Gianela Turnes y Chiara Miranda han compartido su gusto por el carnaval desde que se conocen, que ya es mucho decir teniendo en cuenta que son madre e hija. Impulsadas por el interés que les provoca esta fiesta que reúne talentos y multitudes, ambas han elegido forjar su camino académico en torno a él, aunque no siempre les fue fácil lograrlo.
Turnes cuenta que mientras cursaba su maestría en la Facultad de Información y Comunicación (FIC) hace ya siete años, su interés para la tesis fue estudiar sobre carnaval pero le resultó imposible dado que no existía una apertura desde los espacios que podrían ayudarla a dedicarse a ello. Reconoce que ha costado trazar el abordaje desde la Universidad y asegura que “es probable que tengamos un ‘sesguito’ que haga que nos cueste valorar el aporte del carnaval como manifestación cultural”, pero que es “necesario que la academia le preste atención”.
Fue gracias a un programa de participación de UNESCO -abierto a la presentación de proyectos por parte de distintos organismos- que lograron financiar “¿La fiesta de quiénes?”, una idea que venían gestando Gianela y Chiara en sus diversos intercambios sobre la importancia de investigar el carnaval desde una mirada interdisciplinaria. Así es como su vínculo logró trascender lo personal para materializarse en el mundo académico.
Junto a un equipo de investigadoras de la Cátedra UNESCO de Carnaval y Patrimonio (FIC) y de la mano de su coordinadora, Milita Alfaro, vienen trabajando desde el mes de enero con entrevistas y observaciones. La conferencia inaugural del proyecto “¿La fiesta de quiénes?” tuvo dos instancias -el 18 y el 21 de de abril- en el Aula Magna de la FIC y tomó como foco de conversación el “Ser mujer en carnaval”.
El proyecto continúa con cinco etapas y cinco talleres abiertos que se realizarán en los meses de junio, julio y agosto junto a “personas que hacen carnaval o que lo viven desde distintos roles”. La idea es “problematizar el vínculo entre carnaval, trabajo y género desde distintas miradas”, además de acercar a la academia esta discusión para abordar las desigualdades laborales y de género que de allí se desprenden.
Una cuestión de género
La intención de mirar hacia adentro y hacer de las desigualdades de género una conversación colectiva y necesaria ha logrado poner sobre la mesa discusiones que se daban por hecho y problematizar en torno a ellas, para así despojarlas de a poquito de tapujos y moldes preestablecidos.
Aún así, desde hace años a Jimena la pone incómoda ese momento justo de las entrevistas en el que, inesperadamente y casi en contra de su voluntad, una pregunta particular se inmiscuye: ¿cómo es ser mujer y salir en carnaval? Solo pensar en todas las veces que la tuvo que contestar la agota. Es que ¿no hay nada más interesante para preguntarle? ¿Tan necesario es tener esta conversación?
La interrogante la ha acompañado durante mucho tiempo. Jimena Márquez es dramaturga, actriz y hace más de quince años que trabaja en carnaval como letrista. Confiesa que en cada ocasión en que la discusión sobre su participación en la fiesta popular se manifiesta, hace el ejercicio de dejar de lado su molestia para concentrarse en el por qué: ¿por qué seguimos hablando de eso hasta el día de hoy?
“Tal vez el día que no me lo pregunten más sea finalmente el momento en que no exista la desigualdad”, reflexiona en voz alta frente a la mirada atenta de las y los asistentes. A continuación, comparte algunas anécdotas que confirman la indiferencia y el destrato escondido en acciones que pretenden pasar inadvertidas y asume que el darse cuenta le llevó algunas miradas hacia atrás.
No siempre fue así
A través de un pasaje de época acerca de la manera en que las mujeres disfrutaban y se apropiaban de la fiesta popular en los inicios, Milita Alfaro -quien lleva años de su carrera dedicándose a estudiar e investigar el carnaval desde una perspectiva histórica-, hizo un breve recorrido acerca del lugar que han ocupado las mujeres a lo largo de la historia del carnaval y cómo este ha mutado. Alfaro participó de la segunda jornada de esta conferencia inaugural.
La historiadora explicó que no siempre hemos sido cuestionadas sobre nuestra participación en algunos espacios. Fue a inicios del siglo XX, con la instalación del Uruguay moderno, que se les impuso a las mujeres un control sobre su cuerpo, convirtiéndolas en “destinatarias privilegiadas del disciplinamiento que pasó a regular su comportamiento, incluso en el carnaval”. Milita manifestó orgullosa la constitución de este tipo de espacios que dan lugar a proyectos como “¿La fiesta de quienes?”, ya que desde la creación de la Cátedra Unesco en Carnaval y Patrimonio en 2013 ha sido uno de lo principales objetivos el potenciar la investigación y la reflexión en estos temas: “cuando vemos que (la Cátedra) está en condiciones de albergar este proyecto lo festejamos con una alegría enorme”.
¿Cuánto vale?
“El carnaval tiene un paralelismo con el fútbol, definido por la competencia y el reconocimiento a nivel internacional”, afirmó a su turno Tina Ferreira, periodista y artista que se desempeñó como vedette durante casi 30 años. Sin embargo, a diferencia del fútbol, asevera que el carnaval atraviesa una falta notoria de recursos financieros destinados a su desarrollo y que en caso de no apostar a su transformación, “una nueva agenda posible para las mujeres del carnaval va a seguir postergándose”.
Desde su labor de vestuarista, Sofia Beceiro coincidió con Ferreira y alegó que las garantías de trabajo en el carnaval son escasas, lo cual explicaría las experiencias desafortunadas que la unen con Jimena y el resto de las mujeres que han tenido la oportunidad de ser parte. Por este motivo es que lo considera un ambiente propicio para la violencia y un espacio inseguro, tanto para ellas como para el resto de los técnicos y artistas que allí trabajan.
La intención de este primer encuentro fue contar con la voz de sus protagonistas, es decir, de quienes saben y han sabido mantener un vínculo con el ámbito carnavalero. Carmen Beramendi (investigadora y política) y Alma Espino (economista e investigadora) también estuvieron presentes en la primera jornada de la conferencia inaugural para desplegar y compartir sus vivencias y conocimientos.
Las mentes detrás de este proyecto esperan que estos intercambios oficien de disparador para empezar a construir algunas reflexiones necesarias. “Creo valioso cualquier intento de aportar a que ese fenómeno (el carnaval) sea lo más disfrutable posible para todas las personas que lo habitan y que lo habiten todas las personas que lo quieran habitar”, sentenció Miranda.