Durante la inauguración del anexo del Liceo Militar en Tacuarembó. Foto: Presidencia



En el Frente Amplio no existe una posición unánime respecto a la eliminación del Liceo Militar. A pesar de que es una de las propuestas que aparece en el borrador del Frente Amplio para un eventual próximo gobierno, no hay consenso al respecto por el momento. Desde la fuerza política sostienen que no es casualidad que la propuesta se haya divulgado justo luego de que Guido Manini Ríos haya sido sancionado y en el momento en que se estaba discutiendo la reforma de la Caja Militar.
“Existen proyectos” dentro del partido que “buscan ampliar la educación militar dentro del país y en diferentes centros”, dijo a SdR el vicepresidente de la Cámara de Representantes y diputado del MPP, Sebastián Sabini, luego de aclarar que el Frente Amplio no ha definido una posición respecto a la eliminación del Liceo Militar. “No es casualidad que justo en el mismo momento en que se discutió la reforma de la Caja Militar, que se está debatiendo la ley orgánica policial y que se sancionó a Manini Ríos por sus dichos, salga un fragmento del programa que se está discutiendo en el Frente Amplio referido al tema militar“, sostuvo Sabini. “Me parece que hay una intención clara de no generar un debate real, hay una intención política”, aseguró.
Según consigna uno de los puntos del apartado de Defensa Nacional del borrador del Frente Amplio para un eventual gobierno de 2020 a 2025, “se impulsará la creación de una orientación de Bachillerato de ‘Servicio Público’ orientada al ingreso a la educación terciaria en educación policial, militar o de funcionarios públicos en general”. Se baraja, además, que el desarrollo de este nuevo bachillerato conduzca a la “eliminación paulatina” del Liceo Militar.
En el período anterior de gobierno, el Frente Amplio ya había hecho una reforma de la ley de Educación Policial y Militar (Ley 19.188), que “le dio al sector docente la garantía de ingreso y de idoneidad necesaria, cotejándolo con las demás instituciones de bachillerato público”, acotó Sabini. El diputado sostuvo que “es importante entender el contexto en el cual funciona el liceo”, ya que “muchos de los que proponen eliminarlo no lo conocen”. A su juicio, la institución brinda una educación de calidad y, por ello, no acompaña la idea de su eliminación. Subrayó que este tema “no es una propuesta cerrada” y que “el Frente Amplio la está discutiendo”.
Por otra parte, el diputado comunista Gerardo Núñez explicó que “el aspecto central, más allá de las estructuras institucionales, son los programas de estudio”. En ese sentido, afirmó que lo que realmente se debe discutir es “en qué se centran y qué proponen desde lo pedagógico”, en el entendido de que se le debe dar un enfoque al papel de las Fuerzas Armadas pensando en “la construcción de la defensa nacional”.
Si bien aclaró que no estuvo en la discusión del proyecto, consideró que como gobierno de izquierda todavía no han “avanzado demasiado en promover valores más vinculados al cumplimiento de los derechos humanos, para la construcción de unas Fuerzas Armadas más democráticas, más sensibles con la historia del pasado reciente”. “Es una propuesta que va a ir al Congreso y ahí se terminará de dilucidar y definir”, finalizó.
Los datos
El Liceo Militar General Artigas es un instituto de enseñanza media que tiene una estructura cívico–militar. Fue fundado el 13 de marzo de 1947 por decreto del Poder Ejecutivo, durante la Presidencia de Tomás Berreta. Actualmente cuenta con una matrícula de 386 estudiantes en Montevideo, más otros 60 que desde marzo estudian en el Liceo Anexo del Norte, ubicado en Tacuarembó.
Todos los años se presentan más de 400 aspirantes para 150 plazas con el objetivo de entrar al centro de Montevideo. La mitad de los estudiantes son del interior del país y casi todos están en régimen de internado, con excepción de los alumnos de la capital y el área metropolitana. Si bien forma parte de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y sus programas son los de Secundaria, el Liceo Militar tiene algunas particularidades, como las pruebas de ingreso y la instrucción extracurricular.
Para entrar a la institución se deben sortear varias pruebas y cumplir una serie de exigencias, por ejemplo, no haber repetido el año que van a cursar ni tener materias de años anteriores sin aprobar. Los aspirantes también tienen que realizar pruebas de admisión -que son eliminatorias- de matemáticas, idioma español y de aptitud física, además de someterse a exámenes médicos, odontológicos y psicológicos.
Una vez dentro del liceo los alumnos tienen actividades extracurriculares, entre las que se destacan la participación en desfiles militares, cursos sobre primeros auxilios, técnicas de orientación con brújula y práctica de tiro deportivo con carabina neumática. Todo está encuadrado en un reglamento disciplinario sujeto a un estatuto del estudiante y un librillo que también se les entrega a los padres para que tengan información sobre la institución.
El promedio histórico de deserción estudiantil en el Liceo Militar ha sido de 8 por ciento, pero en 2011 alcanzó un pico de 11 por ciento, equivalente a 38 alumnos. Desde 2012 a la fecha ese porcentaje ha bajado a 4 por ciento e incluso en 2017 el abandono se ubicó en el menor histórico: 2,26 por ciento. Aquellos alumnos que no aprueban el año deben abandonar la institución, porque no está permitido repetir.
Uno de cada tres alumnos que asistieron al centro educativo sigue formándose en alguna de las tres armas militares. En 2017, el 13 por ciento de los egresados continuó su educación en la institución, 9 por ciento en la Escuela Militar Aeronáutica, 6 por ciento en la Escuela Nacional de Policía y 4 por ciento en la Escuela Naval. Sin embargo, un 68 por ciento optó por la Universidad de la República y otras instituciones de educación terciaria.
Guillermo Corbo

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