El hombre al que le faltaron cinco años para el centenario, propuso esa imagen como símbolo del siglo XX. El conocido historiador británico Eric Hobsbawm, murió este lunes 1 de octubre, luego de ser internado por neumonía en el hospital londinense Royal Free. Según se supo a través de su hija, el escritor luchaba hace tiempo contra la leucemia.
Hobsbawm nació en 1917 en Alejandría (Egipto), pero inicialmente recibió su educación en Viena y Berlín. Luego, su familia de origen judío tuvo que escapar del nazismo y Eric continuó sus estudios en Londres. Allí, el joven pensaba dedicarse a la literatura pero rápidamente se decidió por la historia. Formó parte del grupo de los “Historiadores marxistas británicos”. Era comunista declarado, pero eso no menoscabó su status de historiador, ya que demostraba conocimiento y rigurosidad como investigador.
Es conocido por su trilogía emblemática: La era de la revolución, 1789-1848; La era del capital, 1848-1875 ; y La era del imperio, 1875 -1914. Así como también por su Historia del siglo XX.
Pensaba que “el proceso de previsión del futuro debe basarse necesariamente en el conocimiento del pasado”, según dijo en Eric J. Hobsbawm, Entrevista sobre el siglo XXI, que estuvo a cargo de Antonio Polito[1]; y de la cual expondremos aquí algunos de los conceptos manejados por el historiador.
Derecha vs Izquierda
Cuestionó que todavía se perpetúe la división polarizada entre la izquierda y la derecha, ya que “el significado de la izquierda ha cambiado, sobre todo en los últimos decenios”; de todas formas reconocía que “continuaremos teniendo una división política”, porque es “una distinción históricamente muy antigua que se remonta a la Revolución Francesa”
Globalización
Argumentaba que este proceso no es producto “de una acción única, aislada” y agregaba que “somos ciertamente una sola economía global respecto a hace treinta años, pero también podríamos decir que en el año 2050 estaremos aún más globalizados” Pero la globalización ha llegado a un tope porque “la esencia de este proceso es la extensión de la actividad a través de un mundo que es, desigual: geográficamente, climáticamente, históricamente”. Además problematizaba el hecho de que la economía global haya hecho avances demasiado importantes ya que actualmente “se hace difícil hablar, por ejemplo, de una división internacional del trabajo como hacíamos antes de los años setenta”
Consumismo y “la búsqueda de la felicidad”
Esta cuestión resultó una de las más difíciles de dirimir para Hobsbawm, sin embargo opinaba que: “el crecimiento de la riqueza global aporta hoy mayor felicidad a los pobres” y “desde luego que el coste de esa felicidad puede ser la pérdida de normas, sistemas de valores, reglas, expectativas y modelos de vida”. Según el historiador, hay una salvedad:“en la mayor parte del mundo, para la inmensa mayoría de la humanidad, estos cambios en realidad ni siquiera han comenzado”
Las madres
Ante la pregunta ¿Qué persona, qué oficio, en qué lugar del mundo? del siglo XX elegiría, Hobsbawm duda entre varios prototipos de hombres: campesinos de principios de siglo, algún miembro de la clase trabajadora “que creció sin cesar en el transcurso del siglo” o empleados que trabajan en oficinas “frente a una mesa de despacho o de un ordenador”. No obstante, concluye que “propondría una madre con sus hijos. Las personas que tienen más elementos en común vivan donde vivan en la superficie de la Tierra, a través de culturas, civilizaciones y lenguas distintas, son las madres. De alguna forma la experiencia de una madre corresponde a todo lo que le ha sucedido a la especie humana durante el siglo XX” .
Natalia Gorgoroso
[1]POLITO Antonio, Eric J. Hobsbawm, Entrevista sobre el siglo XXI, Biblioteca de bolsillo, marzo 2004.