Frase en el vestuario del Complejo de juveniles de Racing. Foto: Ana Rodríguez / SdR

Son varias las cuadras que distancian a la Terminal Colón de la calle Carlos A. López. Sin embargo, los muchachos, que hacen a diario todo ese camino, lo recorren con satisfacción.
Grupos de amigos, música, mates y risas, son los acompañantes infaltables de todas las mañanas. Más un elemento que nunca puede estar ausente: los bolsos, cargados de la indumentaria necesaria para enfrentar un nuevo entrenamiento. Aunque están cargados, principalmente, de esperanza.
En ese lugar se encuentra el Complejo Deportivo de Racing Club de Montevideo, el equipo sensación del torneo Apertura, que tiene su sede social en Sayago y uno de los presupuestos más bajos de Primera División. Allí, todos los días entrenan las diversas categorías formativas de la institución.
Los de “La Escuelita”, como prefieren ser llamados, poseen un gran complejo donde muchachos de todas las generaciones desafían a la realidad día a día para lograr un sueño común: poder vivir de lo que les gusta.
Fortalezas y debilidades
En diálogo con Sala de Redacción, Ernesto Garateguy, coordinador de las divisiones juveniles de Racing, destacó las fortalezas de la institución, entre las que resaltó el sentido de pertenencia y la importancia simbólica del club para todos aquellos que formaron parte de él y que actualmente lo integran. “Tiene una magia que es inexplicable, el segundo jueves de cada mes ya está instaurada una comida de ex jugadores que decidimos hacer en la sede”.
Para Garateguy, sumado al cariño por el club, la instauración de la terminal de ómnibus de Colón se transformó en otra de las grandes fortalezas del equipo, que cotizó, aun más, el beneficio de tener un complejo propio para poder entrenar. “En su momento se habló de la venta del complejo por diferentes motivos pero se llegó a la conclusión de no hacerlo justamente por la instauración de la terminal”.
Por otra parte, según el coordinador, la asociación de Racing con el programa “Gol al futuro”, impulsado por el Ministerio de Turismo y Deporte, se convirtió en una gran ayuda desde varios puntos de vista, pero principalmente desde el apoyo económico, de materiales y de especialistas como médicos, psicólogos, entre otros.
Para Finalizar, Garateguy resaltó que la venta de jugadores formados en las juveniles es otra de sus grandes fortalezas además de ser una gran ayuda económica. “El club se alimenta de sus jugadores juveniles, actualmente por ejemplo, con la venta de Gorosito o en su momento con el “Japo” Rodríguez o Juan Manuel Díaz que ambos se formaron en Racing”.
En relación a las debilidades, Horacio Britos, director técnico de cuarta y quinta división, hizo énfasis en que la situación, cuando llegó a ocupar el cargo en el mes de enero, era complicada. “Cuando arrancamos había muchas carencias en todo sentido, había que atacar sobre tres áreas fundamentales: orden, disciplina y planificación del trabajo”.
Entre las normas de conducta a corregir se encontraban, el saludo, los hábitos de comportamiento y el vocabulario. Por esto, Britos decidió cambiar el término “proyecto” por “proceso”.
Jugar y estudiar



Vestuario del Complejo de juveniles Racing. Foto: Ana Rodríguez /SdR

Para todos aquellos que de alguna u otra manera forman parte de la institución, una de las principales reglas debe ser que los jugadores posean un “plan B” relacionado al estudio.
Garateguy maneja cifras que dejan en evidencia la necesidad de que los jugadores de las formativas realicen en paralelo a su actividad deportiva, algún tipo de especialización que mañana pueda transformarse en un sustento de vida. “Hay una investigación en ONFI (Organización Nacional de Fútbol Infantil) que dice que de 60.000 chiquilines que están jugando hoy al baby fútbol, sólo el 0,14 % serán figuras en un futuro, o sea, solo ocho jugadores. Además hay 300 jugadores de esos 60.000 que van a poder vivir a corto plazo de su carrera”.
Para el coordinador, es fundamental encargarse de las necesidades de todos los jugadores de los planteles y no solo de aquellos dos o tres que algún día van a poder formar parte de la Primera División.
El técnico Britos, coincidió en la importancia del estudio y además destacó el seguimiento que se hace de los jugadores. “No solo importa el hecho de que estudien sino también que tengan un buen nivel y no estén solamente inscriptos”.
Entre los sueños y la realidad
La combinación entre las esperanzas con las que llegan los jugadores y la realidad numérica que es más cruel, es esencial.
Según el coordinador de los juveniles, la conjunción de ambos elementos es la clave. Los técnicos normalmente se encargan de alentar a los jugadores y de ser una motivación constante, y Garateguy, por su parte, se encarga de ser su “cable a tierra”. “Como coordinador me puedo abstraer un poco, y les explico que está todo bien con que quieran llegar pero la realidad es otra. Esta bueno que le metan mucha energía a la hora de entrenar pero no toda, ya que la realidad nos indica que de 20 pibes, dos o uno capaz que tienen suerte de vivir de esto, por eso el proceso debe ser disfrutable”.
Sumado a eso, agregó que los jugadores deben lidiar muchas veces con los anhelos y sueños de los padres más que con los propios, y eso es siempre un tema a tratar en el taller que realizan con los padres.“A veces las mochilas con las que vienen los muchachos son muy pesadas, las sueños y las presiones de los padres en ocasiones pesan demasiado”.
El sustento
Consultado por Sala de Redacción, Raúl Rodríguez, actual presidente de Racing, explicó los diferentes mecanismos que posee la institución para poder solventarse económicamente, más allá de las dificultades.
Rodríguez expresó que para Racing tener divisiones formativas es relevante por dos motivos. El primero debido a que es obligatorio para todo club afiliado a la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) presentar divisiones juveniles. El otro, más relevante, es porque es necesario promover y proyectar jugadores como auto sustento y vínculo con la sociedad.
Racing destina un 15% de los ingresos que obtiene por derechos de televisación o por derechos de esponsorizaciones a financiar a las divisiones formativas. Actualmente se compite en tercera, cuarta, quinta, sexta, Sub-16 y séptima.
Cada categoría posee su propio cuerpo técnico, conformado por: director técnico, preparador físico, equipier, una fisioterapeuta y un médico que supervisa todo. “De todo el dinero obtenido se paga desde el fichaje del jugador en la AUF, más todo el personal, los traslados de los muchachos a las competencias, todo el equipamiento y los costos de los partidos, desde los árbitros, hasta la seguridad y los traslados para ir a las diferentes canchas”.
Ejemplos a seguir
Gonzalo Bracco es jugador de quinta división, vino desde Paysandú y actualmente está en Racing después de un pasaje por el Club Atlético River Plate y Liverpool Fútbol Club.
Su pasión por el fútbol se combina con el estudio, aspecto que para él es muy importante. “Estoy haciendo quinto científico en el liceo Nº63 porque para mí el estudio es fundamental. Me gustaría en un futuro hacer algo relacionado a la administración”.
Entre sus anhelos, el principal es ser un jugador profesional y poder vivir de lo que le gusta. “Mi sueño es llegar a la Primera de Racing, después irme al exterior y por último llegar algún día a jugar en la selección”.
Santiago Señoranes, es otro jugador proveniente del interior, en este caso de Bella Unión. Juega en la cuarta división y, al igual que Bracco, se encuentra estudiando. “Estoy haciendo sexto humanístico en el liceo, me quedan dar los exámenes nada más y después me gustaría seguir estudiando administración de empresas”.
Señoranes llegó a Racing luego de un pasaje por el Club Nacional de Fútbol, en donde jugaba desde los 13 años. Su sueño de ser jugador va más allá de su propio espíritu ya que abarca también los deseos de su abuelo. “Ser jugador fue siempre un sueño propio y además lo hago también por mi abuelo, ya que su hijo, o sea mi tío, también jugó al fútbol y tenía mejores condiciones que yo, pero después se echó a perder y eso terminó siendo una tristeza para mi abuelo, por eso ahora estoy también en esto del fútbol”.
Para él, al igual que su compañero, su sueño es ser reconocido en un futuro y poder convertirse en un ejemplo para los niños de su ciudad. “Mi sueño es llegar a la Primera de Racing, después irme a un cuadro grande y el día de mañana poder ayudar a los chicos de mi ciudad y ser un ejemplo a seguir para ellos”.
Ernesto Garateguy se encargó de definir a Racing como “una linda y gran familia” más allá de todas las cosas positivas y negativas. Por su parte, Raúl Rodríguez, destacó a la institución por ponderar al ser humano por encima de la técnica deportiva. “Priorizamos la esencia humana básica más allá de las condiciones que debe tener el jugador para ser un profesional”.
Con sus fortalezas y debilidades, sus proyectos cumplidos y por cumplir, sin dudas el complejo de Racing es el centro de un sin número de sueños aún por cumplir.
Ana Rodríguez
 

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