Acto en la Plaza Libertad. Foto: Facebook de Radio Centenario 1250 AM Montevideo.

Seguramente era la noche más fría del año hasta el momento. Las inmediaciones de la Plaza Libertad estaban tranquilas para ser un viernes a la tardecita, la hora en la que la mayoría de los trabajadores retornan a sus hogares. La calle 18 de julio estaba cortada y las persianas y rejas de los comercios del centro empezaban a bajar una a una. La convocatoria fue a las 19:00 horas del viernes 23 de mayo. Para ese entonces, unos pocos se acercaban al lugar. Sacos, bufandas, boinas y banderas. Varios mostraban impaciencia y murmuraban. Una señora, a la que apenas vi a los ojos, se acercó y me preguntó: “¿ya llegó la caravana?”. “Parece que no”, respondí.
El escenario era sencillo, pequeño, al pie del monumento que divide la plaza, respaldado por una gran pancarta que decía: “Abella–López. Por un gobierno antiimperialista y popular”. Sobre el escenario algunas sillas y un estrado. A un lado, un grupo de jóvenes identificados con remeras y banderas anaranjadas atendían una mesa perteneciente al Movimiento Humanista; al otro, un montón de chiquilines de otros sectores repartían publicaciones del partido, listas y planes de gobierno. Hacia las 19:30 horas se escucharon las primeras bocinas. Fue automático, se alborotó el público, la caravana compuesta por un puñado de autos estaba llegando. La gente se empezó a acercar y los pocos pasaron a ser unos cuantos. Banderas flameantes, bocinas y cánticos: “Se escucha, se escucha, arriba los que luchan”.
Cuando Gonzalo Abella logró distinguirse, el público estalló en un aplauso y volaron papeles de colores. Mujeres y hombres se acercaron al “maestro” para besarlo, darle la mano o palmearle el hombro. Todos se conocían. Una cámara de televisión lo detuvo por unos minutos, y en ese instante se quebró el murmullo con un saludo inicial. El acto comenzó.  “Somos la única opción de izquierda”, exclamó la anfitriona Mónica Ramírez entre aplausos y cánticos. El músico Julio Fernández  inició el acto con dos canciones cuyas letras críticas anticipaban la temperatura del acto.
El primero en tomar la palabra fue Eduardo Rubio de Asamblea Popular, quien declaró que Unidad Popular asume un “verdadero compromiso artiguista” y el “desafío a una batalla político-electoral, en la que su principal objetivo es lograr votos en todos los circuitos del país”. Aspira a ganarle al “descreimiento y la desesperanza”, refiriéndose a aquellos desencantados con el Frente Amplio (FA). El segundo fue Gastón Ríos de Pro Unir, quien leyó un discurso donde invocaba a una “fuerza de acción política permanente”, apelando a la solidaridad de los trabajadores. “Ser de izquierda no es hacer vagos discursos de equidad, es luchar por una real sociedad de igualdad”, aseguró. Recordó a los compañeros luchadores caídos y criticó al FA, cuyas campañas tildó de “vacías”. Para finalizar, realizó una proclama: “por la izquierda del mundo, especialmente la de América Latina”. El público aplaudía y coreaba.
Uno de los discursos con más fuerza fue el de Alejandro César de la agrupación Avanzar, quien asegura que existe  “ninguneo” por parte del FA. También criticó a los medios de comunicación, cuestionando por qué Unidad Popular no tiene espacio en ellos: “nos tinellizan, nos llenan de pseudo-cultura y chatarra”. Aseguró que “no hay libre expresión en los medios, la libre expresión la tienen canal 4, 10 y 12”. Y alentó a “seguir peleando”. Ricardo Cohen del Partido Comunista Revolucionario comentó que “sin cambios profundos en la estructura, no va a haber cambios en serio”. También aseguró que el FA “protege la explotación del pueblo y permitió la extranjerización de la tierra”. Al contrario, Unidad Popular propone expropiar la tierra y hacer una reforma tributaria para que quien “tenga más, pague más”.  Cohen criticó la gestión económica de Danilo Astori, asegurando que protege los intereses de la derecha y por eso es que “nadie habla de economía en los discursos de precandidatura”. Se declaró en contra de la explotación de ganado en pie, para generar más fuentes de trabajo.
La voz femenina la llevó Lorena Casco del Partido Humanista, quien contó que el sector “nace por la necesidad de superación del ser humano lejos de la violencia”. “Una militancia exigente, no cómoda, que nace del corazón y la cabeza”, aseguró. Catalogó a la izquierda en el poder como “traidores, mentirosos, chupa medias de los yanquis” y exhortó a los presentes a que “dejen de votar con el melancólico corazón y voten con la cabeza” a quienes “rechazaron el poder y el acomodo”. Asumió la existencia de una “catástrofe ecológica”, y aseguró que el “Uruguay Natural (del Ministerio de Turismo y Deporte) es historia”.
Fuerte y claro. Una de las voces más esperadas, el precandidato a la vicepresidencia, Gustavo López, criticó a sus oponentes: “Bordaberry se abrazó con Tabaré; Mujica con Obama; y nosotros entre nosotros, al calor del pueblo y de la plaza”. Reconoció que el partido está compuesto por un grupo heterogéneo de diversos sectores pero que “en Unidad Popular nadie anda a los codazos por el poder y los sillones”. Denunció que la dirigencia del movimiento sindical nacional “montó una campaña a favor del gobierno, mostrándose como legitimadores sociales que apoyan al “progresismo”. “Hay que tener una imaginación que humille a Walt Disney para pensar que este es un gobierno de izquierda”, agregó.
Cuestionó si la “extranjerización de la tierra”; “la reducción del gasto público utilizando el salario como variable” y el no “control de los precios para que la inflación se coma y confisque el salario de los trabajadores”; promover la regulación de las relaciones de trabajo, la precarización, la flexibilización laboral” eran acciones propias de la izquierda o la derecha. Criticó fuertemente las relaciones del FA con el gobierno de Estados Unidos, la promoción de la política cultural “que hace del libro un artículo de lujo” y la promoción de la “televisión chatarra” como acciones “inobjetablemente de derecha”. Sobre las políticas económicas del vicepresidente Danilo Astori expresó que la “política del FA es la que a la derecha le gusta”, y propuso nacionalizar la banca y el comercio exterior.
Criticó los dichos del presidente José Mujica en su gira por Estados Unidos, sobre que a los uruguayos “no nos gusta trabajar”. López le respondió: “Este hombre cuyo personaje se le está agotando y que se le empiezan a caer las pavadas de la boca, no puede faltarle el respeto así a los trabajadores de este país. Se ha convertido en un lambeta de los de arriba”. A propósito de las elecciones del 1° de junio, aseguró estar “prontos para el combate, enfrentando una campaña financiada por las transnacionales de todos los sectores políticos y nosotros con una militancia abnegada”. Aspira a obtener 2 o 3 diputados asegurando que “marca la diferencia”.
Luego subió Abella. El coro de los presentes se escuchaba aún más fuerte entre gritos y aplausos. Inició su participación invitando a “defender la tierra y el agua”, y a reconocer quienes son sus amigos y adversarios”. Denunció la contaminación en el Río Uruguay y la enfermedad de niños por el uso de agrotóxicos. Tildó a Pablo Mieres de “patético” y exclamó que Constanza Moreira le daba “asco” por ser “cómplice de los peores designios del FA”, comentó que el voto de la precandidata a favor de la megaminería fue “un favor al FA”.
Denunció boicots: “no nos dan espacio en los medios porque no pagaríamos obscenidades para salir”. Inculpó al FA de “esforzarse para que no existiéramos”, ya que “pagaron encuestas que ni siquiera nos nombran”, agregó. Acusó al gobierno, principalmente al ministro Eduardo Bonomi de cometer “calumnias”, tratando de desprestigiar su imagen y lo invitó a debatir. Redobló la apuesta denunciando “acoso, presión y chantaje repugnante”, principalmente en instituciones  como el Ministerio de Desarrollo Social y Comités de base del interior, donde se desarrollan campañas para que los ciudadanos no voten a Unidad Popular.
Finalmente realizó un “salpicón” de ideas, sin demasiada profundización, sobre las propuestas fundamentales del partido: reforma agraria; pronunciación contra la baja, acusando de “criminales y demagogos” a quienes están a favor; y el retiro de las tropas en Haití. “Que se hunda mil veces Unidad Popular antes de claudicar en los principios”, pronunció. Para finalizar, entre cánticos y vitoreo, Abella exclamó: “El poder popular se construye por abajo y asalta el poder”.
Cecilia García
 
 

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