El acceso a la alimentación es un derecho humano fundamental y la emergencia sanitaria que vivimos desde hace más de un año ha generado que este derecho se trastoque. La caída de la actividad social y económica hace que muchos trabajadores informales, precarizados y desempleados necesiten de apoyos para cubrir las necesidades básicas. Las ollas populares cumplen un rol cada vez más importante en esta situación de vulnerabilidad profunda.
La Intendencia de Montevideo (IM) a través del eje de alimentación del Plan de Apoyo Básico a la Ciudadanía (ABC) colabora desde diciembre con insumos a las ollas populares y merenderos para atender situaciones de desabastecimiento. Matías Rodríguez Iglesias, referente técnico de la línea de apoyo alimentario de la Intendencia, explicó a Sala de Redacción que el trabajo se realiza en diálogo con la Coordinadora Popular y Solidaria, quien nuclea a 14 redes barriales y colectivos solidarios, al igual que con el conjunto de ollas que no pertenecen a la coordinadora.
La IM apoya a las redes a través de la compra y entrega de alimentos, así como también artículos de cocina e higiene. “Los ayudamos a través de insumos que nos solicitan, nosotros compramos y distribuimos. También con enseres de cocina como ollas, espumaderas, cucharones, en fin, con insumos que son necesarios para la elaboración” de los alimentos, comentó. Y remarcó que lo van a seguir haciendo: “tenemos previstos 88 millones de pesos para esta tarea”.
Sin embargo, el trabajo en la Intendencia no solo se reduce a la alimentación. Rodríguez Iglesias señaló que el apoyo también busca que la población que asiste a las ollas populares pueda acceder a otro conjunto de políticas que implementa la administración; “desarrollamos líneas con la Asesoría para la Igualdad de Género, con quienes llevan adelante las ollas, también con el Departamento de Cultura pensamos actividades culturales y artísticas, además de la circulación de libros con bibliotecas municipales itinerantes”. Explicó que se brindan cursos con el Centro de Formación -“se puede obtener el carné de manipulación de alimentos”-, para mejorar las oportunidades laborales. “Se busca mejorar la infraestructura y se atienden situaciones de emergencia habitacional”, subrayó.
El desafío es no eternizar la respuesta de las ollas populares: “la gente tiene que alimentarse en sus casas y lo importante es mejorar los ingresos, mejorar la protección social y las oportunidades laborales”. Rodríguez Iglesias no encuentra otra respuesta posible, y agrega que hay que pensar en políticas sociales más “robustas y fuertes para que la gente no tenga que hacer fila en un lugar para ir a buscar un plato de comida”.
Eficiencia y calidad
Uruguay Adelante es una organización surgida en agosto del 2020 que está dirigida a la compra y suministro de alimentos a ollas populares en Montevideo y zona metropolitana. Creada e integrada por un grupo de organizaciones que ya estaban en funcionamiento, como Todos por Dolores, CanastasUy, Redalco, Unidos para ayudar, entre otras, hoy cuenta con un convenio de gestión con el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) para proveer de alimentos a alrededor de 300 ollas y merenderos.
Santiago Pérez, dirigente de la organización, enfatizó la importancia de trabajar en dos pilares fundamentales, “eficiencia y calidad”, que a su vez se enfocan en dos tipos de kits de alimentos: “uno de ollas y otro de meriendas”. En relación al trabajo con las ollas manifestó que se les brinda insumos tanto a aquellas que se acercan de forma individual, como a las que llegan a través de una red, “todo esto con un cierto control de que las ollas existan y de que los insumos lleguen a destino. Se les hace una visita antes de entrar periódicamente para tener un registro de su funcionamiento”, añadió. No se le entrega la misma cantidad de alimentos a todas, sino en función de lo que cocinan: “tenemos el estándar de un plato y en función de la cantidad de platos, es la cantidad de comida que se les brinda”. No obstante, recalcó que deben estar pendientes “del dinamismo con el que trabajan y también hacer un voto de confianza en los referentes”.
Consultado por la subsistencia económica de la organización, según el dirigente no pueden recibir dinero de privados porque no tienen aún personería jurídica, la cual está en trámite. A las empresas les solicitan que compren alimentos para las ollas pero que no les den dinero, a diferencia del Mides, que sí les deposita en una cuenta bancaria. “Hasta no tener una cuenta de Uruguay Adelante, no recibimos fondos privados”, recalcó.
Falta alimento
“Necesitamos más apoyo” sostuvo por su parte Andrea Rodríguez, coordinadora de la olla popular del barrio Asociación Civil Esperanza, en Carrasco Norte (Municipio E). “Cuando hablamos con la Intendencia y con Uruguay Adelante, teníamos claro que no se iba a llegar al total de lo que necesita la olla para funcionar”, relató. Sin embargo, “los vecinos de Carrasco nos dan una mano. Nosotros realizamos una vez al mes una venta económica, para tener una caja chica y comprar lo que necesitemos”. Muchas de las “ayudas prometidas” desde Uruguay Adelante y la IM “las terminamos comprando nosotros”, dijo Rodríguez.
Por otro lado, señaló que les arman canastas a los vecinos que cursan la Covid-19: “nos hacemos cargo también de las personas que tienen la enfermedad. Para que este dicho de ´quédate en tu burbuja´ se pueda cumplir, necesitan de un apoyo”. Todas las semanas arman canastas con todos los protocolos y “se las dejamos en el portón de sus casas”, mencionó la coordinadora.
Entiende que no se tomó en cuenta “la cantidad de gente que está sin trabajo y que están concurriendo a las ollas”. Una cosa que le explicó a Pablo Bartol, ex ministro del Mides, es que “no estamos en invierno, todavía no vinieron los grandes fríos. Cuando esto suceda, tanto la olla del barrio Asociación Civil Esperanza como todas las ollas que están funcionando no van a dar abasto”. “A todos nos pasa lo mismo. Cada semana se suman una o dos familias más a levantar la cena”, culminó.