Foto: Eliana Vila



Si bien parece aumentar la basura que generamos y disminuir el reciclaje, la recolección y clasificación de tapas de plástico es moneda corriente para aquellos comprometidos con diferentes causas sociales como los refugios de animales.
En Sayago se encuentra el depósito central de Tapitas Oportunidades, una organización sin fines de lucro destinada a ayudar a diferentes refugios de animales del país a través del reciclaje y venta de tapitas de agua mineral y refrescos. Fue creada en 2011, está a cargo de Inés Coli y es la primera organización con ese fin.                                                                                                                                                      Las tapitas que cada uno junta en sus hogares o lugares de trabajo son llevadas a cualquiera de los 70 centros de recepción o directamente al depósito central. Allí los voluntarios se encargan de organizarlas el sábado previo a la jornada de clasificación que se realiza un domingo al mes. “En un principio en las jornadas de clasificación eran diez o veinte, y después fue creciendo muy de golpe, mucho más rápido de lo que esperábamos. Y ahora hemos tenido picos de 90 personas clasificando. Más allá de los que llevan para sus casas las bolsas de red, clasifican allá y ya traen todo pronto”, dijo Inés a SdR.
Las tapas son seleccionadas por color para obtener un mejor precio al momento de venderlas a las recicladoras. Se separan en seis grupos: gris y plateado, verde (todas las tonalidades), azul y celeste, negro, amarillo y dorado y por último las de color rojo, naranja, fucsia, blanco y transparente van todas juntas. Sirve todo tipo de tapas, sin ser corchos, ni metálicas, ni derivados de papel. También se puede incluir las agarraderas de los bidones de agua que están hechas con el mismo material.
Las tapitas ya clasificadas se venden por kilo, sin embargo para que las recicladoras se las compren deben llegar a una o dos toneladas. En un bidón de seis litros de agua mineral entran aproximadamente unas 400 tapitas, que equivalen a un kilo. Se paga muy poco el kilo, entre 6 y 12 pesos según quién se las compre, por lo que se manejan grandes volúmenes de tapas y la ganancia obtenida nunca es mucha. Sin embargo, han podido ayudar a varios refugios con este sistema, sin darles el dinero directamente sino que compran lo que los refugios necesitan.
En los inicios de este proyecto pudieron ayudar a seis o siete refugios, en la actualidad colaboran con 22 rotativamente para que las donaciones sean justas y equitativas. Cada dos meses reciben se les proporciona alimento, materiales para la construcción de caniles y también medicamentos que la organización recibe donados por distintas policlínicas y hospitales, además de gasas y iodofon. Tienen un catálogo con productos que venden y lo recaudado también es destinado a los refugios.
Tapitas Oportunidades además organiza castraciones económicas de perros y gatos en distintos barrios. El costo de cada una es de 450 pesos y cuentan con un sistema de “castraciones apadrinadas” para aquellas personas que no pueden pagarlas.  Los voluntarios se encargan de ir a los barrios para repartir folletos, difundir y avisar en los comercios. “Vamos rotando los barrios. Ya hace tanto que castramos que más o menos tenemos un circuito armado.  El próximo jueves 9 de agosto tenemos jornada de castración en la Plaza de los Inmigrantes del Cerro. Son puntos que sabemos que se necesita: hemos estado en el Cerro, La Teja, Sayago, Colón. Un poco nos manejamos también por lo que la gente nos pide”, afirma Inés.
El domingo 26 de agosto se va a realizar la jornada de clasificación de este mes. No realizan trueque ni ningún tipo de intercambio de tapas por alimento, sino que apuestan a la donación desinteresada de cada uno. Su misión es generar un sentimiento de unidad y apoyo mutuo entre todos los que aman a los animales.
Otras causas
La recolección de tapitas viene desde años atrás y no sólo se ha destinado a la ayuda de animales. Entre 2010 y 2012 un grupo de personas las juntó para ayudar a la Fundación Teletón, encargada de la rehabilitación de niños y adolescentes con discapacidades. En 2013 ya no pudieron contar con la clasificación de tapas ya que éstas cambiaron el material y debían separarlas según su composición, lo que significó un gran problema;  había muchas tapitas pero nadie las compraba.
En 2017 el Municipio D recibió donaciones de tapitas de plástico que serían usadas para un fin artístico en el marco de la realización de “Primavera en Casavalle”, además de colaborar con el reciclaje. Con ellas crearon diseños en la calle Jacinto Trápani esquina Alejandro Nogueira junto a las instituciones de la zona. Los internos de la sala 12 del Hospital Vilardebó también utilizaron tapitas: hicieron un banco que le regalaron al ex presidente José Mujica y otro similar con la bandera de Uruguay para el maestro Oscar Washington Tabárez. En 2017, los internos de Vilardebó además pusieron un lavadero y reconstruyeron la vereda con adoquines hechos con tapitas de plástico. En ese mismo año, ex pacientes del hospital participaron en un cowork público financiado por la Intendencia de Montevideo  en el que explicaban como hacer un borrador de pizarrón reciclando ese material.
Por su parte, la Fundación Álvarez Caldeyro Barcia, que trabaja con todos los niños prematuros que nacen o son derivados al Hospital Pereira Rossell (CHPR), también junta tapitas de refresco desde hace quince años. Desde hace ocho, un integrante del Club de Leo de Punta Gorda se encarga de retirarlas, clasificarlas por color, lavarlas y venderlas a una empresa recicladora. Luego lo recaudado es utilizado por la fundación para ayudar con los boletos a una franja de madres dentro del Pereira Rossell.
Eliana Vila
 

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