenzaron a ser amigos en 1955 y “seguimos siéndolo toda la vida hasta que en algún momento,en alguna de las muchas teñidas que teníamos mano a mano con Danilo y revisando lo que había sido nuestra experiencia compartida, decidimos que éramos más que amigos, decidimos que íbamos a ser hermanos por elección, hermanos de la vida”, contó.
En 1957, con 16 años, Astori, quien se había saltado un año en el preparatorio, ingresó a facultad. Y también lo hizo Porteiro. Estudiaban juntos, revisaban materias, daban y preparaban exámenes. “Fuimos compañeros de estudio tanto como pudimos”, sostuvo el profesor. Como estudiantes de carreras diferentes y debido a los distintos avatares de la vida, sus caminos se bifurcaron. Sin embargo, cuando Astori se recibió en 1963 de economista, uno de los primeros de su generación en lograrlo, Porteiro estuvo ahí para acompañarlo. De la misma manera que Astori, recién salido de la cárcel en época de dictadura, fue a recibir a Porteiro al aeropuerto tras sus estudios en el exterior.
Como docente
La directora del Instituto de Economía, Verónica Amarante, no solo recordó la trayectoria formal de Astori en la facultad, sino también su manera de enseñar. “Quienes tuvimos la suerte de ser sus estudiantes nos quedamos para siempre impresionados por su rol como docente”, acotó Amarante. La directora rememoró las aptitudes pedagógicas de Astori como excepcionales y meticulosas, y sus clases como memorables y didácticas. “Había en esas clases un equilibrio delicado entre transmitir los conocimientos de manera exacta y precisa, pero a la vez de una manera impregnada de entusiasmo y vehemencia para hacernos notar lo importante y lo relevante que eran los temas que estábamos discutiendo, siempre totalmente contextualizados y aterrizados a la realidad nacional”, agregó. Fue para Amarante su manera de dar la clase, su actitud frente a la tarea de transmitir conocimiento y su respeto por la función docente, lo que resultó en un proceso de formación de profesores sin que tuviera intenciones explícitas de serlo.
Porteiro también contó que ingresaron juntos a la docencia a mediados de los años sesenta, pero el ritmo de Astori como profesor era “infernal”. “Yo empecé un poco antes la carrera de docente siendo estudiante de Administración, pero ni aún así me acerqué a los resultados que alcanzó él”, expresó. En 1972, con sólo 9 años de carrera y 32 años de edad, Astori se convirtió en el decano más joven de la Universidad. En 2016 Porteiro y Astori fueron nombrados juntos profesores eméritos de la facultad.
En la dictadura no pudo seguir ejerciendo la docencia y formó parte de los “académicos sin Universidad” en su resistencia, recordó Jorge Molinari. Fundó el Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Desarrollo de Uruguay (Ciedur) para continuar con el programa de investigación del Instituto de Economía, donde se produjo material de confrontación cívica a la dictadura y a la interpretación que se intentaba imponer sobre la realidad uruguaya. Molinari rememoró la incorporación a Ciedur de jóvenes, ex presos políticos y exiliados en su retorno al país, para dar otro ejemplo del compromiso de Astori con la democracia.
El vínculo con el estudiante
Jorge Molinari comentó que siempre escuchó al estudiantado y fue el nexo entre sus demandas y los cambios necesarios. En la misma línea, Bruno Gili habló del sentir de las corrientes político-gremiales en la reconstrucción de la democracia y el sueño de la transformación universitaria. “Nuestra generación aprendió a quererlo, respetarlo y admirarlo’’, comentó, y agregó que cuando Astori asumió la responsabilidad, 15 años después, de ser ministro de Economía y Finanzas de la primera experiencia de la izquierda en un gobierno nacional, no dudó en llamar a esa generación. Directamente, asuminedo cargos, o indirectamente, asesorando en proyectos, hubo en su gestión presencia de referentes del Centro de Estudiantes de Ciencias Económicas y de Administración, que ‘’fueron integrados como columnas centrales de sus equipos”, en los que había un reconocimiento de “los valores por fuera de ideologías’’, agregó el docente. La actual ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, entre 2005 y 2010 se desempeñó como asesora de la Unidad de Gestión de Deuda de esa cartera, a pedido de Astori, entonces ministro.
Astori fue militante, contador, economista, docente, decano, político y vicepresidente de Uruguay, pero esto no llega a abarcar lo que verdaderamente significó él para la facultad. En 2022, en el 90° aniversario de la creación de la FCEA, dijo: ‘’La intervención fue el 27 de octubre pero varios meses antes estábamos rodeados físicamente. Había que quedarse a resistir. Era como mi casa, dormí muchos días en la facultad aquellos días. Esos años fueron una contribución fundamental para mi formación como economista, pero también fueron una especie de trampolín para hacer realidad, lo que ha sido y es, mi principal vocación en la vida, que es la docencia, en el marco de la economía, la actividad que a mí me ha enamorado siempre y que la facultad me dio con generosidad, que me ha hecho sentir mayor realización como ser humano. Por eso estaré eternamente agradecido a la facultad”.
Carolina Gatti / Nicolás Verga