A raíz del primer caso positivo de Covid-19 en el Hospital Vilardebó, el centro se declaró en cuarentena, según informó en rueda prensa el director de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), Leonardo Cipriani.

El martes, luego de una reunión entre la dirección del hospital y la Federación de Funcionarios de Salud Pública, se acordó testear a todos los usuarios y funcionarios de la institución, se entregaron equipos de protección para los trabajadores y se “cerró” el hospital. La clausura implica la cancelación de los ingresos y egresos de pacientes a sala, aunque sí se mantendrá funcionando la puerta de emergencia. En caso de que algún paciente requiera internación, será derivado a otro centro médico, según declaró a VTV Pablo Silva, presidente del Sindicato de Trabajadores del Hospital Vilardebó.

Previamente se había reducido el personal, y los funcionarios que por su edad forman parte de la “población de riesgo” fueron enviados a sus casas. Tras la confirmación del primer infectado, el hasta entonces director del hospital, Artigas Pouy, fue separado del cargo, y en su lugar asumió el doctor Federico Sacchi. En este momento, 25 son los casos positivos y se esperan los demás resultados de funcionarios y pacientes que han sido testeados.

En dicho marco, la radio comunitaria Vilardevoz, con sede en el hospital, tuvo que adaptarse a las nuevas circunstancias para continuar transmitiendo. Cecilia Baroni, psicóloga y coordinadora del Colectivo Vilardevoz, cuenta a Sala de Redacción qué medidas tomaron para que la radio siga funcionando: “Hicimos un plan de emergencia: estamos trabajando online, escribiendo boletines, grabando audios y comunicándonos vía Whatsapp, producimos todo lo que podemos y también recurrimos a retransmitir programas anteriores”.

Vilardevoz como colectivo

Este medio funciona desde el año 1997 y sale al aire por la 95.1 FM. Como puede leerse en su página web, sus pilares fundamentales siempre han sido la salud mental, la comunicación y la participación. A pesar del cierre temporal de la sede oficial, quienes integran Vilardevoz continúan produciendo contenidos, cada uno desde su lugar.

La situación de los integrantes es diversa: algunos son pacientes del hospital y pernoctan ahí, otros son ambulatorios, y muchos están en situación de calle. ¿Cómo se sostiene un medio de comunicación comunitario en esta situación adversa? Uniendo fuerzas. Vilardevoz se contactó con la Cooperativa Hincapié, que les ofreció lugar para que los integrantes que están en situación de calle pasen allí el día. “Gracias a esto, durante la semana pasada los compañeros grabaron dos programas, mientras los demás seguimos trabajando online, explica Baroni.

Normalmente, la radio cuenta con actividades todas las semanas: talleres de producción radial, escritura y digitalización, entre otros. Además, los sábados realizan una fonoplatea abierta en la que, según afirma Baroni, por lo general acuden entre 50 y 70 personas, tanto vecinos del barrio como personas del hospital.

“Lo que estamos tratando de hacer es que no se pierdan las cosas por las que hemos trabajado todo este tiempo, como crear espacios de referencia y de encuentro, crear comunidad y luchar contra las prácticas que hacen que la gente se ensimisme”, dice Baroni. A su vez, afirma que para quienes forman parte del colectivo, el plan de emergencia no es más que un plan momentáneo: no es la dirección por la que quieren ir. En relación, subraya la importancia del encuentro y del contacto con los demás.

La función social de la radio

Guillermo Luzardo es uno de los integrantes de Vilardevoz. En conversación con SdR explica el trabajo de la radio como agente de cambio social: “Hemos participado de congresos sobre Salud Mental en Rosario y Santa Fe e integramos grupos de trabajo para la creación de la nueva Ley de Salud Mental”. Además, asegura que trabajan en “ser solidarios, la comunicación y la participación democrática. En la práctica hemos tenido que vencer el miedo, el prejuicio y el estigma que conlleva transmitir desde un hospital psiquiátrico”.

Una de las causas que apoya el colectivo es el cierre de las instituciones psiquiátricas y el cambio hacia una modalidad de “casas de medio camino”. También abogan por el cese del electroshock y el aislamiento como medidas terapéuticas.

“¿Por qué tanto encierro?”, se pregunta Luzardo. “Se trata de un despropósito cuando hay personas que pueden ser productivas escribiendo, haciendo música o trabajando en una radio. Vilardevoz es democrática, es sana y es creativa”, dice. Y concluye: “Tenemos que dar batalla desde lo individual y desde lo colectivo, ser la voz que no tiene lugar en los grandes medios. La radio nos acerca y nos iguala”.

En esta línea y frente al ingreso del Covid-19 a la institución psiquiátrica, el Frente Antimanicomial, una organización conformada por el Servicio Paz y Justicia (Serpaj) y varios colectivos sociales y culturales -entre ellos Vilardevoz-, emitió un comunicado en el que denuncian “las pésimas condiciones de las instituciones de ‘salud mental’ y las medidas que se toman, que siguen violando los derechos de las personas usuarias, tanto a nivel público como privado”.

El aislamiento

Baroni recuerda que el aislamiento como medida terapéutica ha sido utilizado de manera prolongada y que muchas veces va acompañado del maltrato hacia el paciente. La psicóloga llama a pensar en la situación actual, en la que desde el gobierno se exhorta a la ciudadanía a realizar cuarentena voluntaria. “Está bueno que la gente, al estar viviendo el aislamiento en carne propia, se pregunte qué le encuentran de terapéutico a esto y pensar, además, que lo de quedarnos en nuestras casas con Internet, con comodidades, es una ficción”.

La nueva Ley de Salud Mental –Ley Nº 19.529- busca reemplazar las medidas como el aislamiento por otras más humanitarias y menos agresivas para los pacientes. Al respecto, el Frente Antimanicomial expresa en el comunicado que entienden “como imperiosa la necesidad de que hoy más que nunca, los organismos de contralor de la atención en salud mental y de derechos humanos, se encuentren activos y vigilantes, garantizando los derechos humanos de las personas. Ya que si en condiciones ‘normales’ existen prácticas que violan los mismos, en este momento ¿qué se puede esperar?”. A su vez, se lee que “el encierro no ‘cura’ y que las medidas que se puedan tomar hoy para salvarse del coronavirus pueden aumentar la tristeza, el maltrato y el abandono que en algunos lugares es moneda corriente”.

Aún no se tiene conocimiento de cuánto tiempo van a durar las medidas sanitarias, tampoco se sabe si será declarada la cuarentena total y obligatoria como en otros países. Cada día se realizan cientos de testeos y surgen nuevos casos de contagio. Las autoridades piden a la población que no entre en pánico y lleve a cabo las medidas de prevención para “cuidarnos entre todos”.

Baroni, por su parte, concluye: “A veces parece que los locos fueran otros. Y estos ‘loquitos’ a los que siempre señalan, están bastante tranquilos, continúan trabajando en equipo desde su lugar, para seguir adelante con la radio, y piensan que esto es temporal, que ‘aislamiento’ es otra cosa, y que la cercanía puede pasar por otros lugares: gestos de humanidad, de solidaridad y mucha paciencia”.

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