La industria de los videojuegos es gigantesca y en ella no solo se mueven muchísimos millones de dólares sino que también los jugadores -llamados gamers– pueden llegar a vivir emocionantes aventuras detrás de una pantalla, en las que encarnan el personaje principal en una historia ficticia que presentan los desarrolladores. Muchas de estas historias provienen del extranjero, pero Uruguay tiene sus propios productos para competir en este mercado.

Si vamos a los inicios de la aventura y repasamos la historia de los videojuegos a nivel nacional, el país tiene logros y reconocimientos importantes en el sector.

Según la página web de la Universidad ORT, IRON-BYTE fue una empresa pionera en el desarrollo y fundada en la década de los 80 por Roberto Eimer y Carlos Galucci, dos jóvenes que en un principio se dedicaban al hardware. Tras una propuesta del Laboratorio Glaxo, en la que les plantearon presentar sus productos desde una computadora en una exposición médica realizada en Punta del Este, técnicamente crearon su primer videojuego: una jeringa que pinchaba y destruía bacterias.

Luego de esto y que se consolidara un equipo de trabajo, se creó el primer videojuego uruguayo propiamente dicho, que tuvo por nombre KATIA. El juego trataba de una ninja que combatía lo que se le cruzaba y se situaba en el puerto de Montevideo.

Sin embargo, en los años 80 aún no había en Uruguay el mercado necesario para colocar el producto, por lo que IRON-BYTE llevó una demo a Europa donde firmó un contrato con la compañía DINAMIC, quien finalmente lanzó el videojuego pero realizando cambios como el nombre del protagonista ―la ninja Katia pasaría a ser Freddy Hardest― y la locación ―el puerto de Montevideo pasó a ser el sur de Manhattan―.

Pese a su debut en el extranjero, la promesa incumplida de lanzar la segunda parte y los cambios que se realizaron pensado en lo comercial, este juego fue de los pioneros en el género o modalidad denominada como beat ’em up (o “yo contra el barrio”), que consiste en enfrentar al jugador con un número elevado de oponentes. Este género inspiró a un enorme cantidad de videojuegos a lo largo de la historia.

En 1991 se registró el lanzamiento del juego uruguayo más importante de la historia: NARCO POLICE. Este videojuego pasó a ser de suma importancia por su jugabilidad en tercera persona y por esto mismo muchos juegos quisieron replicarlo, aparte del hecho de que la cámara situada detrás del jugador y la banda sonora lo hizo destacar entre otros. Sin embargo, la explosión de la industria local se dio en el año 2000, justo cuando al país lo golpeaba una fuerte crisis económica y donde se veía un estancamiento de distintas industrias, entre ellas la de los videojuegos.

Aún así y con todo en contra, precisamente en el año 2002 surge el estudio Powerful Robot Games, fundada por Gonzalo Frasca y Sofía Battegazzore. Esta fue la empresa más exitosa ya que entre los años 2002 y 2012 crearon juegos para empresas como Cartoon Network, Disney o LucasFilms: entre los grandes nombres que lanzó la empresa encontramos Big Fat Awesome House Party, el videojuego de la serie de caricaturas “Mansión Foster para amigos imaginarios” (Foster’s Home for Imaginary Friends) de Cartoon Network, o Path of the Jedi, juego de la saga Star Wars de George Lucas y LucasFilm. A su vez, la empresa fue pionera en lanzar un juego con base en la política, tanto de los EE. UU como del Uruguay, según la página de la Universidad.

Ya para el 2010 y junto a la aparición de Ceibal y las XO, la empresa BATOVÍ Games Studio siguió expandiendo el éxito de los videojuegos uruguayos con nombres como “Vascolet” o “Garra fútbol”. 

Uruguay y su lugar en la industria 

Aunque Uruguay no goza de gran renombre en la industria de los videojuegos en comparación con otros países, cuenta con varias joyas actuales que sorprenderían incluso a los propios uruguayos al descubrir que fueron creadas por compatriotas.

Pomelo Games y Ironhide Games, las dos desarrolladoras de juegos más conocidas de nuestro país, sacaron a la luz joyas como “Outlanders” o “Kingdom Rush” respectivamente. Este último es mundialmente conocido y consolidado como la estrella de su género ya que estuvo en el top ten de las app más vendidas de Estados Unidos. Kindom Rush empezó como un juego para dispositivo móvil, pero luego de su éxito pasó a tener una versión en computadora y Nintendo Switch, un cómic digital y hasta un juego de mesa. Y para el año 2021 se lanzó Legends of Kingdom Rush, un juego del estilo RPG para la plataforma Apple Arcade.

Según explicó a Sala de Redacción Laia Barbosa, integrante de la Cámara Uruguaya de Desarrolladores de Videojuegos (CAVI), este juego fue el que inició y patentó la fórmula de los “towers defense”, un género de juegos basados en defender tu base y derrotar a la de tu rival para ganar. Esto identifica a un segundo uruguayo pionero en los distintos géneros de videojuegos. A su vez, en relación al estado de la industria en el país, Barbosa planteó que en Uruguay “hay un gran futuro” y que se quiere “seguir replicando el éxito y progreso” que tuvieron los dos ejemplos anteriores. Según Barbosa, Outlanders está próximo a sacar una segunda entrega.

Por su parte, el actual director de CAVI, Gonzalo Barki, comentó en la misma línea a Sala de Redacción que ve un futuro próspero en esta industria, ya que año a año aumenta el número de desarrolladores que buscan profesionalizarse. A su vez, comentó que al haber más desarrolladores, aparecen más proyectos y “que de estos proyectos surja una idea exitosa tiene una muy alta probabilidad”.

Por otro lado, en relación a los vínculos con el extranjero, tanto Barki como Barbosa afirman que Uruguay es un país que forma y desarrolla videojuegos para distribuirlos al exterior. Barbosa explicó que hay que pensar siempre en los países no hispanohablantes en el tema de “idiomas jugables” para que llegue a más países, también el mismo Barki mencionó que no es una norma formar juegos solo para el Uruguay.

En el sentido inverso, hubo una participación importante de desarrolladores y testers uruguayos en grandes juegos que se lanzaron al mercado por empresas extranjeras. Para sorpresa de muchos, en el último juego lanzado en base a la reconocida saga de Harry Potter, “Hogwarts Legacy”, hubo teasters uruguayos, pero también podemos encontrarlos en juegos como Fortnite, FIFA -ahora EA Sports FC-, Rocket League o Final Fantasy. El propio Barki participó en el juego para móviles Stumble Guys (réplica del conocido Fall Guys que salió en consolas años atrás). 

Finalmente, entre los expertos consultados no hubo consenso sobre cuánto dinero mueve la industria en Uruguay.

Claves para subir de nivel

Para que este vasto universo mejore y que Uruguay esté entre los países reconocidos por sus aportes al sector hay que mejorar muchos aspectos, coinciden los entrevistados.

Uno de los puntos a mejorar en la lectura de Barbosa es “seguir apostando a políticas públicas”, que según ella son clave para seguir en subida en la proyección de mejora de los desarrolladores. Otras medidas a tomar son “realizar más eventos” para darle más trascendencia al tema y generar “más programas de incubación”, y a su es necesario apostar por espacios de formación como los hay en la Facultad de Bellas Artes así como la batería de cursos privados disponibles, que ayudan a aprender sobre todo este mundo.

Sumado a lo anterior, el actual director de CAVI opina que se está trabajando en obtener más y mejores fondos desde el estado para la industria: “hoy por hoy faltaría un fondo en el que apliquen personas físicas sin necesidad de una empresa, es decir, los recién iniciados”, dijo Barki a Sala.

Claramente “siempre se busca mejorar la situación actual” de la industria, y esto se puede poner como objetivo mirando las empresas desarrolladoras de primer nivel, que hacen juegos “triple A” como los recientes Street Fighter 6 de CAPCOM o el mismo EA FC 25 de Electronics Arts, gigantes en la industria.

“Aunque son juegos de mayores ganancias, también se gasta mucho dinero en su creación”, comentó Barki, quién puntualizó que en Uruguay se pueden ver cada vez más empresas indie o independientes. Y explicó que primero un trabajador indie ingresa en una empresa grande para formarse y luego los experientes se van para formar sus propias empresas.


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