La Licenciatura esperaba el 17 de mayo a un catedrático español alrededor de las seis de la tarde en el salón tres y a las seis y cuarto un grupo de veinte personas presenció el comienzo de la disertación de Antonio Lucas Marín.
Marín es Doctor en Ciencias Económicas y Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid entre otros méritos que lo condecoran. Estuvo en la UdelaR en otras oportunidades, ya son cuatro o cinco las veces que visita Uruguay; sin embargo fue la primera vez que dio una conferencia en esta casa.
En el inicio de la disertación contó que una de sus manías es viajar, que es asiduo a los países de América Latina por lo que se definió como “un maestro moderno y viajero”, y explicó que “cada vez se sabe menos quienes somos, yo soy iberoamericano”. Afirmó que “se toma conciencia de lo de uno, cuando se tiene choque cultural”.
Este primer momento culminó con una frase muy ilustrativa de lo que posteriormente iba a desarrollar: “Ahora es muy sencillo presentarse: www.lucasmarín.es, y ahí ¡ya está uno presentado!”.
El salón contó con un auditorio de cerca de 50 personas, que fueron llegando a lo largo de la primera hora. El escritor español supo captar la atención del público con un lenguaje muy coloquial, expuso las ideas sin complejidades conceptuales. Vinculó constantemente su exposición sobre McLuhan con experiencias ilustrativas y anécdotas personales, que apelaron al sentido común, haciendo de esta charla una instancia amena.
En una frase curiosa expresó: “Marshall McLuhan fue una persona tan lista que murió en el momento oportuno” debido a que “falleció sin comprobar su hipótesis”.
Antonio Lucas Marín fue denominado, en el comunicado que anunciaba la conferencia, como un discípulo directo del filósofo canadiense, pero el disertante por el contrario afirmó: “No soy discípulo suyo pero me he leído todos sus libros” y contó que compartieron correspondencia en un tiempo en que no había una comunicación tan mediada como en la actualidad. McLuhan “tiene unas teorías sugerentes”, dijo, para dar a entender que el filósofo no tuvo una forma de escribir que se atuviera al rigor metodológico, debido a que no contó con tiempo para comprobar sus hipótesis. Criticó el estilo “desenfadado y peculiar” de escribir de McLuhan, fue ambiguo en la aplicación de términos como “medios fríos y calientes”, fue simplista en su exposición, pero fue un hombre que tuvo la capacidad de plantearse los problemas desde una perspectiva innovadora.
Decir “el medio es el mensaje” es remitir directamente al educador, filósofo, profesor de literatura inglesa, crítica literaria y teoría de la comunicación nacido en Canadá. Marshall McLuhan (1911 – 1980). se lleva el honor de ser uno de los fundadores de los estudios sobre medios; con sus teorías pudo predecir hechos de la presente sociedad de la información y la comunicación. En la mitad del siglo XX, McLuhan proporcionó el término “aldea global” para describir la interconexión humana a escala global generada por los adelantos electrónicos, destinados a la comunicación.
Para Marín, “la historia de la humanidad ya no es la de la lucha de clases, como decía Marx pensando en la sociedad industrializada, del trabajo, sino que es la sociedad de la ampliación comunicativa y del conocimiento”. Su exposición se centró en este concepto y a su vez analizó a la sociedad desde la perspectiva del cambio que traen las nuevas tecnologías, con una audacia que rozó la comicidad. “He tenido en estos días experiencias de globalización que no me esperaba”, dijo. “Si en las sociedades tradicionales la pregunta clave para conocer el estatus del nuevo novio de la chica era: ¿de qué familia eres? Y en las sociedades Industriales: ¿de qué trabajas?, en la sociedad informacional, todas las aquí presentes que serán abuelas informacionales, ¡no se les ocurra preguntar eso!, deben consultar: y tú de idiomas ¿qué tal? Anótame por escrito tu pagina web, ¿a qué redes sociales perteneces?”, pues “una persona, ya en la universidad, que no sepa Inglés no es funcional” debido a que el estatus de la nueva sociedad de la comunicación tiene que ver con el acceso a la información, y el Inglés amplía esa franja comunicativa.
Otro aspecto que introdujo en su disertación fue la diferencia que radica entre la comunicación y la información. La primera involucra el juego de miradas, la búsqueda con el otro para que exista o no, la respuesta oral que dé cuenta de la existencia del otro en el marco de la interacción, de modo que “hay comunicación cuando hay un ida y vuelta que implica cambios, se necesita cambiar, tomar el lugar del otro cuando nos comunicamos”; sin embargo, “los medios dan información pero no comunican”.
El encuentro culminó con una ronda de preguntas que se abrió a los asistentes. Se habló sobre los nuevos medios, como los diarios digitales donde hay comunicación que permiten una respuesta de los usuarios, con reflexiones sobre las noticias, y vaticinó que este tipo de posibilidades traerá la comunicación “face to face” otra vez. A su vez a los niños hay que enseñarles a usar la televisión y el facebook, no “podemos dejarlos solos en la red” porque ellos no tienen la responsabilidad ni el discernimiento para saber que es bueno y que no, la clave es la “moderación y punto”. Pues el “consumo excesivo de la comunicación mediada lleva a que la gente se inhiba de la acción social, cada uno se debe administrar, controlar”.
Fiorella Maglieri