La inauguración de la Copa América. Foto: copaamerica2015chile.com

Futbolísticamente hablando, Uruguay es el dueño de América. Sus quince Copas América allí lo posicionan, incluso sobre las potencias Argentina y Brasil, con catorce y ocho títulos, respectivamente. Para los exttranjeros, el fútbol es un fenómeno casi inentendible en nuestro país. Con una población que apenas supera los tres millones de habitantes, la selección nacional cuenta, además, con dos Mundiales y dos Juegos Olímpicos en su palmarés. A nivel de clubes, quizás con menos suceso y renombre en los últimos veinte años, Peñarol y Nacional supieron mandar en la histórica Copa Libertadores con ocho consagraciones entre ambos y seis en la Copa Intercontinental.
Las razones pueden ser varias y en ocasiones hasta se vuelven mitológicas, como las explicaciones que acuden a la afamada “garra charrúa” que el futbolista uruguayo supuestamente lleva en sus venas; o que los niños aprenden a jugar al fútbol antes que a hablar. Pero lo cierto es que en cada cita deportiva, Uruguay suele estar entre los candidatos por tradición o presente.
La 44° edición de la Copa América dio inicio el jueves con Chile como organizador por séptima ocasión. Precisamente, el anfitrión comenzó con un triunfo ante Ecuador por 2 a 0 y con el plus de ser local, de una vez por todas aspirará a quedarse con el máximo galardón del continente. El elenco charrúa, comandado por Óscar Washington Tabárez, enfrenta un recambio generacional importante con la partida de varios jugadores que fueron pilares del resurgir deportivo de la selección: Diego Forlán, mejor jugador del Mundial de Sudáfrica 2010; Diego Lugano, quien fuera el capitán durante gran parte del ciclo del “Maestro” y Diego Pérez, fiel exponente de la renombrada “garra charrúa”. Pero también son varias las caras nuevas que tendrán su estreno internacional con la selección: Diego Rolan, Giorgian de Arrascaeta, Carlos Sánchez, Jonathan Rodríguez, Mathías Corujo, Guzmán Pereira y Gastón Silva.
Uruguay integra el grupo B de la competencia junto a Jamaica, Argentina y Paraguay, y debutará ante el elenco centroamericano el sábado 13 en Antofagasta a las 16 horas de nuestro país. Luego se medirá ante el combinado albiceleste el martes 16 en La Serena a partir de las 20.30, y cerrará su participación en la fase inicial del torneo en la misma ciudad ante los guaraníes el sábado 20 a las 16.00.
La presencia de un equipo sin tanta tradición futbolística como Jamaica y la posibilidad de que incluso los dos mejores terceros clasificados en cada zona accedan a cuartos de final, le otorgaría a la selección celeste grandes chances, en lo previo, de meterse en esa instancia. Pero Egidio Arévalo Ríos, referente de este grupo, recordó en el programa Pasión Copa América de VTV que “en el fútbol ya no hay nada sencillo. Para nosotros las cosas siempre se tornan difíciles y nos terminan costando”. En cuanto a las perspectivas de Uruguay en el torneo y los países que llegan como favoritos, el histórico capitán charrúa, Paolo Montero, señaló en la cadena deportiva Espn que a pesar del período de recambio que existe, “la selección va a defender el título” conseguido en 2011 en tierras argentinas.
Sentimentalmente me encantaría que la gane, como todo uruguayo. Después, si nos ponemos a hablar desde el punto de vista futbolístico, lo veo muy complicado”, reconoció a SDR Juan Ramón Carrasco, símbolo del fútbol uruguayo y entrenador del selección nacional durante la primera etapa de las Eliminatorias rumbo al Mundial 2006. Para gran parte de la prensa especializada en deporte, el combinado celeste no parte como candidato a alzarse con el título. Para Carrasco, Argentina es la máxima favorita para llevarse la copa y no ve a Brasil, otra de las potencias a nivel sudamericano, con posibilidades reales de levantar el trofeo en Chile. “Desde el funcionamiento futbolístico, coloco a los albicelestes, Chile y Colombia por encima del resto”, explicó el entrenador.
Que sigan hablando de las demás selecciones, de las cuales se ha comentado mucho, y no tanto de nosotros. Cuando lleguen las instancias decisivas y Uruguay esté ahí, se van a acordar”, avisó Arévalo Ríos. El equipo de Tabárez deberá enfrentar una importante adversidad con nombre y apellido: Luis Suárez. El delantero de Barcelona no estará en la Copa América debido a la suspensión que acarrea desde la pasada Copa del Mundo por la agresión a su colega italiano, Giorgio Chiellini. Para Montero, la ausencia del “9” será difícil de llenar desde lo futbolístico “porque sabe asumir la mochila de responsabilidad del plantel” y eso requerirá que otros jugadores aparezcan en su máximo esplendor.
Ante la problemática de no poder contar con un jugador tan determinante como Suárez para este torneo, ausencia a la que se suma, por una lesión, la del defensor de la Juventus italiana, Martín Cáceres, el entrenador charrúa confirmó el equipo para el estreno copero: Fernando Muslera; Maximiliano Pereira, José María Giménez, Diego Godín, Álvaro Pereira; Carlos Sánchez, Egidio Arévalo Ríos, Nicolás Lodeiro, Cristian Rodríguez; Diego Rolan y Edinson Cavani. Esta edición de la Copa América marcará la prueba de fuego de algunos futbolistas. Tal es el caso de Lodeiro, quien está llamado a llevar las riendas en el armado de juego o del propio Cavani, que deberá asumir el papel principal de ser el goleador uruguayo ante la falta de un delantero como Suárez.
El camino es la recompensa
La regularidad de nombres, una característica casi utópica en el fútbol voraz de estos tiempos, se ha mantenido durante los últimos diez años gracias al proceso iniciado por Tabárez en 2006 y ha posibilitado el resurgir ganador de la celeste en materia de trofeos. Durante la década de los ‘90, el seno de la selección nacional estaba marcado por problemas internos en los diferentes planteles, diferencias irreconciliables con los distintos directores técnicos y distancias insalvables con quienes manejaban el fútbol desde los escritorios, pero la llegada del “Maestro” alineó criterios en busca de objetivos comunes.
La claridad en el mensaje, el esfuerzo y el convencimiento en la metodología de trabajo, más una generación de jugadores que juegan a primer nivel mundial, permitieron la aparición de los logros deportivos: volver a dos Mundiales de forma consecutiva -con un cuarto puesto obtenido en 2010-, conquistar la Copa América por primera vez desde 1995, retornar a los Juegos Olímpicos luego de más de ochenta años y fortalecer y potenciar la formación de las divisiones juveniles del fútbol uruguayo, particularmente con gran suceso.
En relación al proceso de selección iniciado por Tabárez, Carrasco compartió la iniciativa pero discrepó con la ejecución: “si el resultado es positivo, me voy a alegrar como cualquier uruguayo. Lo que no puedo es ser hipócrita y decir que no me importa cómo se logre el resultado. Lo que veo adentro de la cancha no me gusta. Los jugadores que nosotros estamos acostumbrados a ver a través de las plataformas digitales, no repiten el mismo rendimiento que tienen en sus distintos clubes cuando se ponen la camiseta nacional”.
Nunca favoritos, siempre desde atrás”, como dice la canción y admite el hincha, Uruguay sale a defender su título de dueño del continente aunque en esta oportunidad la tarea no será nada sencilla. Los rivales de siempre han crecido deportivamente y han colocado la vara a mayor altura, pero el futbolista que viste la celeste está acostumbrado, se adapta y ha logrado convivir con el mandato de continuar escribiendo páginas en la rica historia de nuestro fútbol.
Martín Blengio

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