La Organización Mundial de la Salud (OMS) definió a la ludopatía como un trastorno caracterizado por la presencia de frecuentes y reiterados episodios de participación en juego de apuestas. En Uruguay, según el último estudio realizado, son 35 mil personas quienes padecen este trastorno, pero los expertos se muestran preocupados y creen que el número ha aumentado.

“En Uruguay hay una gran cultura de juego y esto hace que seamos un país vulnerable ante esta problemática”, dijo a Sala de Redacción el médico Oscar Coll, investigador y experto en el tema ludopatía desde hace más de 30 años. Coll, quien es psiquiatra, fue docente de la Facultad de Medicina y director del programa de prevención y tratamiento del juego patológico del Hospital de Clínicas, afirmó que la adicción “viene en aumento” en nuestro país. El último estudio de prevalencia arroja que 1,3% de la población sufre de ludopatía, pero el estudio data de aproximadamente 5 años. 

En el medio estuvo la pandemia del Covid-19 que afectó todos los aspectos de la vida de los seres humanos y este caso no es la excepción. Esto, sumado al constante desarrollo tecnológico que favorece el juego online y la creación de máquinas cada vez más modernas y adictivas, es lo que preocupa a los expertos. 

El médico explica que durante la pandemia “los casinos cerraron, por lo tanto las consultas a los centros bajaron” pero quienes estudian la problemática suponían que el juego se seguía dando pero de otra forma. “Sospechábamos que todo se estaba dando en el juego online y efectivamente fue lo que pasó”, asegura.

En la actualidad “la cantidad de gente que juega online es enorme”. Y explica que “al haber cada vez más oferta de juegos y que son cada vez más adictivos, el problema va en aumento”. 

Alcanza a la familia

Si bien 1,3% parece un número bajo y pareciera indicar que el tema está controlado, esto no es así. Coll explica que “esta enfermedad toca el patrimonio y toca el tema familiar”. Lo compara con el caso de un fumador y lo ejemplifica de la siguiente manera: “el fumador fuma y le va a pasar cuenta el tabaco a largo plazo, sobre todo a él”. En cambio, en este caso el juego “toca los ingresos y hace destrozos de pareja y familiares”. Por lo tanto ese 1,3% de personas afectadas no es un porcentaje real si se toman en cuenta los allegados. Después de años investigando la temática, Coll llegó a la conclusión que ese número debe de ser multiplicado por cinco. 

Por lo tanto, basados en el razonamiento del experto es erróneo hablar de sólo 35 mil afectados por esta enfermedad. Aplicando su regla de multiplicar por cinco, los datos arrojarían que son 175 mil los uruguayos afectados y el porcentaje se elevaría hasta un 6,5%. Además, Coll agregó que “mucha gente la padece pero no consulta”. 

En cuanto al perfil del jugador uruguayo el especialista explica que “tanto hombres como mujeres juegan parecido”. Pero realizó una diferenciación en cuanto a los tipos de juegos a los que acude cada género: “las apuestas deportivas afectan más a los varones y los tragamonedas barriales y casinos afectan más a las mujeres”. 

Coll opina que hay un método “infalible” que se usa en Europa para controlar a los que padecen la enfermedad. “La persona que va a jugar tiene que ir con el documento de identidad o el pasaporte y pasar por un escáner. Si la persona está auto excluida o la familia pidió la autoexclusión, salta (una alarma). Ahí es infalible” explica. 

Asegura que en Uruguay no se aplica este método porque “pierden clientela”. Y realizó duras críticas al Estado y quienes regulan la temática. “Casinos del Estado ya no tendría que llamarse así porque son salas de entretenimiento y la mitad de los capitales son privados”, asegura Coll. “El Estado tiene la función de proteger a su gente y acá no está pasando eso”, resumió. 

¿Juego responsable?

En su página web Casinos del Estado tiene disponible el Programa de Prevención y Tratamiento del Juego Patológico, en el que se expresa que “La Dirección General de Casinos del Estado ha sido pionera en promocionar el juego responsable adquiriendo la responsabilidad ante la sociedad de prevenir en el ámbito de su competencia, el juego adictivo, cuando el mismo pueda ser detectado”.

Allí también se menciona la firma del convenio entre la Dirección General de Casinos del Estado con la Facultad de Medicina de la UdelaR, para la financiación del Programa de Tratamiento, Prevención y Promoción de la ludopatía. Para esto se creó una unidad multidisciplinaria entre ambas instituciones. 

Este programa afirma que su “compromiso con la comunidad es promover y sensibilizar, a través de los medios que estime convenientes, el juego responsable, advirtiendo a la sociedad sobre los efectos negativos derivados del juego compulsivo”. Además, como otros mecanismos de ayuda a la persona que presenta esta enfermedad, se menciona la implementación de una línea telefónica de ayuda gratuita (0800 8631), sumado a cartelería informativa colocada en las salas de juego y la entrega de folletos educativos en relación a la problemática. 

Actualmente funcionan tres regionales en el país para la atención de las personas afectadas por la ludopatía: una de ellas está ubicada en el primer piso del Hospital de Clínicas “Manuel Quintela”, la segunda en el Hospital Universitario de Paysandú y la tercera en el Estadio Domingo Burgueño Miguel de Maldonado, agrega la Dirección General de Casinos del Estado en su web.

Por último se encuentra el Programa de Autoexclusión para Ludópatas de las salas de juego administradas por Casinos del Estado, esto “constituye un instrumento de apoyo indirecto destinado a personas que se encuentren afectadas por la enfermedad ludopatía y que decidan voluntariamente autoexcluirse de concurrir a las Salas de Juegos de Azar dependientes de la Dirección General de Casinos del Estado”. 

Una vez firmado y entregado el documento el mismo cuenta con una validez de dos años, o hasta “una nueva comunicación por parte del interesado en el sentido contrario”. La persona que firma este documento asume el compromiso de colaborar para ser reconocida e identificada en las Salas de Juego. Además quien firma el documento “autoriza a la Dirección General de Casinos a emplear la fuerza pública en caso de que se niegue a retirarse voluntariamente de los establecimientos citados, luego de ser identificada”. Esta metodología de autocontrol para Coll resulta “muy difícil de controlar” ya que “en Montevideo como hay tanta oferta de juego, pasan entre dos mil y tres mil personas por día”. Por lo tanto resulta un método ineficiente, en consecuencia “los pacientes firman y al poco tiempo van y juegan de nuevo”. 

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