Idea Vilariño nació el 18 de agosto de 1920. Además de dedicarse a escribir poesía, tarea en la que, con destreza, logró plasmar sensaciones y emociones que hasta hoy atraviesan a sus lectores, Vilariño también fue crítica literaria, traductora y ensayista.
Para recordar a esta autora uruguaya, que falleció en 2009, Sala de Redacción repasó la edición de Poemas recobrados, un proyecto de 2020 de la Biblioteca Nacional que recopila poemas inéditos y otros textos que habían quedado fuera de Poesía completa, el penúltimo libro publicado por Vilariño, en 2002.
Poemas recobrados se editó cuando se cumplió el centenario de Vilariño y estuvo a cargo de Ana Inés Larre Borges, crítica literaria, traductora, escritora y editora, que lideró un equipo de investigadores conformado por Mariana Aja, Andrea Arismendi, Vanesa Artasánchez, Lorena Costa y Néstor Sanguinetti.
“Empezamos a ver los poemas que no habían sido publicados”, contó Artasánchez, docente de Literatura egresada del Instituto de Profesores Artigas, en diálogo con Sala de Redacción. Detalló que entre los escritos encontrados hay poemas de cuando Vilariño tenía solo 10 años: “Es maravilloso ver los manuscritos, la letra de ella, la letra de niña, la textura del papel, la tapa de los cuadernos”, valoró. A su vez, dijo que para la publicación se utilizaron “cuadernos ya de adulta, cuadernos que fueron ilegalmente vendidos a la Universidad de Princeton”. Luego de que Princeton, adquiriera los documentos de Vilariño, los pusieron en la web de la Universidad.
Artasánchez amplió lo sucedido de la venta ilegal de los escritos de Vilariño a la Universidad de Princeton. Luego de que falleció la poeta, se retiraron las cajas con sus materiales: “Se hace un inventario de todo lo que hay, no se puede saber lo que no hay”. Al pasar el tiempo se conoció “que la Universidad de Princeton había comprado esos materiales”. En la página web de la institución dice que la adquisición de la fuente fue por la Librería Linardi y Risso, sin embargo, la librería no contaba con el material. “Quien haría esa venta sería un sobrino de Idea. ¿Por qué decimos que es ilegal? Porque uno podría decir: ‘Bueno, es el sobrino, lo vende, está bien’. Pero en el testamento, específicamente, se dice que todo ese material literario va a ser administrado por Larre Borges o, en su defecto, por Alicia Torres, y porque al haber sido declarado un archivo que es de carácter patrimonial, no se debería poder vender”.
Lorena Costa, licenciada en Letras, se ocupó de recuperar los poemas inéditos o aquellos que habían sido publicados en prensa. La investigadora señaló a Sala de Redacción que en Poemas Recobrados hay varios archivos en los que Vilariño muestra diferentes versiones de un mismo poema y “tiende a ir eliminando palabras o frases y siendo lo más concisa para transmitir el mensaje”, y agregó que, desde su perspectiva, “lo nostálgico”, es otro tema que “sobrevuela” su poesía.
Estilo Vilariño
Se plantea la posibilidad de que algún escritor o escritora haya influenciado a Vilariño en su obra. En ocasiones, le preguntaron acerca de una posible influencia de Delmira Agustini, a lo que ella respondió que no existe. En algunos de los Poemas recobrados, se puede encontrar algún poema erótico que pueda asociarse con el movimiento modernista. Artasánchez, agregó que en La Suplicante, su primer poemario publicado en 1945 “hay algo, pero es como que hay que mirar finamente para encontrarlo, y esa es una cualidad de Idea: que cuando se da a conocer ya tiene un estilo bastante propio”.
El estilo de Vilariño, según Artasánchez, es “depurado”: la escritura de la poeta se caracteriza por su falta de adjetivos y su uso contundente de imágenes. No se centra tanto en el uso de metáforas, sino que prefiere la comparación. Un aspecto destacado es el uso repetitivo de ciertas palabras, lo que le otorga un sonido distintivo que permite reconocer sus poemas sin necesidad de que se indique que son de su autoría. Por otra parte, Vilariño utiliza “un vocabulario que está muy cerca de la negación” hace uso del “no” y del “ni”; la docente destacó, además, la cualidad de limitación semántica de la autora, que “se pone una restricción en el vocabulario, no ostenta un conocimiento de gran vocabulario y eso lo hace más difícil”.
La poesía de Vilariño está creada para que la interprete un público general, Artasánchez apuntó que la poeta hacía uso de terminología cotidiana, “usada con la maestría que permite que uno diga: esto es poesía”; además, puso en relieve que en sus escritos no existe lo insustancial y que también evita la anécdota.
Foto: Idea Vilariño, extraída de Poemas recobrados, Idea Vilariño.
Primeros pasos
Alicia Torres, crítica literaria, ensayista y periodista, publicó junto a Larre Borges, Diario de juventud, de Vilariño en 2013, para la editorial Cal y Canto. En aquella oportunidad, restauraron la imagen de los padres y hermanos de la poeta a través de las palabras, así como instantes de juego y de tristeza, “el aprendizaje de la vida y de la escritura”, añadió Torres.
Diario de juventud reúne poemas escritos por Vilariño cuando tenía entre 16 y 25 años. “Se refiere a sus primeros poemas, cita versos, explica misterios y deslumbramientos de la escritura, y todo lo entrelaza con anécdotas domésticas, del barrio y de la escuela”, resumió Torres. Pasaron 25 años para que Vilariño mostrara al mundo su primer original. “Tan exigente como el resto de su obra y como la crítica literaria que ejerció con total libertad”, comentó Torres.
“Cuando Idea muere, en el testamento deja todo lo que es la papelería, todo lo que son los originales, el material literario, a cargo de Ana Inés Larre Borges”, informó Artasánchez. Esos archivos fueron declarados patrimonio cultural en 2010 por Carlos Liscano, quien era director de la Biblioteca Nacional en aquel entonces.
El equipo realizó una investigación sobre los escritos publicados en medios, por ejemplo en el semanario Marcha: Artasánchez resaltó que “les vino muy bien” el trabajo realizado de digitalización de archivo en Anáforas, un proyecto de la Facultad de Información y Comunicación en el que se encuentran los ejemplares de Marcha. Existe otra parte de los documentos de Vilariño, que está en la Facultad de Humanidades, en la Sección de Archivo y Documentación del Instituto de Letras.
Foto: Primer borrador escrito a lápiz entre ejercicios de Matemática y al dorso de conjugaciones en francés, en hoja suelta, dentro de cuaderno «Mi Bandera», Archivo de la Biblioteca Nacional.
Sobre los temas
Artasánchez, analizó que en la obra de Vilariño el amor era un tema recurrente, aunque no lo abordaba de manera “cursi”. Existe también un tema relacionado con la conciencia del tiempo que se evidencia desde el primer poemario de la autora, en el que se encuentra un poema titulado Verano, que finaliza: “A orillas del amor, del mar, de la mañana, en la arena caliente, temblante de blancura, cada uno es un fruto madurando su muerte”. Artasánchez explicó que “hay una conciencia de que la muerte está presente”, así como la falta de trascendencia, lo cual resulta complicado de aceptar.
Torres reflexionó que Vilariño fabricó su vida y obra “en torno a la conciencia más absoluta de ser para la muerte, deseo íntimo y verdadero, el único que podría permitirle saldar su inexorable lucha privada, sus contradicciones, la soledad y el aislamiento”. Por otra parte, mencionó la existencia de una serie de poemas políticos, como los que hacen alusión a Ernesto “Che” Guevara y a Guatemala. Esto demuestra una visión y una sensibilidad hacia lo político, lo cual podría parecer contradictorio con la perspectiva nihilista que planteaba Vilariño. También hay una serie de poemas que están relacionados con la naturaleza y lo cósmico, como se puede apreciar en Pobre Mundo, publicado en 1966, donde se dedican varios poemas a la naturaleza, exhibiéndola como algo absoluto. En general, hay una dimensión de desesperanza que cuestiona el propósito de la vida.
Crítica y controversia
Se le hace una crítica al poema A Guatemala, que Vilariño escribió tras el derrocamiento de Jacobo Árbenz, quien fue presidente de Guatemala entre 1951 a 1954. La poeta se encontraba de viaje en Suecia mientras lo redactó, y se publicó en Marcha. En el texto, hizo un paralelismo de Guatemala con una joven sometida. En 2020, Sic, la revista arbitrada de la Asociación de Profesores de Literatura del Uruguay, recogió una crítica al poema de A Guatemala: “Idea fue atacada desde la prensa conservadora un violento suelto titulado ‘cursilerias’ se publicó en El Día el 19-X-1954”. Artasánchez destacó que la crítica negativa que recibía la poeta se debía a que existía una concepción específica sobre cómo debería ser un poema político.
Pese a que el poemario Cielo, Cielo, publicado en 1947, no obtuvo buenas críticas, la poeta no renegó de él, dado que lo incorporó en Poesía completa, comentó Artasánchez. Por su parte, Emir Rodríguez Monegal, docente, crítico literario y ensayista uruguayo, le concedió una cálida crítica en Marcha en 1948: “La palabra transparente y dulce, el ritmo creciente y avasallador, y una romántica (o barroca) intensidad sentimental se apoderan fácilmente del lector, del oyente, haciéndole deponer toda resistencia, encerrándolo en la fina malla de su encantamiento”, escribió.
Torres agrego que Vilariño es la poeta más acreditada tanto en Uruguay, su país natal, como fuera de él. “En ella, en sus versos, en su leyenda y en su mito, nos reflejamos con orgullo, seducidos por su enigmática fascinación. Coherente e insobornable, la intensidad de su poesía marca a fuego a sus lectores”. Idea Vilariño simbolizaba la identidad “del intelectual comprometido”, y marcó “la conciencia de una época”, concluyó.