Tras más de cuarenta años en el mundo de la música, Joaquín Sabina anunció con un video en sus redes sociales que pondría fin a su carrera musical. Esto causó conmoción y tristeza entre sus fanáticos. El cantautor español deja atrás un extenso legado y dará un último tour llamado “Hola y Adiós” que pasará por América Latina y llegará a Uruguay el 29 de marzo del año próximo. “He decidido hacer una última gira de despedida que se va a llamar ‘Hola y Adiós’, y esta sí será de verdad la última”, explicó Sabina en el video subido a sus redes sociales.

Sabina siempre mostró admiración por Uruguay, una relación que se mantiene vigente en la actualidad. El artista declaró que es el lugar donde tiene más éxito y esto convirtió al país sureño en uno de los destinos a los que más veces concurrió. El español se presentó por primera vez en 1990 con su gira “Mentiras Piadosas” en el Teatro de Verano. Así también se llamó el álbum de ese año y la principal canción dentro del mismo, en la que hacía referencia a temas como el amor y la vida cotidiana.

Durante un show que realizó en 2020 en Madrid junto a Joan Manuel Serrat sufrió un accidente. El español se vio cegado por un foco y tuvo una caída de dos metros; como se encontraba consciente, volvió al escenario con ayuda de Serrat y avisó la postergación del espectáculo. Esta caída le ocasionó un derrame cerebral y un hematoma intracraneal, lo que ocasionó que sea intervenido y operado en el Hospital Ruber Internacional de Madrid en el que pasó 11 días hasta que fue dado de alta. 

En 2023 presentó su nueva gira “Contra Todo Pronóstico”, mismo nombre que una de las canciones de su más reciente álbum, que plasma las dificultades y vivencias que surgieron en su camino y que logró superar. A su vez, fue una forma de reivindicarse con la ciudad madrileña tras el accidente que había sufrido tres años atrás. La gira pasó también por Latinoamérica y desembarcó en Uruguay el 1° de abril en el Estadio Centenario. También fue un agradecimiento a la gente que lo acompañó en sus más de 40 años en la música y un punto final en su carrera, o eso se creía, hasta que anunció “Hola y Adiós”.

Una vida única
Joaquín Ramón Martínez Sabina nació el 12 de febrero de 1949 en Úbeda, Jaén, España. Desde chico demostró pasión por la música y la literatura, llegó a escribir sus propios versos y aprendió a tocar la guitarra a los catorce años. Estos primeros contactos serían vitales en el camino de lo que es su figura hoy en día. En 1968 entró en la Universidad de Granada para estudiar filología romántica pero, dos años después, tras el ambiente caldeado en España y la dictadura de Francisco Franco, tuvo que exiliarse a Londres, Inglaterra. Los años fuera de su país fueron vitales para su formación como cantante, conoció variados géneros musicales que no conocía y así catapultó su nombre, y en  el año 1978 en el cual sacó su álbum debut llamado “Inventario”. Ese fue el primero de los más de quince álbumes que tiene Sabina a lo largo de su carrera, en la cual se destacan “Yo, mi, me, contigo” de 1999, que contó con la participación del ícono argentino Andrés Calamaro, y “19 días y 500 noches”. También colaboró con artistas de la talla de Joan Manuel Serrat, Fito Páez, Alejandro Sanz o Chavela Chavez, a quien le dedicó la canción “Por el boulevard de los sueños”.

Un pilar fundamental en la vida de Sabina fue Joan Manuel Serrat, otro ícono de la música española, con el que forjó una amistad dentro y fuera de los escenarios. A pesar de que cada uno representa un estilo musical diferente, ese fuerte lazo entre ellos no fue un obstáculo en sus obras, sino que los llevó a participar en canciones del otro, algo que terminó de materializarse con un álbum en conjunto en 2007 titulado “La Orquesta del Titanic”. Sus colaboraciones también se vieron reflejadas en los escenarios con múltiples giras alrededor del mundo.

Rodrigo Guerra, periodista del diario El país habló con Sala de Redacción y destacó la influencia de ambos en futuros artistas o poetas de la región: “yo creo que lo que se notó más en Serrat, hay toda una vertiente que después se vio desarrollada en el canto popular uruguayo, que tomaba la influencia de Serrat como un cantautor, obviamente tenía mucha influencia de la poesía”. Tras el boom del cantautor, le tocaría a Sabina dar el salto, con un impacto “sumamente exitoso a lo largo de su carrera en Uruguay”, argumentó el periodista.

Serrat y Sabina llegaron por primera vez al país con “Dos Pájaros de un Tiro”. Tras varias dificultades técnicas ese día, que incluyeron además retrasos en la llegada de los músicos españoles, un Centenario colmado con 40.000 personas se mantuvo expectante del dúo español, con un público exaltado tras la obra de estos artistas. Los músicos volverían a reencontrarse con el pueblo uruguayo en 2012 con la gira “Dos pájaros contraatacan” y en 2019 con “No hay dos sin tres”. Guerra remarcó este último show como “una apuesta visual tremenda” que cautivó a los oyentes con un espectáculo de tres horas en el que revivieron clásicos y canciones en conjunto; agregó a su vez que “habla eso de la influencia de ambos en Uruguay, cada vez que han venido, tanto Serrat como Sabina -que tienen una larga carrera y larga relación con Uruguay- siempre han sido en los escenarios más grandes: Centenario, Teatro de Verano”.

Un alumno de Joaquín

Corría la década de los 90 y había dos artistas en situaciones diferentes, uno ya conocido y otro que buscaba hacerse conocer. Hoy Jorge Drexler es un ícono musical uruguayo, galardonado con un premio Goya y un Oscar por “Al otro lado del río”, pero en 1994 era un simple médico que componía canciones en su tiempo libre como alternativa a su trabajo, tarea en la que pasaba desapercibido. La vida del uruguayo dio un giro de 180º cuando conoció a Sabina, ese encuentro fue vital en su vida ya que lo catapultó en su sueño de ser cantante. Drexler “dio el salto, se animó y después el resto ya es historia”, dijo Guerra que reflexionó sobre la influencia de Sabina sobre el cantautor uruguayo.

En un posteo del cantautor uruguayo en sus redes sociales, acompañado de una foto que nos sitúa en el Bar Lobizón, -en la que también aparece Eduardo Darnauchans, figura musical uruguaya y gran amigo de Sabina- el artista expuso: “es una foto muy importante para mí, porque esa noche cambió sustancialmente el rumbo de mi vida”. Ese primer encuentro generó una relación alumno-profesor entre el músico uruguayo y el español, pero sin dejar de ser grandes amigos. 

Drexler compuso “Pongamos que hablo de Martínez” en 2017, una canción en la que habla de su encuentro con Sabina en dicho bar y toda la admiración que tiene hacia él. Tras consultarle a Guerra qué importancia tiene este tema respondió que el cantante toma como referencia la canción “Pongamos que hablo de Madrid” de Sabina, cambiando el Madrid por Martínez “que en realidad es el verdadero apellido de Joaquín Sabina” y hace su propia versión con dedicatoria hacia él. “Es un agradecimiento”, explicó.

Joaquín Sabina es una persona consolidada dentro de la música y sus obras reflejan aspectos de su vida; va más allá del simple músico y pasa al narrador de historias y vivencias suyas. Es un compositor que con su talento logró cautivar a personas variadas de la cultura musical que hoy en día agradecen ese acercamiento al español como su guía.

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