Confirmación. Los restos óseos del Batallón 14 pertenecían al maestro; sufrió apremios
El maestro Julio Castro fue ejecutado de un disparo en la cabeza, según se desprende de las observaciones realizadas por el equipo de antropología forense. La Justicia indaga a una decena de militares por este caso.
El Poder Ejecutivo confirmó ayer que los restos óseos hallados el pasado 21 de octubre en el Batallón 14 de la localidad de Toledo pertenecen al maestro y periodista Julio Castro, desaparecido el 1° de agosto de 1977 a la edad de 68 años.
El jefe del equipo de antropología forense, José López Mazz, informó en una conferencia de prensa realizada en la Torre Ejecutiva junto al secretario de la Presidencia, Alberto Breccia, que los análisis “concluyeron con un grado de certeza de 99,9999994%” que el esqueleto pertenece a Castro.
Los restos fueron hallados en el marco de la investigación judicial por la desaparición de la joven argentina María Claudia García de Gelman, registrada en 1976. El juez Pedro Salazar y el fiscal Ariel Cancela, a cargo de ese expediente, notificaron ayer a los familiares de Castro sobre la confirmación de la identidad del cuerpo.
A su vez, otra investigación judicial a cargo del juez Juan Carlos Fernández Lecchini y la fiscal Mirtha Guianze, indaga lo ocurrido con Castro quien, hasta ayer, se consideraba desaparecido, pero ahora el expediente buscará determinar a los responsables de su homicidio, dijeron fuentes judiciales consultadas por El País.
López Mazz recordó ayer que su equipo está trabajando en el Batallón 14 desde 2005, pero en la zona donde tuvo lugar el hallazgo el pasado 21 de octubre (que antes fue un viñedo y que actualmente es un predio de maniobras militares) la tarea se viene centralizando desde febrero pasado.
¿EJECUCIÓN?. López Mazz dijo que tras estudiar los restos se determinó que hubo “apremios físicos” con una fractura de una de sus costillas. Además, se encontró un proyectil que generó “una desestructuración de la bóveda craneana provocada por el impacto de un arma de fuego”, explicó.
Consultado sobre el punto, el experto dijo junto a su equipo que solamente pudo “reconocer los traumatismos”, y su-brayó que la causa real de la muerte de Castro será establecida por una junta médica.
Ayer, un comunicado de prensa emitido por la Suprema Corte de Justicia, resumió la actuación del juez Salazar quien ha tenido hasta el momento competencia en relación a los restos, y señaló que “la causa más probable de muerte es el disparo de arma de fuego a nivel craneal”.
El hecho de que Castro falleciera a causa de un disparo, también implica una novedad para el juez Fernández Lecchini y la fiscal Guianze, quienes hasta ahora estimaban que el maestro había perdido la vida con motivo de las torturas que recibió estando detenido en un centro clandestino de reclusión ubicado en Millán casi avenida Instrucciones.
Fernández Lecchini y Guianze, desde que el caso de Castro fue reabierto en agosto de 2010 tras ser excluido de la ley de Caducidad, han indagado a casi una decena de exmilitares del Servicio de Información y Defensa (SID), organismo que tuvo a su cargo la detención del maestro en la vía pública.
equivocados. Por otro lado, la confirmación de que los restos pertenecen a Castro también demuestra que la información que los militares entregaron a la Comisión para la Paz que funcionó en el gobierno de Jorge Batlle y que ratificaron luego a Tabaré Vázquez fue errónea.
Según la información recabada, el maestro había muerto en tortura, enterrado en el Batallón 14 y en 1984 sus restos habrían sido exhumados y arrojados al Río de la Plata.
“Estos datos eran absolutamente equivocados”, dijo Breccia, e informó que el presidente José Mujica tomó la noticia con “profunda conmoción”.

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