Luego del seminario “Democracia Paritaria” que se realizó en la Facultad de Ciencias Sociales (FCCSS) el pasado 10 de julio, la candidata a la vicepresidencia por el Frente Amplio, Graciela Villar, aseguró a Sala de Redacción que asume el compromiso de promover “el mejoramiento de la actual ley de cuotas, que debe impedir que las mujeres que renuncian a sus bancas parlamentarias sean suplantadas por hombres”.

Según la frenteamplista, es imprescindible generar espacios para debatir el concepto de democracia a partir de lo paritario, incluyendo un “profundo sinceramiento del sistema político”. Al evento asistió Mónica Bottero, quien será proclamada por el Partido Independiente como compañera de fórmula de Pablo Mieres mientras que Beatriz Argimón, candidata del Partido Nacional, no estuvo presente.

Irune Aguirrezabal, de la Universidad de Madrid, enfatizó durante el encuentro que “una democracia que no cuenta con hombres y mujeres participando paritariamente en el gobierno tiene un déficit”. Desde su visión como investigadora, recordó el origen del concepto “democracia paritaria” y lo situó históricamente en 1992 cuando las mujeres europeas decidieron a partir de un diagnóstico de infra-representación, que no se podía hablar de democracia plena sin paridad. “Por tres razones se debe llegar a la paridad: por motivos morales, para legitimar la democracia y para superar la calidad y eficacia del sistema” dijo a Sala de Redacción Aguirrezabal, quien además se desempeña como investigadora de ONU Mujeres. Según aclaró, la democracia paritaria es un nuevo contrato social de convivencia, donde la disputa en contextos complejos y sociedades plurales se resuelve mediante el consenso a partir de tres ejes vertebradores del Estado democrático, social e inclusivo: la libertad, la igualdad sustantiva y la paridad en la representación política.


Verónica Pérez, Irene Aguirrezabala, Niki Johnson y Daniel Chasquetti. Foto: Tomás Hernández

Daniel Chasquetti, responsable del departamento de Ciencias Sociales de la  FCCSS, resaltó que “la democracia paritaria es un concepto que viene a transformar la forma en que concebimos la actuación pública de hombres y mujeres. Además, nos permite salir del concepto donde la cuota era la meta y no la paridad”.

“¿Cuántas veces un candidato a presidente dijo que eligió al hombre que lo acompañaba en la fórmula porque se lo merecía?”, invitó a reflexionar a los presentes en el evento la doctora en Ciencia Política Niki Johnson. Ella misma respondió: “Porque cuando analizamos los discursos que siguen circulando en los sectores políticos uruguayos, nos damos cuenta que al momento de hablar de las fórmulas paritarias los candidatos dicen que las eligieron porque eran mujeres pero además porque se lo merecen, lo cuál nos debería llamar la atención”.

Johnson, quien se desempeña en el Instituto de Ciencias Políticas de la FCCSS, sostuvo que en Uruguay se está construyendo discursivamente la paridad y se “está imponiendo la idea que se le está haciendo un favor a las mujeres. No estamos instalando en el debate que la paridad es la expresión de la democracia”. La investigadora recordó para ejemplificar estos “discursos machistas” lo sucedido en en 2016 cuando la mitad masculina de la delegación uruguaya ante el Parlamento Latinoamericano fue la única en votar negativamente la norma sobre democracia paritaria en el continente, argumentando que una mujer tiene que alcanzar un cargo político por méritos y no por votos.

Uruguay aún no ha alcanzado un 20 por ciento de representación parlamentaria femenina. Una encuesta auspiciada por ONU Mujeres en 2018 reveló que una clara mayoría de los uruguayos está a favor de aumentar la presencia de mujeres en cargos políticos. El 73 por ciento de los encuestados dijo que le gustaría una fórmula presidencial paritaria, un 66 por ciento opinó que debería haber más mujeres legisladoras y, en la misma línea, un 55 por ciento aseguró que tendría que haber más mujeres ministras.

Durante este seminario, que estuvo enmarcado en el VI Congreso Uruguayo de Ciencia Política organizado por la Asociación Uruguaya de Ciencia Política (AUCIP), Aguirrezabal sostuvo a Sala de Redacción que “es imposible que en 2019 se intente entender la ciudadanía política sin la participación de mujeres. Hemos instalado el debate, pero tenemos muchas dificultades. Aún así vamos a seguir adelante, porque el futuro no se concibe sin mujeres”.

FacebookTwitter