Para el presidente del Laboratorio Tecnológico del Uruguay (Latu), Ruperto Long, la instalación de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Montevideo en el parque tecnológico es un avance muy importante, no solo para el LATU sino para el país, según expresó, por tratarse de una facultad de Ingeniería, centro que considera un factor clave para el desarrollo del polo. 

La nueva sede de esta facultad se inauguró el 29 de abril con la presencia del presidente de la República, Luis Lacalle Pou, y otras autoridades del gobierno, entre ellos la vicepresidenta Beatriz Argimón, el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, y el ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini. El edificio había comenzado a construirse en 2021, a partir de un acuerdo firmado entre la Universidad de Montevideo (UM) y el Latu. La instalación comprende tres pisos, con 13 aulas amplias, cuatro laboratorios, una biblioteca, salas de profesores, espacios de recreación y estudio, y una capilla. Lacalle cortó la cinta inaugural, aunque no brindó declaraciones a la prensa.

Quien sí hizo declaraciones a la prensa fue Long quien, entre otras cosas, expresó que su idea es que la UM “siga adelante y se expanda”, pero que le gustaría que otras universidades del país se incorporen al predio: “queremos alentarlas todo lo que podamos”, dijo. 

Consultado por Sala de Redacción acerca de si se ha realizado alguna acción para instalar en el parque tecnológico a las demás universidades, Long respondió que “es más que nada un deseo”, porque si bien ha habido contactos, no se ha podido concretar nada. En cuanto a si la instalación de la facultad de la UM generará diferencias importantes en la formación académica con respecto a las demás instituciones, Long planteó que sin dudas los estudiantes de la UM recibirán un plus al estar instalados en un parque tecnológico, pero que “si eso se traduce en una diferencia sistemática entre una universidad y otra, depende de qué otras cosas se hacen en otros lados”.

Ante las críticas que generó la instalación de un centro privado en una organización del derecho público no estatal, Long manifestó que el Latu está abierto a todas las instituciones educativas. Recordó, además, que ya cuenta con centros de UTU y de la Universidad Tecnológica (Utec), y afirmó que la mezcla de interacciones públicas y privadas es positiva, porque “se deben eliminar esas barreras e interesarse por el otro, sin importar la naturaleza de la institución”. “Eso es instrumental y no esencial”, evaluó.

Long remarcó que es un hecho importante para el país que haya una nueva Facultad de Ingeniería: “3500 metros cuadrados, 500 estudiantes con posibilidades futuras de llegar a 1.000: son cifras significativas para el Uruguay”. Opinó que “el país de la calidad y la excelencia es posible”, y que el parque tecnológico, al contar con espacios dedicados al desarrollo de la ciencia, genera componentes que contribuyen a eso. 

En cuanto a lo que representa para el Latu la instalación de esta facultad, dijo que es fundamental para el parque tecnológico, porque uno de los modelos de referencia es el centro Silicon Valley, ubicado en California, Estados Unidos, que es sede de muchas empresas de tecnología. Por eso, para Long, los parques tecnológicos deben tener una serie de componentes combinados: laboratorios, centros de investigación, incubadoras, centros de divulgación de la ciencia y un componente educativo importante. “Hoy en día tenemos un centro de UTU, las oficinas centrales de Utec, y ahora una universidad de primera línea”, valoró.

Además, el presidente del Latu remarcó la influencia que tendrá en los estudiantes encontrarse en un parque tecnológico, porque la interacción con investigadores, profesores, y emprendedores “ayuda a que el semillero crezca” y a que las iniciativas que nazcan allí tengan más probabilidad de éxito. A su entender, será como “una fertilización cruzada”, en la que se tiene “objetivos similares pero que se desarrolla en áreas complementarias; una sinergia”, añadió.

Según Long, las instalaciones del Latu influirán de forma fructífera en los estudiantes, porque de manera formal o informal recibirán aprendizajes y sugerencias de otra gente, “un enriquecimiento que se ha visto en otros países y ahora tenemos la oportunidad de recrearlo en el nuestro”, dijo.

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