“No sé si piensan que los docentes nos trasladamos hasta las escuelas en una escoba o en una nube, o quizá piensan que viajamos solos en los ómnibus, sin gente que pueda ser portadora del virus. Quizá creen que la gente del medio rural es inmune, que en el campo no se propaga el virus, que no llega por falta de conectividad…”, manifestó a Sala de Redacción Fabiana Mieres, maestra que trabaja en Paysandú desde hace más de 10 años. Aunque ahora está ejerciendo en una escuela urbana, ha sido maestra de tres escuelas rurales del departamento.

En contexto de emergencia sanitaria, salones de escuelas rurales se reabrieron para recibir alumnos, luego de más de cinco semanas de funcionar a distancia. En Uruguay, estos centros sobrepasan los mil; sin embargo, se previó que alrededor de 543 retomaran las clases este 22 de abril, según el último anuncio en conferencia de prensa del presidente del Consejo Directivo Central (Codicen), Robert Silva. Ese número descendió en los últimos días y, finalmente, las escuelas que comenzaron fueron 344, tal y como lo manifestó en conferencia el presidente Luis Lacalle Pou. En un principio, iban a ser 973.

Las réplicas fueron varias: dos días después del anuncio de la reactivación de las escuelas rurales, la Federación de Magisterio-Trabajadores de Educación Primaria (FUM-TEP) emitió una declaración pública manifestando su desacuerdo. Al día siguiente, la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza (CSEU) compartió un comunicado respaldando la posición adoptada por la FUM-TEP, al igual que la Sociedad de Medicina Rural del Uruguay (Someruy), el Sindicato Médico del Uruguay (SMU) y la Federación Médica del Interior (Femi). 

Lacalle Pou estableció ciertas medidas, como implementar la “asistencia voluntaria” para los niños -es decir que no se les pondrá falta en caso de no asistir-, pidió un protocolo a la división de Salud de Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y un informe al Sistema Nacional de Emergencias (Sinae) para brindar garantías sobre los aspectos sanitarios. 

Lo vivencial

Florencia Oyarvide es maestra directora de la Escuela Nº86, a la que asisten 14 niños. Esta institución cuenta con una auxiliar de servicio y otra de aula, contratada por la Comisión de Fomento. “Si bien la escuela es de espacios amplios y ventilados, con las nuevas medidas no se puede lograr mantener las distancias que se piden en el protocolo”, aseguró Florencia. 

Protocolo

El 17 de abril fue publicado por la ANEP un protocolo para el reinicio de las clases: se exhorta a mantener ventilados los espacios siempre que el clima lo permita, contar con alcohol en gel en todos los salones, utilizar “alfombras sanitarias” impregnadas con hipoclorito para desinfectar las suelas de los zapatos, higienizar las manos de los niños al entrar a la institución y antes y después de comer. Por otro lado, los adultos responsables de los niños no pueden entrar a la escuela, los funcionarios docentes y no docentes deben usar tapabocas durante la clase y los traslados, se deberá mantener distancia de por lo menos un metro y medio entre alumnos y se recomienda no realizar actividades ni juegos con contacto físico.

Además, se brindará una cartilla informativa a docentes, funcionarios y familias de manera electrónica, se vacunarán contra la gripe todos los funcionarios docentes y no docentes y a los niños que por ciertas patologías sean población de riesgo. La vacunación no es requisito excluyente para empezar las clases pero se insta a realizarla antes del 23 de mayo.

Su escuela fue una de las que, en la última semana, quedó inhabilitada para el comienzo de clases presenciales, por la cantidad de niños y por la manera en que Florencia accede a la institución: 30 kilómetros en un coche de línea y 18 kilómetros en moto. “El transporte es un problema pero también lo son otros aspectos: la recolección de basura, la higiene rigurosa que debe hacerse en los espacios y la falta de proveedores cercanos. Yo soy la que viajo en moto desde la ciudad de Rocha, con todos los víveres y artículos de limpieza para la semana”, señaló.

Muchos docentes no cuentan con vehículo propio y utilizan, directamente, coches de línea. Pero debido a la emergencia sanitaria, la frecuencia ha descendido considerablemente y algunos maestros del medio rural deberían recurrir a hacer “dedo” en la ruta para llegar a la institución.

Aún así, para Oyarvide su caso “no es tan riesgoso” porque posee una habitación en la escuela en la que puede quedarse durante la semana y, de esta manera, evitar el transporte público. De todas formas, hizo énfasis en que son “17 personas que tendríamos contacto diario, teniendo que abastecernos de los productos de alimentación e higiene de afuera. Además, es casi imposible tener 12 niños de Inicial sin que se toquen entre ellos, compartan lápices o el vaso. Es una situación muy compleja”.

Sumado a la preocupación por los traslados en ómnibus, Someruy refiere en su comunicado al bajo porcentaje de médicos rurales -24% en todo el país-: “En una gran cantidad de poblaciones de menos de 3.500 habitantes existe un solo médico y no se cuenta con más de dos o tres unidades de enfermería. A lo sumo viven dos choferes de ambulancia -con las dificultades que eso conlleva-, y el personal de salud no es inmune al contagio, pero en esos medios las suplencias no existen en la realidad”. 

El infectólogo y pediatra Álvaro Galiana dijo a Montevideo Portal que “los niños no son los más afectados en esta etapa de la enfermedad” y que no le parecía “mal la medida para ver qué repercusión va teniendo este tema”. Para el infectólogo, el reinicio de las clases “es una buena prueba de que, en algún momento, hay que largarla”.

Sin embargo, Fabiana, como la mayoría de los maestros representados por los sindicatos de la enseñanza, se opone a la medida: “Es contradictoria con el pedido de cuidarse y quedarse en casa. Lo que mata es el virus y no la ignorancia. Nosotros seguimos trabajando con todos los medios que podemos y también sabemos que habrá tiempo para recuperar después. Le preguntaría a varios: ¿ustedes mandarían a sus hijos como conejillos de indias?”.

Mejor prevenir que curar

En el marco de la “nueva normalidad” referida por el presidente de la República en conferencia de prensa, Silva aclaró que “se estableció un criterio muy claro en cuestiones de higiene, con el norte puesto en el cuidado de la salud y en atender la situación de los docentes mediante un trabajo articulado y coordinado”. Con respecto al traslado y las medidas sanitarias a tomar, afirmó que para atender estas y otras cuestiones se le está dando “mucha participación a los que están en el territorio y a las inspecciones departamentales”.

Pablo Caggiani, consejero electo por los docentes del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), explicó a SdR cuáles fueron los principales criterios para la elección de las escuelas que reabrieron sus puertas este 22 de abril: “Las que tienen docentes que viven en la institución o en la zona y aquellas que poseen docentes que se trasladan en vehículo propio. No obstante, se están poniendo desde la ANEP vehículos a disposición para trasladar docentes y funcionarios en caso de que haya necesidad”. 

Otro aspecto fundamental que mencionó Caggiani es el servicio de agua, que debe ser suficiente para realizar las limpiezas profundas que exige el protocolo. “Aquello que quizás no era una dificultad en un momento normal, como que la bomba falle algunos días y se tuviera que usar agua del tanque, o como pasa en el norte del país donde en momentos de sequía puede quedar un pozo sin agua, hoy en día no es una opción”, explicó. 

Escuela de Rivera. Foto: CEIP

Por otra parte, el consejero del CEIP, Héctor Florit, afirmó que “todos los funcionarios docentes y no docentes deben realizarse el hisopado necesario y este debe ser negativo para comenzar a trabajar”. Según explicó, esta operación se realizó en conjunto con ASSE, quien cuenta con la lista de funcionarios habilitados y no habilitados para volver a las escuelas rurales. Los funcionarios docentes y no docentes que se encuentren dentro de la población de riesgo serán certificados y se les darán los cargos a suplentes.

Para la habilitación de la institución, también es necesario que posean auxiliar de servicio. Se procuró además que las escuelas seleccionadas no tengan más de 30 alumnos y las clases se dictarán tres días a la semana, de 9 a 12.30. El horario excluye el comedor.

La educación pública a distancia

Silvana Cardoso es maestra directora de la Escuela Nº26 Don Carlos Chico de Rocha, desde hace seis años. Contó a SdR que la institución es “amplia”: tres baños, una cocina comedor, un salón, la dirección y un dormitorio para ella. A la escuela de Silvana van tan solo cuatro niños, de nivel inicial hasta sexto, pero es quien lleva a cabo todas las actividades: es maestra, es directora, es quien se encarga de la limpieza y de la alimentación. No cuenta con auxiliar de servicio; “es un gran déficit sanitario y ahí está el mayor reto para mi institución”, dijo.

Sobre las clases a distancia, Florit afirmó que si bien los recursos digitales “enriquecen la propuesta educativa”, “en ningún caso sustituyen la presencialidad”. Aunque actualmente el sistema educativo cuenta con diversas plataformas, programas y hasta la disponibilidad de transmisión en la Radio Butiá, Florit anunció que hay ciertas dificultades. Por un lado, algunas “están asociadas a la formación y capacitación del docente, a su familiaridad con el uso de las plataformas” y, por el otro, aparece la falta de disponibilidad de dispositivos: “La entrega de las máquinas se hacen a comienzo de año, en primero, y hay un recambio entre tercero y cuarto año. Esto no se pudo hacer a tiempo y seguimos entregando equipos”. 

En principio, la escuela donde trabaja Silvana no fue una de las habilitadas, sin embargo, esta semana le informaron que han solicitado la partida para contratar un auxiliar. Sobre el trabajo a distancia, contó a SdR cómo es su experiencia: “Sin duda no es lo mismo trabajar a la distancia. Y aún más en el medio rural donde el acceso a Internet es limitado”. Los estudiantes de sexto año trabajan a través de las plataformas del plan Ceibal “porque ya saben cómo usarla y tienen las computadoras”.

Con los alumnos de segundo año no habían llegado a trabajar con plataformas, por lo que intentaron comunicarse a través de videollamadas, pero por cuestiones de accesibilidad encontraron a Whatsapp como una mejor herramienta. “También uso los Cuadernos para Leer y Escribir (Cle) del CEIP, y para Matemáticas mando secuencias semanales, las hacen, me envían fotos y yo las corrijo”, agregó. Las actividades se llevan a cabo durante el horario de clase cotidiano, de 10 a 15 horas.

Varios alumnos son los que no tienen Internet en sus hogares. La escuela Nº24 Cañada del Estado, ubicada en Tacuarembó, es una de ellas. Según explicó Javier Vera, maestro director del centro, ninguno de sus tres alumnos posee conexión. “Los padres me traen los cuadernos a la escuela los lunes y ese mismo lunes se lo llevan con los trabajos fotocopiados y pegados. Al lunes siguiente me los vuelven a traer, los corrijo, y así vamos trabajando. Esta es la manera que encontramos”, contó.

La escuela Nº24 es una de las habilitadas. Las instalaciones son grandes, los alumnos pocos y cuentan con una auxiliar de servicio que se encarga de la alimentación y la higiene. “El agua es suficiente para realizar las limpiezas que se exigen en el protocolo, al igual que los productos de higiene”, explicó Javier.

Uno de los argumentos que sostuvo el presidente al momento de anunciar la medida fue la falta de conectividad en las zonas rurales. Frente a esto, el comunicado del FUM-TEP responde: “Existen problemas de conectividad en todos los medios y no de forma exclusiva en el medio rural. Y destacamos la labor que nuestras compañeras y compañeros están realizando, con mucho compromiso, máximo esfuerzo y con mucha creatividad, para establecer contacto con todas las niñas y niños por diferentes medios y estrategias”.

La alimentación

Las escuelas rurales no cuentan con un sistema de bandejas o “viandas” como las urbanas. Según Florit, llevarlo a cabo “es complejo” porque supondría “un local proveedor que se encuentre cerca de la escuela y que además de elaborar la comida tenga las condiciones de fraccionarla y empaquetarla, con garantías de los cuidados necesarios”.

Durante la semana de turismo se realizaron transferencias monetarias a miles de familias uruguayas a través del Banco de Previsión Social (BPS), y un número bastante menor recibió tickets de alimentación. Las urbanas seleccionadas para este beneficio fueron las que se mantenían con viandas o bandejas, y en el medio rural se escogieron 135 escuelas de contexto socioeconómico crítico.

En esta ocasión, las familias de las escuelas habilitadas también recibirán tickets de alimentación y, “en caso de suscribirse el acuerdo con el BPS aplicaríamos un mecanismo similar al que ya utilizamos en semana de turismo, que es el de la transferencia económica”, dijo Florit.

Lo que fue y lo que vendrá

En el comunicado de la FUM-TEP del 10 de abril se hace énfasis en el “desconocimiento por parte de las autoridades de gobierno de cómo funcionan las escuelas en el medio rural” y en la falta de participación que tuvieron los trabajadores de la educación en la resolución: “Hemos sido privados de la posibilidad de acercar un conocimiento vivencial imprescindible.”

La declaración del CSEU indica que la falta de consulta del Codicen hacia el resto de los órganos integrantes del ente autónomo violenta la constitución, específicamente en diversos artículos de la Ley Nº18.508. Al final de este documento se solicita “con carácter grave y urgente una reunión bipartita” con el Codicen y Anep, así como también una reunión con el Sinae para conocer “de primera mano los argumentos epidemiológicos que habilitan la resolución adoptada”. La reunión fue llevada a cabo y fue lo que produjo que se retomen las clases únicamente en las escuelas que tuvieran las condiciones previamente narradas. 

En la declaración pública de las asociaciones médicas se manifiesta como una necesidad “comenzar el camino hacia la normalidad”, se destaca “la importancia de la educación para todos los niños” y se agrega que también es comprensible querer reactivar las clases presenciales en el medio rural, donde hay menos aglomeración de estudiantes. Sin embargo, se llamó a tener en cuenta varios aspectos, como el traslado hacia las instituciones: “La gran mayoría de los docentes deben trasladarse desde la zona urbana donde residen hacia las zonas rurales donde ejercen” 

Escuela N º 73, Colonia. Foto: CEIP.

Las instituciones que elaboraron el protocolo se encargarán de su cumplimiento y el miércoles 29 de abril las autoridades de Codicen comunicarán cuáles serán las siguientes escuelas que abrirán. Sin embargo, el sindicato de maestros insiste en que es riesgosa la reapertura en medio de la pandemia.

Mientras tanto, son cientos las maestras que se han movilizado desde los sindicatos departamentales y desde las redes sociales, compartiendo información y videos sobre las distintas realidades que transitan los docentes del medio rural. Maestras como Silvana, que sigue educando a distancia y en contacto con los padres, se pregunta: “El lema ‘Quédate en casa’ ¿es para unos sí y para otros no? ¿No tenemos los mismos derechos y obligaciones por ser rurales?”. 

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