A modo de reencuentro y despedida al mismo tiempo, el evento tuvo lugar el pasado sábado y marcó la última gira de la banda rock pop que debutó a inicios de los 2000 en la vecina orilla.
El regreso de Tan Biónica a los escenarios se confirmó en marzo de 2023, en una presentación solista del frontman de la banda Santiago Chano Moreno Charpentier en el Lollapalooza Argentina. Bajo la premisa de que tanto ellos como los fanáticos se debían una despedida, subieron al escenario su hermano Bambi, bajista y co-compositor, Seby y Diega, encargados de la guitarra y batería respectivamente, para anunciar que se unirían para celebrar una “última noche mágica”. Gracias a la demanda del público, el último show derivó en una gira internacional.
A pesar de ya haber presentado el tour dos veces en el país -en el Open Park en Punta del Este en diciembre y en la Semana de la Cerveza de Paysandú en marzo-, este recital marcó el reencuentro con el público montevideano después de más diez años.
Con una introducción al ritmo de Seven Nation Army de The White Stripes, la cuenta regresiva finalizó cuando los miembros de la banda salieron del escenario para abrir el show con Hola mi vida, emanando una energía vibrante que se mantendría constante durante toda la noche.
Fue una noche húmeda y lluviosa, como los paisajes que se describen en muchas de las letras de la banda. El sentimiento colectivo de nostalgia era casi palpable tanto para el público como para los artistas, que en los interludios de las canciones interactuaban emocionados con la audiencia.
“El corazón lo dejo acá esta noche”, dijo Chano al inicio del show que duró dos horas y repasó los grandes éxitos de la banda como El duelo, Arruinarse o Ciudad Mágica.
El momento más íntimo de la noche fue cuando los hermanos Charpentier pidieron un minuto de silencio para interpretar una versión a capela y sin micrófono del estribillo de Obsesionario en la mayor, una de las canciones más emblemáticas del grupo, que el público recibió emocionado mientras un Antel Arena de entradas agotadas se iluminaba con miles de flashes.
La versión improvisada de Tus ojos mil, a pedido del público, fue otro hito notable para el “piberío biónico” (como se hacen llamar los fanáticos), que se reencontraban después de siete años con un repertorio sumamente emotivo, no sólo por la larga espera luego de la disolución de la banda sino por la historia personal de quien las interpretó, con una carrera marcada por adicciones, excesos y polémicas mediáticas.
Con eso detrás, las letras de los temas de la banda dejan entrever dejos de angustia y soledad camuflados entre sintonías rock y electro-pop. El regreso de Tan Biónica marcó, para Chano, la posibilidad de poder vivir en primera persona el dejo de esperanza que se refleja, de vez en cuando, en sus letras. “Todos los días del mundo existe una forma de resucitar”, cantó en Música.
Chano habló también del vínculo entre la banda y nuestro país, y elogió a los artistas que escuchaban en su juventud como El cuarteto de nos o La vela puerca. Al ritmo de la clave de candombe entonó las estrofas de El asunto con un sabor muy uruguayo.
El set electrónico de Diega en el rol de DJ, el papel picado que envolvió el Antel Arena durante varios temas y los “olé, olé, olé” dedicados a los artistas marcaron una noche llena de abrazos entre amigos y sonrisas cómplices.
“Lo único que resiste a los efectos del tiempo son los recuerdos y los momentos que nos llevamos”, destacó Chano antes de entonar Loca en el piano.
El show cerró a lo grande con La melodía de Dios y, con la bandera uruguaya sobre el escenario en varios momentos, el grupo saludó emocionado al público en una despedida que se sintió más bien como un “hasta pronto” y que supo cumplir con las expectativas de la noche.