Este domingo 23 los españoles se desplazarán hasta los diferentes centros de votación para participar en unas nuevas elecciones generales, que ocurren en un contexto de incertidumbre, luego de que el gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) perdiese múltiples puestos de gobierno en las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo. El electorado dispondrá de varios partidos entre los cuales elegir pero, en los hechos, lo que se dirime es si el próximo gobierno será liderado por la coalición formada por el centroderechista Partido Popular (PP) junto con el partido de extrema derecha Vox, o una integrada por el PSOE junto con Sumar, una agrupación de izquierdas fundada con miras a estas elecciones.
Si bien los comicios estaban planificados para este año, el acto eleccionario fue adelantado seis meses, luego del mal resultado electoral obtenido por las fuerzas de izquierda. Avalado por la constitución, el presidente de España, Pedro Sánchez, disolvió las Cortes Generales (el Parlamento) y llamó a elecciones anticipadas un día después de las elecciones. “Aunque las votaciones de ayer tenían un alcance municipal y autonómico, el sentido del voto traslada un mensaje que va más allá”, evaluó Sánchez tras conocer los resultados. “Por eso, como presidente de gobierno y también como secretario general del Partido Socialista, asumo en primera persona los resultados, y creo necesario dar una respuesta y someter nuestro mandato democrático a la voluntad popular”, argumentó el presidente desde el Palacio de la Moncloa, sede del gobierno español.
En diálogo con Sala de Redacción, Florencia Alonso, politóloga diplomada en Campañas Electorales y magíster en Estudios Legislativos y Elecciones, connotó la decisión del líder socialista como un “golpe de efecto”. Según Alonso, la acción forzó a la derecha a “apurar” la campaña electoral, que venía con viento a favor y probablemente hubiese consolidado su victoria hacia el mes de diciembre, fecha para la que estaban originalmente programadas las elecciones.
Sin embargo, la experta advirtió que el actual gobierno no tiene un pronóstico alentador, y que la oposición tiene muchas más probabilidades de alcanzar las mayorías parlamentarias y formar gobierno luego de su victoria en mayo. En ese entonces, aún con ciertos gobiernos autonómicos en disputa, los populares habían logrado arrebatarle cinco de ellos a los socialistas. En el mejor de los casos, el PSOE se mantendría en el poder en tan sólo cuatro de 17 parlamentos autónomos, de acuerdo con 20minutos.
Otra de las consecuencias de la decisión tomada por Sánchez fue la rápida consolidación de las izquierdas que Alonso denominó “extra-PSOE”: sectores que recogieron malos resultados en las elecciones municipales y autonómicas bajo una oferta electoral que en su opinión estuvo “muy dividida”. La nueva integración, bajo el lema Sumar, es liderada por Yolanda Díaz, actual ministra de Trabajo y Economía Social del gabinete “sanchista”. La coalición agrupa varios partidos, entre los que se encuentran Podemos e Izquierda Unida, colectivos que Yolanda Díaz presidió cuando integraban el bloque Unidas Podemos (UP), iniciativa predecesora de Sumar.
De todas formas, el panorama tampoco es auspicioso para la coalición de izquierdas, que obtendría unos 34 escaños de acuerdo con proyecciones realizadas por El País de España. Esto supondría una pérdida de cuatro diputados frente a los 38 logrados en las elecciones de 2019 por los partidos que hoy integran Sumar. Para la politóloga, sin embargo, el adelantamiento electoral permitió evitar la debacle del movimiento de izquierdas, obligándolo a “ponerse en un modo campaña electoral y consolidar su propuesta”. En ese sentido, según Alonso, “el adelanto electoral a esa izquierda le vino bien”.
No contó con la misma suerte el partido de centro-derecha Ciudadanos (C’s), que la analista describió como “un Podemos de derecha”. En las elecciones municipales del 23 de mayo acaparó tan sólo un 1,35% del electorado y no consiguió ningún escaño en las autonómicas, lo que llevó a sus dirigentes a tomar la decisión de no participar en estas elecciones. Para la politóloga, el declive de C’s es producto de la habilidad del PP de recuperar el voto de centro-derecha.
Juego de números
España se rige bajo un régimen parlamentario, lo que significa que las personas no votan a un presidente, sino a los integrantes del Parlamento. El Congreso admite 350 diputados y su integración es la que determinará al próximo gobierno. Sólo podrá gobernar aquel partido que alcance la mayoría absoluta, 176 diputados, o, lo que es más probable, haga alianzas que le permitan llegar a ese número y formar un gobierno de coalición.
La mayoría de las encuestas apuntan a dicho escenario, lo que ha llevado a los partidos mayoritarios, el PSOE y el PP, a entablar alianzas con aquellos más próximos ideológicamente: Sumar y Vox, respectivamente. De acuerdo con una serie de pronósticos publicados por El País de España, la coalición de derechas PP-Vox promedia un 46,9% del electorado, mientras que el PSOE y Sumar un 41,5%. La coalición de izquierdas podría contar con el apoyo de ciertos partidos regionalistas, como el vasco EH-Bildu o Esquerra Republicana de Catalunya, pero aún así, según los sondeos, no podría superar a sus oponentes.
Si bien en el último tiempo han surgido partidos alternativos a los tradicionales capaces de acaparar cierta cantidad de votos –algo nuevo por lo menos desde el regreso a la democracia en España–, Alonso consideró que se puede describir a la situación política actual como un “bipolarismo”. También remarcó el surgimiento de una extrema derecha “relativamente significativa” y acotó que el sistema político español fue “uno de los últimos sistemas europeos en observar su auge”. Según explicó, el PP había logrado mantener los votos de la derecha radical dada su tradición franquista y de esa forma habría “neutralizado” el fenómeno de las extremas derechas europeas, como Alternativa para Alemania en la nación homónima, Agrupación Nacional en Francia, entre otras. Hoy en día, sin embargo, la analista consideró “muy probable” que la extrema derecha pueda ingresar al gobierno de coalición y participar en la designación de ministros.
Para Alonso, el PP no tendría problemas en liderar “y llevarse el crédito” en un posible gobierno de coalición, lo que supondría también una “enorme victoria” para el partido de ultraderecha. De acuerdo con la politóloga, el PP “dejó claro con los hechos” que está dispuesto a gobernar con Vox, “porque hay un montón de gobiernos autonómicos o municipales que gobierna con Vox (…) y lo considera un interlocutor válido para captar [votos] y generar un gobierno mayoritario”.
En cualquier caso, Vox deberá esperar antes de poder cantar victoria, en un escenario en el que las encuestas muestran una significativa pérdida electoral, alrededor de 20 diputados, con respecto a los resultados que había obtenido en 2019. Asimismo, los votos hacia el PP se encuentran en alza, algo que probablemente se explique por una migración del electorado de Vox. De esta manera, para la experta, los populares no tendrían reparos en prescindir de Vox en el caso de aproximarse a una mayoría absoluta por cuenta propia. “Cualquier partido político, entre gobernar en solitario y gobernar con un socio, va a preferir gobernar en solitario”, remató.
Consultada sobre los esfuerzos de Vox de capturar el “voto latino” y las posibles contradicciones con la política antiinmigratoria del partido, Alonso aclaró que, si bien suena contradictorio, “Vox tiene como muy fuerte eso de apoyar la inmigración hispana”. Según argumentó, la cuestión reside en el enfoque que Vox pone sobre la inmigración, dirigida hacia “todo lo que proviene de Medio Oriente y del continente africano”, algo que categorizó como “una cuestión étnica, si se quiere racista”. Es por ello que, a pesar de sus propuestas antiinmigratorias, el partido prioriza el relacionamiento con inmigrantes legales de habla hispana y con origen católico apostólico romano, quienes no son objetivo de la “agitación islamofóbica y racista”.
¿Campaña sucia?
La campaña electoral, que lleva varias semanas, se ha visto envuelta en múltiples controversias. Una de las principales polémicas fue la que se dio entre el candidato a la presidencia por el PP, Alberto Núñez Feijóo, y Sánchez en el debate televisivo del 10 de julio. Allí, el candidato a presidente del PP invitó a su oponente a comprometerse a permitir al partido más votado acceder al gobierno, propuesta que Sánchez declinó. Para Alonso, el pedido de Feijóo fue un movimiento “hábil”, ya que “Feijóo y toda España saben que la primera fuerza electoral va a ser el PP”. Aun así, la experta no tuvo reparos en notar la “contradicción” que este “juego político” supone para el mismo PP, quien no habría cumplido con dichas condiciones en regiones como Islas Canarias o Extremadura, donde impidió al PSOE formar gobierno a través de alianzas.
Por otro lado, tampoco han escaseado las acusaciones entre izquierda y derecha. El jueves 13, la líder de Sumar, Yolanda Díaz, acusó a Feijóo de cometer maniobras “trumpistas”, luego de que el líder del PP cuestionase el funcionamiento del sistema de votos por correo. Asimismo, para el portavoz de campaña de Sumar, Ernest Urtasun, dichas declaraciones “acercan cada vez más a Feijóo a Vox”, según consignó elDiario.es. Alonso prefirió no catalogar a Feijóo como “trumpista”, aunque sí entendió que su estrategia “se repite en otros lugares” y señaló que “es verdad” que Donald Trump fue el principal exponente de “sembrar la duda”.
Por otra parte, tanto Vox como el PP han hecho uso de la expresión “Que te vote Txapote”, en alusión a las alianzas de Sánchez mantiene con el partido Euskal Herria-Bildu (EH-Bildu), perteneciente a la izquierda independentista vasca abertzale. “Txapote”, también conocido como Francisco Gaztelu, es un terrorista perteneciente a Euskadi Ta Askatasuna (ETA) condenado a cárcel por secuestro y homicidio de múltiples personas. Al respecto, la politóloga relativizó los vínculos que Sánchez o integrantes del EH-Bildu puedan mantener con ETA, y resaltó que la organización terrorista fue disuelta hace varios años.
Alonso categorizó algunas de las estrategias utilizadas por los partidos políticos como parte de un intento de “agitar cucos” porque, a su entender, no tienen fundamento. Según la politóloga, no hay razón para perder la confianza electoral en sistemas como España, cuyo régimen está “obviamente probado y con mucha legitimidad”.
¡Es la economía, estúpido!
Más allá de las polémicas, Alonso remarcó la importancia del llamado “voto económico”. Sostuvo que “los políticos piensan que la gente está atenta a cuestiones de política internacional” pero que, en realidad, “para la enorme mayoría de la gente lo que termina moviendo la aguja es la economía”.
La situación económica de España ha sido un tópico controversial a lo largo de la campaña, y cobró relevancia durante el debate del 10 de julio. En esa instancia, Sánchez se concentró en defender los resultados de su gestión de gobierno en materia económica, cuyos logros contrastó con la realidad europea. Alegó que su gobierno logró contener la inflación y el incremento de precios en alimentos lo mejor que pudo, a pesar de la sucesión de varios fenómenos fuera de su control, como la guerra en Ucrania, que afectó a la producción y precios de alimentos a nivel internacional; el temporal “Filomena”, cuya nieve generó problemas en la región central del país; y la erupción del volcán “Tajogaite” en las Islas Canarias, entre otros.
Durante el debate, Feijóo caracterizó las declaraciones del presidente como una “absoluta falta de respeto a todos los españoles” e incluso ironizó respecto de la estabilidad del actual gobierno de coalición. También se refirió a la “fragmentación del plan económico”, que según denunció contiene parte de “la política económica del populismo de Podemos, la política económica del Partido Comunista, del Partido ‘Sanchista’ y una dosis pequeña del Partido Socialista”.
Más allá de lo expuesto por cada candidato, Alonso expresó que sólo los resultados de las próximas elecciones permitirán determinar las valoraciones que el pueblo español pueda tener acerca de las medidas económicas tomadas por el gobierno de Sánchez.
Plus Ultra
Consultada acerca de las posibles consecuencias internacionales que podría traer cada gobierno, Alonso respondió que la victoria de la coalición PSOE-Sumar implicaría la continuidad de la política exterior actual. Por otra parte, consideró que un gobierno PP-Vox, en que el PP no recabe suficientes escaños como para gobernar en solitario, merecería ciertas consideraciones especiales, por los intereses particulares del partido de extrema derecha.
Según describió Alonso, Vox es un partido con una fuerte inserción internacional y de buena relación con figuras de la política europea de extrema derecha, como Marine Le Pen, en Francia, Giorga Meloni, en Italia, y Nigel Farage, en Inglaterra. También hizo referencia a “cierta admiración” desde estos movimientos a la figura de Putin, dado su perfil conservador y oposición a la agenda de derechos, aunque hoy en día “muy devaluada” producto de la invasión de Rusia a Ucrania.
Consultada sobre los impactos en Latinoamérica ante una victoria de Vox, Alonso admitió que es difícil determinar “efectos concretos”. Sin embargo, no descartó un cambio en la política exterior española para con Latinoamérica ante un eventual giro hacia la derecha. En tal caso, los cambios de relacionamiento podrían reorganizarse en torno a los objetivos de Vox, que consisten en “recuperar la tradición hispana en el continente”, algo que entiende que el gobierno de Pedro Sánchez renegó. De esta manera, según Alonso, la atención se vería dirigida hacia países con fuerte tradición indigenista, lo que deja a Uruguay fuera del mapa de incidencia. Por el contrario, los cambios sí podrían derivar en una relación “un poco más compleja” con países como México, particularmente de continuar los gobiernos de izquierda en esa nación.
España es uno de los 115 países que permiten a sus ciudadanos participar de las elecciones a pesar de no residir en el país. También pueden hacerlo, a través del mecanismo del voto consular, aquellos que no se encuentren en el territorio, incluso quienes cuenten con doble nacionalidad. De acuerdo con información publicada por La Moncloa, sólo podrán emitir su voto quienes figuraran tanto en el Registro de Matrícula Consular como en el Censo de Electores Residentes Ausentes (CERA) antes del 1 de marzo de 2023.