La lluvia no detuvo la concentración del colectivo de personas en situación de calle Ni Todo Está Perdido (Nitep). Magela, una de sus voceras, leyó la proclama a través de un megáfono. Los convocados a la Plaza Libertad escucharon con atención en la jornada del Día de las Luchas de las Personas en Situación de Calle de Latinoamérica y el Caribe. Finalizada la lectura, una integrante tomó el megáfono y dictó un poema:

¿Qué puedo hacer con esta herida lacerante
que agrede a mi alma?
y se desangra
con tanta sangre hermanada
de compañeros vulnerados en tan dolorosas circunstancias.

—¡Ese es mi poema! —reaccionó sorprendida una chica entre la multitud.

La jornada terminó con el canto unísono de “a cualquiera le puede pasar”. 

El 19 de agosto de 2004, 15 personas en situación de calle fueron atacadas mientras dormían en la Praça da Sé, en el estado de São Paulo, Brasil. Siete de ellas fallecieron, las otras ocho fueron heridas de gravedad. La fecha, también conocida como la “Masacre de la Sé”, se convirtió en un símbolo para la Red Latinoamericana de Personas en Situación de Calle. 

En Uruguay, la fundación del colectivo Nitep se dio en 2018. Su antecedente fue un informe que difundió el uso que las personas en situación de calle le daban a las instalaciones de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República. El debate “tensionó e interpeló el papel de la facultad como espacio público”, explicó la doctora Sandra Leopold a los oyentes del conversatorio “Desigualdades y conflictos en el Día de las Luchas de las Personas en Situación de Calle”. “Nosotros decidimos devolverle a la facultad lo que esta nos había dado”, recordó el integrante del colectivo, Eduardo Cabrera, a Sala de Redacción. A raíz de esas instancias colectivas, nació Nitep.  

Para el antropólogo Marcelo Rossal, esa tensión fue útil para “repensar”. Defendió la calidad de pensamiento alcanzada cuando se piensa en conjunto: “nuestra obligación es pensar, pero no pensar desde una torre de marfil, sino pensar junto a los otros”.

En la proclama, el colectivo enumeró los logros alcanzados en tan solo tres años de trayectoria y cómo su voz llegó a los medios y a autoridades estatales. Sin embargo, para Nitep las desigualdades nacen de la lucha de clases y arrastran las violencias desde el vientre de sus madres. Defendieron que lo que necesitan es empleo y que están dispuestos a colaborar para generarlo, y finalmente recordaron a los compañeros fallecidos en situación de calle a causa de frío y de enfermedades. “Por eso seguimos luchando, desde nuestros estómagos contraídos con una alimentación insuficiente”, expresaron.

Que no mueran más

A través de un encuentro virtual y adelantándose al invierno pandémico, el 26 de abril lanzaron su campaña “Ni una muerte más en situación de calle, otro invierno es posible”. Para el colectivo, las muertes de sus compañeros por el frío “podrían haber sido evitadas”. Pero el objetivo de la campaña no era solamente la denuncia, sino la solicitud del funcionamiento urgente del Plan Invierno del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), abrir los centros las 24 horas, así como la apertura de nuevos baños públicos. En defensa de sus propuestas, Nitep expresó que estos servicios públicos generarían nuevos puestos de trabajo. 

En el mes de mayo, comenzó el funcionamiento del Plan Invierno. Además, el Mides implementó medidas de prevención ante las alertas de olas polares: aumentaron las recorridas nocturnas de territorio y se habilitaron 800 nuevas plazas en refugios de Montevideo y alrededor de 500 en el interior del país. 

El 26 de junio, el Municipio B inauguró cinco nuevos baños públicos diurnos que funcionan de 8 a 18 horas, franja horaria en la que los refugios mantienen cerradas sus puertas. 

Se firmó un acuerdo

Mariana Luzardo, representante del colectivo Nitep, firma el convenio para la implementación del mapeo participativo. Foto: Daniela Calone

En la Sede del Municipio B se firmó un convenio entre el Municipio, la Udelar, la Fundación Friedrich Ebert en Uruguay (Fesur) y el colectivo Nitep para la realización de un mapeo colectivo y participativo. En representación de las distintas instituciones, firmaron el acuerdo Patricia González de Fesur, Mariana Luzardo de Nitep, Sebastián Aguiar de la Udelar y Silvana Pissano, alcaldesa del Municipio B. El mapeo participativo implica un análisis de territorio que le facilita a Nitep la identificación de las “necesidades (servicios, infraestructuras) asociadas a las trayectorias vitales de las personas en situación de calle” dentro del municipio. La contribución de la Udelar implicará el desarrollo de un diseño metodológico y técnico para la implementación del mapeo, Fesur aportará los honorarios requeridos y el Municipio B se encargará del seguimiento del “proceso participativo” y de la elaboración de un proyecto audiovisual. 

González expresó su confianza en que los resultados del mapeo podrán ser implementados en la política pública. “La agenda que ustedes vienen construyendo es una agenda política”, dijo, dirigiéndose a los miembros de Nitep, y agregó que “tiene que tener una incidencia en el espacio político”. 

“Hoy día, cuando muere una persona en la calle la recordamos”, expresó Luzardo, que se siente orgullosa de la organización del colectivo y recordó que marchan para que “se comprenda que la calle no es lugar para vivir”. 

“El respeto por la construcción colectiva es el camino que el municipio quiere transitar”, afirmó Pissano, y defendió la importancia de la toma de decisiones en conjunto y no “de arriba para abajo”. Según el censo de 2019, se estima que el territorio del Municipio B es cuna del 46% de las personas en situación de calle. Los firmantes esperan que se impliquen mecanismos similares en los demás municipios. 

Aún hay más

Con el apoyo de Naciones Unidas, se llevó a cabo un censo en Montevideo en la madrugada del 27 de julio. Según los datos obtenidos esa noche, el número de personas en situación de calle ronda las 3.907 personas. El Mides registró un aumento del 16% de la cantidad de personas en situación de calle con respecto a 2020.

“El problema es la producción masiva de pobreza”, identificó Rossal para la columna de Uni Radio del equipo de Sala de Redacción del 9 de agosto. Y opinó que la problemática no se limitaba al contexto pandémico: “lo grave es la falta de políticas activas para que no caiga más gente en esta situación”. 

El colectivo no opinó distinto. En la lectura de la proclama enumeraron las soluciones que consideran viables para la problemática de la vivienda, como la implementación de alquileres solidarios con derecho a compra o inspirarse en el sistema cooperativo de ayuda mutua. Sentenciaron que en la vía de los hecho la vivienda no es un derecho como establece la Constitución de la República, sino un negocio. “Decimos no a la globalización de la pobreza”, sostuvieron, e insistieron en que existen personas en situación de calle que saben de construcción, que podrían contribuir con sus propias manos. Denunciaron además que el problema no es la escasez de tierras, más bien es necesaria “la voluntad política”. 

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