Juan Castillo, director de Trabajo. Foto: Presidencia

El ex líder sindicalista Juan Castillo es -desde hace pocos meses- objeto de críticas debido al nuevo cargo que pasó a desempeñar en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), como director en el área laboral. En su carácter de funcionario del gobierno Castillo formuló en diversas oportunidadsdes afirmaciones contradictorias, y en ocasiones antagónicas, con los conceptos que defendía cuando era dirigente sindical.

Frente a esos cuestionamientos Castillo respondió a radio 41 que prefería ser juzgado por sus resultados y dejar que su labor hablara por sí sola.

“Esta área laboral requiere una formación especializada en negociación y eso requiere ciertas habilidades técnicas y criterios para entender cómo funciona el mundo de los negocios, como también conocer al detalle los marcos regulatorios y legales que nutren esta disciplina”, afirmó Castillo.

Desde la oposición Castillo ha sido criticado en más de una ocasión. Fiestas numerosas, asados grandes, camisas de alta costura (este fue el desencadenante principal) desataron críticas por parte de comunicadores como Graziano Pascale, quien lo atacó duramente en el año 2013. “No hay más mundo comunista… desapareció con las camisas polo de Juan Castillo y las batitas de Indian”, twitteó Pascale en aquel entonces.

Todo esto contribuyó a debilitar la imagen del ex líder sindical ante la mirada de la oposición. Por otra parte, quienes lo conocen, aseguran que sigue siendo la misma persona y sus convicciones permanecen intactas. Sala de Redacción conversó con el actual director de Trabajo, Juan Castillo. “Creo que ahora los que me criticaron tienen suficiente para medirme. Estos tres meses de gestión hablan por sí solos y no dan lugar a actos fallidos de presunción por parte de aquellos que no confiaron en mí”, aseguró.

“Personalmente me siento muy bien, estoy muy cómodo, trabajo 12 y hasta 14 horas.  La recepción fue muy buena, tengo muy buena relación inclusive con aquellas instituciones con las que no concuerdo ideológica ni políticamente”. Juan Castillo ha mantenido históricamente buena relación con los sindicatos a pesar de diferencias que se ven determinadas por el lugar de conciliación que le toca ocupar hoy.

El director de Trabajo y tercero en la línea de mando de Ernesto Murro, comentó a SdR que jamás pidió este puesto, sino que acudió a un llamado de ayuda por el país y por el gobierno. Sin embargo Castillo reconoció que conoce sus límites y en el momento que se reconozca como incapaz para la labor designada, dará un paso al costado.

En una reciente entrevista radial abarcó la importancia del mercado y el desarrollo productivo en Uruguay. Esto generó asombro y cierta polémica porque no es el típico Juan Castillo que todos acostumbraban escuchar. En los últimos meses el ex líder comunista desarrolló un discurso en defensa del mercado, centrándose en la producción de puestos laborales como principal fuente motora de la economía del país. Esto generó un nuevo enfoque en su perspectiva de cara al nuevo cargo que le compete, ya alejado de la militancia sindical.

El actual director de Trabajo explicó a SdR las variantes de su discurso: “Por supuesto que mi discurso no es el mismo ahora que cuando era dirigente sindical (risas). Uno tiene que adecuarse al aquí y ahora”. Ante este eventual cambio de concepción, Castillo afirma que ser dirigente sindical implica hablar en defensa de los derechos de los trabajadores. Pero de la misma forma, ser funcionario de gobierno implica formar parte de otra institución. Conlleva diferentes responsabilidades, esto obliga a trabajar con una modalidad y mentalidad diferentes.

Castillo forma hoy parte del aparato político designado por el presidente Tabaré Vázquez, en su función de conciliador de las relaciones laborales. Su prioridad es lograr un mercado autosustentable en la generación de puestos de trabajo y una vez generados, discutir las condiciones laborales con empleadores y empleados. Aquí es cuando el cambio de chip es importante, y el actual director de trabajo lo sabe.

A pesar de ese cambio, Castillo dice ser el mismo de siempre. Asegura que sus ganas y su esfuerzo siguen intactos hasta que llegue el día en que no pueda seguir.

Augusto Moraiti

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