Habitadas, Encuentro Feministas Diversas, Las Puñadito, Colectivo Elefante, Cotidiano Mujer y Plenario de Mujeres del Uruguay (Plemmu) seis colectivos feministas que conforman Las Pioneras. La plaza se encuentra ubicada en Agraciada, entre Fausto Aguilar y General Luna, en el barrio Arroyo Seco, en Montevideo; se inauguró el 7 de marzo de 2020 -cinco días antes de que se decretara la emergencia sanitaria por covid-19- con una gran celebración que concentró a cientos de personas y contó con diversos espectáculos artísticos. Surgió de un proyecto de la Intendencia de Montevideo (IM), que en 2018 convocó a arquitectos y a arquitectas a remodelar el espacio, que originalmente eran galpones industriales de la compañía de tranvías “La Transatlántica”.

La casa cuenta con dos salones. El más pequeño funciona como una cafetería, y el más grande es utilizado para la organización de  asambleas, seminarios, talleres, cursos y presentaciones, entre otra actividades. El nombre debe su origen a las pioneras de luchas feministas del siglo XIX y busca reflejar los feminismos y disidencias que existen hoy, a través de un nombre que aglomere pasado, presente y futuro.

La plaza es un espacio que se gestiona mediante consensos en reuniones y propuestas que son planteadas y estudiadas en las asambleas que hacen una vez por semana. Se realizan actividades colectivas que den visibilidad al feminismo y  gestionen un espacio público y abierto para las organizaciones feministas de la capital. Uno de los ejes centrales es que “las mujeres por primera vez encuentren un espacio de participación, discusión y charla”, explicó a Sala de Redacción Ana Algaré, una de las directoras de Plemmu.

Compromiso diario

El proceso para la obtención de este espacio comenzó en 2018, cuando la IM lanzó el concurso de remodelación arquitectónica. Luego de esto, se determinó que sería un espacio feminista y se estableció contacto con distintas organizaciones que trabajan con mujeres para poder gestionar el lugar. “Parte de la idea surge del encuentro feminista de América Latina y el Caribe que se hizo acá en el 2015”, mencionó Algaré, y añadió que “no fue fácil” llegar a una asamblea o “sumar varios colectivos que quisieran emprender la gestión de un espacio tan grande como lo es Las Pioneras”. Explicó que requiere un compromiso diario: hay que mantenerlo, limpiar, y estudiar los proyectos a futuro. En tanto, opinó que es “muy reconfortable” que dos años después de la inauguración, funcione con las mismas ganas.

Para la utilización de la casa cuentan con algunos principios, uno de ellos es que todas las actividades tienen que ser gratuitas. En tanto, no solo colectivos feministas solicitan utilizar la casa y, en este sentido, uno de los criterios es que sean colectivos y organizaciones promotores de los derechos de las mujeres. Lilián Celiberti, fundadora y actual coordinadora de Cotidiano Mujer, dijo a Sala de Redacción que a organizaciones “racistas y/o homofóbicas”, no se les otorga el espacio, y agregó que “no alcanza con ser feministas, porque hay algunas expresiones feministas que dentro de sus objetivos expresan un cuestionamiento a la presencia trans dentro del movimiento”. Explicó que este tipo de organizaciones están “vetadas” del uso de la casa.

El desarrollo conjunto de las actividades es un trabajo “demandante”; se debe mantener el cuidado y la gestión de la casa. “Poner la mira en que exista un espacio cuidado y protegido que le dé cabida a todos los colectivos”, indicó Celiberti, quien recordó que pocos días después de haber inaugurado el espacio y durante un buen tiempo tuvieron suspendidas las actividades, por la pandemia, “pero ahora estamos volviendo a retomar todo”, dijo.

 Para todos los gustos 

Aquellas mujeres o colectivos que quieran formar parte de este espacio, según el estatuto, deben de participar en la gestión de la casa durante dos meses: “primero es la práctica y después la integración, primero hay que ir a la asamblea, hay que estar, ofrecerse a hacer las actividades de cuidado, vigilancia, poner todo en orden, y después de establecer el conocimiento del acercamiento. Simplemente se solicita la participación en la asamblea y ésta resuelve”, manifestó Celiberti. 

Los colectivos feministas que quieran presentar un taller, una obra de arte, o una asamblea de su colectivo, pueden hacer una propuesta y enviarla a la asamblea para que la estudie. “Es un espacio abierto al trabajo, hay murgas que ensayan, obras de teatro, presentaciones de libros, talleres de violencia, pero lamentablemente en este año y medio por la pandemia y por el tema del aforo, no tenemos tantas actividades como nos gustaría”, lamentó Algaré.

A estos cursos o talleres se puede acceder por medio de las redes sociales, donde se publican semanalmente o quincenalmente todas las exposiciones, talleres y asambleas que se realizan dentro del espacio. En la mayoría de los casos, cuentan con el aforo completo.

Espacio cogestionado
Ambas integrantes cuentan que la IM “la que nos dio el comodato de la casa” y que paga los servicios de OSE Y UTE. Sin embargo, explican, el teléfono y el internet son propios del espacio y los paga Plemuu. “La idea es que nosotras gestionemos del todo, pero como no tenemos ingresos dado que el espacio tiene que ser gratuito, no hemos podido recaudar fondos”, manifiesta Algaré. Tiempo atrás, se presentaron a un proyecto de la fundación Maria Bella que les permitió comprar los aires acondicionados y un televisor para el espacio. 

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