El contacto entre las mujeres parlamentarias es algo “natural” y no orgánico, explicó a Sala de Redacción Nibia Reisch, diputada del Partido Colorado (PC). “No hay una red estructurada, sino que en los hechos cotidianos estamos en permanente contacto apoyándonos”, dijo, y puntualizó: “Que yo conozca no hay redes de apoyo entre mujeres dentro del Parlamento”. La senadora del Partido Nacional (PN), Graciela Bianchi, agregó: “No lo necesitamos”.
A diferencia de las demás legisladoras, Verónica Mato, diputada del Frente Amplio (FA), dijo que en su partido hay redes de “trabajo y pienso” entre mujeres y se plantean temas vinculados a las problemáticas de género. Expresó, además, que la Unidad Temática por los Derechos de las Ciudadanas del FA está elaborando un protocolo de actuación “ante situaciones de acoso, abuso o maltrato hacia mujeres” dentro del ámbito parlamentario.
El espacio de la mujer
La tasa de la representación femenina en el Parlamento es una de las más bajas de la región desde el retorno a la democracia en 1985, según explicaron las politólogas Verónica Pérez y Niki Johnson en una nota publicada en Brecha. El aumento por período es mínimo aún con la aplicación de la ley 18.476 -coloquialmente conocida como ley de cuotas-, que establece que “en toda elección de primer grado que se celebre para la integración de las autoridades nacionales, departamentales y municipales de los partidos políticos, se deben incluir, en las listas o nóminas correspondientes, personas de ambos sexos, en cada terna de candidatos, titulares y suplentes”.
En el análisis de las politólogas se aclara que la escasa participación de las mujeres dentro del ámbito político se debe a la fragmentación de las bancas -causada por una mayor variedad de partidos en ambas cámaras- y la forma en que los lemas conforman sus listas. “La mayoría de los partidos, o por lo menos sus fracciones más competitivas, suelen aplicar la cuota de manera minimalista, ubicando a sus candidatas en el último lugar permitido por la ley -el tercero de cada terna-”, escriben Pérez y Johnson.
En este período, de 129 legisladores actuantes en ambas cámaras más la presidenta de la cámara alta, Beatríz Argimón, sólo 30 son mujeres. “El Parlamento es un espacio muy masculinizado”, expresó Mato. Lo mismo puntualizó la diputada de Cabildo Abierto (CA), Silvana Pérez Bonavita: “A veces hace falta más presencia femenina en el ámbito político”.
Sin embargo, las mujeres en el Parlamento han logrado algunos espacios de igualdad y promoción de derechos de género; la Bancada Bicameral Femenina se compone por senadoras y diputadas de todos los partidos políticos y trabaja sobre la generación de una agenda legislativa con enfoque de género. “Es una cooperación entre mujeres políticas que apunta a realizar los cambios que aún se necesitan en la sociedad”, explicó Bonavita. De todas formas, por la emergencia sanitaria y el tiempo que llevó la discusión del proyecto de ley de urgente consideración, todavía no comenzó a sesionar.
El 8 de marzo del año 2000 las senadoras y diputadas que ejercían en el Parlamento dieron una conferencia de prensa y comunicaron la creación de una agenda legislativa, que tuvo como objetivo defender los derechos de las mujeres e incluir los temas de género. La Bancada fue impulsada por tres legisladoras de los partidos tradicionales: Beatriz Argimón, ahora vicepresidenta del Uruguay, Margarita Percovich, ex diputada y ex senadora del FA, y Glenda Rondán, ex directora de los centros del Ministerio de Educación y Cultura.
La agenda de derechos que lograron es muy variada: entre otras, la ley 17.242 que otorga a las mujeres trabajadoras un día de licencia para realizarse estudios de prevención de cáncer genitomamarios, la ley 17.514 para la erradicación de la violencia doméstica, la ley 17.900, que encomendó nombrar al Hospital de la Mujer del Pereira Rossell como Paulina Luisi, la ley 18.476, que regula la participación política equitativa de ambos géneros.
Amparo de la palabra
El 2 de junio Mato dio un discurso ante la Cámara de Representantes sobre la violencia de género en el que argumentó que la voz de la mujer es silenciada: “En este corto tiempo que llevo como legisladora he tenido que presenciar cómo la voz de nosotras, mujeres parlamentarias, no es escuchada en este recinto”, dijo.
En medio del discurso, el presidente de la cámara, Martín Lema, pidió no usar “palabras hirientes” y solicitó que se aplicara el artículo 73 del reglamento de la Cámara de Representantes, que establece: “Si un orador falta al orden, incurriendo en personalismos, expresiones hirientes o indecorosas, el presidente, por sí o a indicación de cualquier representante, lo llamará al orden”.
Consultadas sobre la situación, Reisch sostuvo que no comparte la visión de la diputada frenteamplista sobre el trato de la mujer en la cámara, y aseguró: “No por ser mujer tengo coartada la palabra ni el accionar”. Por otro lado, Bonavita explicó que no considera que el hecho requiera alguna medida y, según comentó, hasta el momento “no se ha implementado ningún tipo de denuncia”. A su vez, dijo que el trato es para todos por igual y que no existen “diferencias” entre hombres y mujeres. Bianchi, por otro lado, prefirió no dar declaraciones sobre el hecho puntual, pero mantuvo la misma posición que Bonavita: “Yo me hago respetar, me respetan y yo los respeto, somos de igual a igual”.
Capturas tomadas de TNU / Collage de SdR
Luego de lo sucedido, Mato afirmó a SdR que la bancada del FA dialogó con Lema y se le comunicó que “no se van a permitir ese tipo de tratos”. Además, la Unidad Temática por los Derechos de las Ciudadanas redactó una carta en la que expresan “la importancia de defender los derechos de las mujeres” y la posición del partido sobre este tema.
En la misiva explicitan el repudio hacia las interrupciones de Lema durante el discurso de Mato y argumentan que “dichas manifestaciones constituyen un acto de censura y de violencia política”. Señalan, también, que la violencia a la mujer es una práctica presente y alarmante en nuestra sociedad y que se debe trabajar en conjunto para eliminarla. En el final, explican que las restricciones del derecho de expresión “perpetúan la cultura machista” y le solicitan a Lema que se protejan los derechos de todas las personas y “se elimine todo tipo de violencia y, en particular, la violencia machista” en el ámbito parlamentario.
Ni muy muy, ni tan tan
La representación femenina dentro del Parlamento es de sólo un 23 por ciento, pero este porcentaje varía según el partido. El lema con más bancas femeninas en ambas cámaras es el FA – 13 diputadas y cinco senadoras -, luego le sigue el PN -con dos diputadas, tres senadoras y la presidenta de la cámara alta-, y por último está CA -con tres diputadas- y el PC -con dos diputadas y una senadora-.
A pesar del bajo porcentaje, Pérez explicó en diálogo con La Diaria que hubo un avance en este período electoral porque se logró mayor paridad en los diferentes partidos políticos y la actual vicepresidenta es una mujer. Aún así, aclaró que “el avance principal viene a partir de la implementación de la ley de cuotas; sin ley de cuotas el Parlamento no tendría los números que tiene ahora”.
En su discurso, Mato subrayó: “Las mujeres hemos trabajado mucho para que cese esta ancestral violencia sobre nosotras; ¿y ustedes, varones, qué hacen? ¿cómo se sienten cuando saben que varones como ustedes ejercen violencia física y sexual? Son sus pares de género que cometen estos abusos. Y esto atraviesa lemas y sublemas, este es un tema político que no sabe de colores, sabe de dignidad”.