Desde el primero de mayo del 2024 la encefalitis equina es un problema superado en Uruguay, según declaró el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP). El primer caso fue detectado seis meses atrás en un caballo de Salto. La Dirección General de Servicios Ganaderos (DGSG) del MGAP informó que ante la ausencia de notificaciones de nuevos casos positivos, tras 12 semanas consecutivas sin nuevos registros “se considera al evento sanitario superado”.
El informe oficial señaló que fueron 605 los establecimientos visitados con una cifra de 16.863 caballos expuestos. Del total de animales, 965 equinos tuvieron sintomatología mientras que 697 lograron recuperarse. El ingreso del stock de vacunas fue esencial para evitar la propagación masiva de la enfermedad.
Carolina Acevedo y María Laureana de Brum, veterinarias pertenecientes a la unidad de microbiología de la Facultad de Veterinaria (FVET) de la Universidad de la República (UdelaR), hablaron con Sala de Redacción y explicaron que “la encefalitis es una enfermedad viral transmitida a los equinos por los mosquitos”.
A su vez, la dupla de profesionales explicó que “pertenece al ciclo de zoonosis”. Estas constituyen un grupo de enfermedades de los animales que son trasmitidas al hombre por contagio directo con el animal enfermo, a través de algún fluido corporal como orina, saliva o mediante la presencia de algún intermediario como pueden ser los mosquitos u otros insectos. Este ciclo, que implica la interacción entre aves, zancudos, caballos y/o humanos se ve influenciada por diversos factores ambientales. “No todos los mosquitos transmiten la enfermedad. Está muy asociado a las inundaciones donde estos proliferan”, sostuvo Acevedo y señaló que el tipo transmisor son los culicoides, un tipo de insecto que no supera los 3 milímetros, se alimenta de sangre y tiene la capacidad de lacerar los tejidos dérmicos, función exclusiva de las hembras.
Sintomatología
Los síntomas en humanos se asemejan al “estado gripal”. Sin embargo, la edad de la persona afectada es un factor crucial porque con el paso de los años la susceptibilidad a la enfermedad disminuye. La sintomatología puede variar desde un cuadro gripal leve hasta los casos más severos de encefalitis, acompañados de dolor de cabeza y, en casos graves, puede ocasionar complicaciones neurológicas significativas.
En los caballos, los síntomas principales son cuadros de ataxia. Según las consultadas, es un trastorno motor que se manifiesta mediante una falta de coordinación en la realización de movimientos voluntarios que altera su velocidad y precisión. Brum agregó que la patología se identifica de 5 a 15 días luego de haber contraído la enfermedad. “Los signos pueden confundirse con otras enfermedades, por ejemplo con cuadros neurológicos; sin embargo en el último brote se observan que las principales manifestaciones son las dificultades en la movilidad”. Las alteraciones comienzan en los cascos e incluyen dificultades motoras, aunque principalmente se asocian con la presencia de fiebre, mencionó Acevedo.
“Lo importante es tratar los síntomas”, agregó Brum. La detección temprana es crucial para un diagnóstico oportuno. Ese descubrimiento conlleva una observación meticulosa por parte de los veterinarios y de los propietarios, tanto en quienes se dedican a la crianza como a las actividades ecuestres. Cualquier síntoma o alteración en el comportamiento del caballo debe ser investigado de inmediato. Los casos diagnosticados precozmente tienen mejores perspectivas de recuperación, enfatizó la profesional.
Tanto Acevedo como Brum mencionaron a Sala de Redacción que la inoculación es fundamental como medida preventiva. No hay medicamentos, pero existen muchas vacunas comerciales, por ejemplo, fluvac innovator 4 de la compañía farmacéutica americana Zoetis, que inmuniza en su totalidad al equino. No obstante, aconsejaron mantener a los animales alejados de zonas con abundante presencia de insectos, como áreas pantanosas.
Al mismo tiempo, recomendaron también el uso de capas protectoras y repelentes específicos para equinos. Cabe destacar que el control del mosquito es crucial para la protección; es importante mantener los pastizales y áreas húmedas libres de maleza, así como vaciar y limpiar recipientes con agua estancada, como baldes de agua. Para los humanos, usar ropa de manga larga durante épocas de brotes también es una medida de precaución recomendada.
Asunto sensible
Alfredo Sapelli y Maureen Vivo, cabañeros criadores de caballos, hablaron con Sala de Redacción sobre esta enfermedad. Ambos coincidieron que es un “asunto muy sensible” y que condujo a la pérdida de muchos equinos. Asimismo, Vivo remarcó que ha habido casos de gente que contrajo la enfermedad que “nunca ha estado con caballos” y afirmó que “como es una enfermedad que afecta directamente primero a los caballos no le dan corte”. En este sentido indicó que en Uruguay no se suspendieron las actividades ecuestres y que “cuando saltó el brote ya no se toman en cuenta más casos y ya nadie denuncia” y agregó que supo de gente conocida que no denunciaron al Ministerio que tenían la enfermedad “porque dan muchas vueltas, trancan en muchas cosas y cuando llegan es tarde”, concluyó.
Por otra parte, Sala de Redacción consultó a Sapelli sobre la preponderancia de los mosquitos en determinadas zonas, y este mencionó que prefieren las zonas arroceras. Los terrenos bajos, con mucha humedad, alta vegetación, con presencia de aves y abundante actividad de mosquitos, fueron las zonas más afectadas, según datos oficiales publicados por el Ministerio. En cuanto a la propagación, Sapelli agregó que la enfermedad podía ser transmitida también por las aves migratorias procedentes de Argentina y/o Brasil, que se alimentan junto al ganado y a los equinos.
Luego en Maldonado hubo dos episodios confirmados por el director departamental de Salud de San José, Pablo Álvarez. La persona es de Colonia Wilson y vive a 300 metros de la primera persona contagiada de esta enfermedad.
Daphne Martiarena y Roque Cámera.