“Memoria de Mujeres” es un documental con testimonios de varias ex presas políticas que estuvieron recluidas en la Cárcel de Punta de Rieles en distintos períodos del pasado reciente. Frente a un público variado de jóvenes y adultos, el film se proyectó en pantalla grande: fue en la Huella de Seregni el 17 de mayo, previo a la Marcha del Silencio y en un mes que siempre trae acciones para concientizar a la población a no olvidar los hechos ocurridos durante la dictadura cívico militar.

El documental realizado en 2005 fue dirigido por Virginia Martinez, productora y realizadora audiovisual, investigadora y docente, quien concurrió y destacó que la idea de realizar un proyecto audiovisual surgió de un grupo de ex presas, ya que “ellas querían documentarlo, dar testimonios”. Es así como Martínez tomó cartas en el asunto y comenzó a realizarlo. “Fueron condiciones bastante precarias, no podíamos entrar a Punta De Rieles, pero teníamos lo más importante que era el testimonio de las compañeras”, resumió la investigadora.

Martínez explicó que junto al editor consideran que la película es más un documento que un documental, porque hasta la fecha no existen obras (o son muy pocas) sobre el tema, así como tampoco surgieron otros archivos fotográficos de la época. “Cuando nosotros lo hicimos habían muy pocos archivos fotográficos. De hecho, esas fotos que hay ahí son las pocas imágenes que hay de Punta De Rieles, una cárcel que tuvo más de una década y sobre la que no ha quedado prácticamente nada”. A su vez, destacó que muchos de los archivos fueron tomados por familiares que se acercaron a la cárcel de incógnito al estar prohibido tomar fotografías. “Esas fotos donde está la niña que está por entrar a ‘la visita’, donde hay una imagen un poco borrosa; son fotos que tomó el padre de una detenida, que las tomó de canuto, arriesgándose”. Más allá de los años que tiene el proyecto, Virginia remarcó la vivencia que aún mantiene como testimonio de esa realidad colectiva con sus luces y sombras.

Volver a reproducir el documento audiovisual generó más cercanía al estar presente Nélida “Chela” Fontora, ex presa política perteneciente a la asociación de ex presos y presas políticos (CRYSOL). Desde la dictadura es una luchadora incansable por los derechos humanos, por más memoria, más presencia y más justicia. En primer lugar, Fontora instó a recordar a las compañeras del documental, muchas que ya no están presentes, así como también las que no estuvieron y quedaron entre las paredes de Punta de Rieles. “Desde CRYSOL hemos pedido que no fuera más una cárcel. Ahí quedaron años de nuestras vidas y compañeras a las que llevaron al suicidio, porque no es que quisieron suicidarse… Ahí nos salvamos las que pudimos, no todos los seres humanos somos iguales y no nos pudimos salvar la mayoría”, reflexionó. Y agregó: “Sobrevivimos porque nos unimos y solamente unidas se puede sobrevivir”.

Nélida “Chela” Fontora, ex presa política durante el evento en la Huella de Seregni. Foto: Ignacio Machado

Fontora estuvo presa seis años y medio en el establecimiento militar de reclusión femenino 1 en Paso de los Toros, antes de ser trasladada a Punta de Rieles. Esta cárcel es llamada por muchos como “la cárcel olvidada”: “así la llamamos nosotros, porque imagínense si acá en Punta de Rieles pasaba esto, donde Montevideo siempre contó con el movimiento fundamental de las organizaciones de familiares, qué podría pasar en una cárcel en el centro de Uruguay, con un desconocimiento total…”. A la hora de contar la historia reciente, la cárcel de Paso de los Toros no aparecía: Fontora resaltó que estuvo ahí junto a otras 153 compañeras, donde una de ellas falleció recluida y otra con la que compartía sector desapareció. 

Luego de reunirse con otras ex presas y reconocer que la cárcel donde pasaron años privadas de libertad no estaba en la historia reciente, acudieron al historiador Alvaro Rico para cuestionar esa falta. “El compañero no sabía que existía esa cárcel, pero no nos asombró. Resulta que nuestros propios compañeros, ex presos, no sabían que existía esa cárcel en la que estuvimos recluidas 153 mujeres”. 

Fontora lleva años militando por justicia para ella y todas sus compañeras. Fue la única mujer que perteneció a un sindicato buscando la igualdad con sus compañeros, lo cual no fue fácil ya que era una época en la que “la mujer estaba en una posición de inferioridad ocupándose de los quehaceres del hogar y no militando”. Sin embargo, frente a las adversidades tuvo apoyo de compañeros ex presos, lo que provocó que se unieran aún más.

A su vez, recalcó que dentro de la cárcel no había distinciones: “no nos preguntaban si eras anarquista, comunista o lo que fuere, todos pasaban por la tortura. Ahí todos vivíamos igual, mujeres y hombres. Pero nosotras teníamos un plus: éramos mujeres ¿cómo la mujer se va a atrever a la autoridad del hombre y a querer cambiar el mundo?”. 

Fontora hizo hincapié en seguir militando la búsqueda de justicia por los delitos de lesa humanidad, tomando como ejemplo a Virginia y su aporte con el documento audiovisual. “Vamos a luchar hasta que podamos pero por nosotros también. Nunca nadie del Estado salió a pedir disculpas por lo que nos hicieron, nadie nos dio una reparación integral, las graves violaciones a los derechos humanos que tuvieron sobre nosotros no se pagan con un peso, tiene que haber justicia.” Desde el 18 de setiembre de 2009 entró en vigencia la ley N°18.596, la que reconoce el derecho de reparación integral a aquellas personas que se consideran víctimas del terrorismo de Estado y de la actuación ilegítima de éste. Las indemnizaciones van de 200.000 a 500.000 unidades reajustables, dependiendo los parámetros establecidos por la ley.

“Hace años vengo diciendo lo mismo: hubo homicidios, desapariciones, robaron niños de compañeras y resulta que hay cuatro de ellos [los militares] que están cobrando su jubilación [aún estando] procesados”, afirmó Fontora. Agregó que lo que piden desde las organizaciones sociales es justicia y verdad. Y según Chela, “la justicia es que paguen lo que hicieron”. “Acá hay cosas que deben cambiar y nosotros tenemos que ser parte de ese cambio. Luchando juntos, con nuestras diferencias pero poniendo puntos en común; esa es la única forma que tenemos de salir adelante”, concluyó.

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