La emoción por el reencuentro con el maestro y periodista, maestro de maestros y de periodistas. Con el hombre respetado y querido en el país y en el continente.
El agradecimiento a todos los que no dejaron de buscarlo en tantos años. A los que no se conformaron con las falsedades que nos contaron sobre su muerte y sobre sus restos.
La convicción de que es necesario saber ahora toda la verdad y juzgar a quienes lo asesinaron.
La esperanza redoblada de que se avance en el esclarecimiento de todos los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar, para que los uruguayos podamos comenzar a cerrar las heridas abiertas en nuestra conciencia y nuestros corazones.