Ceremonia inaugural del Estadio Centenario, 18 de julio de 1930. Foto: Centro de Fotografía de Montevideo

La idea de que un mundial de fútbol se realice en nuestro país en 2030 ha ido tomando forma. El fútbol está fuertemente entrelazado con la cultura uruguaya y este evento impactaría a la sociedad de distintas maneras. El mundial sería realizado conjuntamente entre Uruguay, Paraguay y Argentina, y ya se habla de las posibles sedes que le tocarían a cada país. A la espera de definiciones, el impacto social del fútbol permite entender qué emociones juegan a la hora de imaginar que el mundial pueda realizarse. Juan Cristiano, magíster en Sociología, habló con SdR sobre la importancia del fútbol en la sociedad uruguaya y cómo incide en la candidatura para el mundial.
Según el sociólogo, “el fútbol es para los uruguayos un aspecto central de la cultura. No podemos entender la identidad nacional sin la preferencia por él“. Pero además tiene repercusiones internacionales: “es nuestra principal carta de presentación. Uno puede conversar con personas de cualquier parte del mundo y a Uruguay lo conocen por eso. Esto hace que la organización de un evento de enorme magnitud como es un mundial, tenga una enorme significación para la población“. En este momento la población está más preocupada por el Mundial de Rusia. Pero si la candidatura llega a confirmarse, la sociedad va a estar pendiente de todos los detalles.
Mucho se ha debatido acerca de la posibilidad de llevar a cabo la principal cita mundialista en nuestro país. Se teme que el evento deje importantes pérdidas económicas o infraestructuras que luego no sean utilizadas. ¿Cuál es el pensamiento de la mayoría de los uruguayos respecto a esto? “Sería interesante hacer un estudio, pero si tuviera que jugármela, pienso que la mayoría de los uruguayos priorizarían la realización de este evento: habría colas multitudinarias para sacar entradas para los partidos. Un factor que hay que tener en cuenta también es que si a Uruguay no le va bien en el torneo y hay pérdidas económicas, la gente va a criticar la realización del campeonato, pero si Uruguay tiene una gran actuación, ni si quiera se lo va a cuestionar“. Cristiano planteó que “sería una frustración importante para la población en caso de que el mundial no pueda realizarse en nuestro país, porque realmente genera una expectativa muy grande“.
La política también está implicada en la organización. Según el magíster, las cámaras de televisión van a apuntar al gobierno de turno. Esto puede llevar a que haya un intento de apropiación del evento por parte del partido político que esté en el poder, pero cree que “la población uruguaya no va a vivir el mundial como algo partidario, va a ser una empresa colectiva, algo de todos“. Además, un acontecimiento de esta magnitud requiere que todos  los partidos políticos trabajen juntos. “Ahí se puede tener más posibilidades, primero de organizarlo y luego de que sea un evento exitoso, si se compromete a toda la población“.
La relación de la identidad uruguaya con el fútbol tiene su fundamento en el éxito logrado en este deporte. Cristiano identificó algunas personas y momentos claves: “desde principio del Siglo XX, Uruguay tuvo dirigentes muy avanzados para su época, que fue de los primeros países en competir internacionalmente, y en esto fueron fundamentales los cruces con Argentina“. Estos dirigentes fueron centrales para los éxitos que tuvo el fútbol uruguayo, como los primeros campeonatos sudamericanos y las medallas de oro olímpicas. “Fueron precursores a nivel local y mundial. En ese momento la FIFA era casi inexistente, prácticamente una institución nominal. No organizaba ningún torneo importante. Los mundiales recién se empezaron a organizar en 1930“, dijo el entrevistado.

Partido entre las selecciones de Uruguay y Perú en la primera Copa Mundial de Fútbol, 18 de julio de 1930. Foto: Centro de Fotografía de Montevideo

Otro momento clave fue el primer mundial realizado ese año, que es el principal argumento que presenta Uruguay para que en 2030 se celebre en el Río de la Plata. “Uruguay logra organizar el campeonato del ’30 en base a los éxitos que había logrado en los juegos olímpicos. Eso fue realmente un espaldarazo muy grande para lo que es la identidad nacional, ser el organizador del primer mundial y ganarlo“, manifestó Cristiano. También distinguió la inolvidable gesta del Mundial de 1950: “Maracaná es una de las representaciones colectivas más fuertes que tiene el Uruguay. Se da en un momento en que la economía era muy fuerte, el país tenía tazas de crecimiento muy importante en la década del cuarenta, se da esa una culminación al ganarle a Brasil en su propia casa“.
Por último, Cristiano nombró el mundial de Sudáfrica 2010, en el que se vio un cambio de actitud de la población uruguaya en cuanto a la valoración de los éxitos: “en el Mundial del ’70 Uruguay salió cuarto, y pasó prácticamente desapercibido, nadie los fue a recibir, porque se esperaba que fueran campeones. Después del ’70, Uruguay hasta Sudáfrica 2010 no tuvo grandes participaciones en los campeonatos mundiales. Ha ganado campeonatos sudamericanos, pero en campeonatos del mundo nunca pasamos más de octavos e incluso no fuimos a algunos mundiales. Esto hizo que salir cuartos en Sudáfrica fuera como salir campeones del mundo. Marcó un cambio en las expectativas“.
El académico también analizó las situaciones en otros países y las comparó con Uruguay. Casos como el de Argentina y el de Alemania son ejemplos de formas opuestas de valorar los resultados deportivos. En Argentina se vive un clima de gran pesimismo pese a ser el actual subcampeón del mundo y de América, y la gente vive este presente como si no hubieran clasificado al mundial, explicó. Mientras, Alemania se ha mantenido en un mismo proceso de trabajo desde hace muchos años. Aunque demoró en lograr campeonatos, se valoró el buen trabajo, el buen juego y los desempeños del equipo en los campeonatos del mundo. No fue una catástrofe que no saliera campeón en su momento. “Nosotros estamos en la misma línea que los alemanes”, opinó Cristiano.
Esta nueva línea tiene un cambio radical con el pensamiento anterior que valoraba únicamente los éxitos. “Tradicionalmente si no éramos campeones, no servía para nada“, manifestó el sociólogo. En cambio, ahora se valoran también las posiciones en los torneos y las clasificaciones. “En eso hemos tenido una cierta evolución, si no lamentablemente el proceso Tabárez ya no estaría, porque no se puede basar todo en los resultados“, agregó.
Lo logrado por Uruguay a nivel de selecciones influye mucho en que sea tenido en cuenta como candidato a organizar el mundial. El país debe saber combinar sus argumentos históricos con buenos resultados deportivos. “Hay que estar atentos a la situación de Argentina y también la de Paraguay, que probablemente también sea parte de la organización, porque dependemos también de cómo estén posicionados ellos“.
Leandro Fernández

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