Según la última encuesta nacional sobre el consumo de drogas en hogares, dentro de las legales el tabaco es el que ocupa el segundo lugar, ya que el 31% de uruguayos entre 15 y 65 años son consumidores habituales. Amanda Sica, psicóloga social y tabacóloga integrante de la CHLCC, explicó a Sala de Redacción que “el consumo total en los hombres está en un 27% y en las mujeres en un 20%”. Además, según datos del Ministerio de Salud Pública, entre los ciudadanos de menos recursos el 30% son fumadores, mientras que entrede las personas de mayor nivel económico lo son el 20%.
A pesar del aumento en los valores de los impuestos, la prohibición de las publicidades en los diferentes medios y del consumo en sitios cerrados -que lograron que se haya 450 muertes menos por año a causa de infarto agudo de miocardio- en los últimos años el descenso en el consumo de tabaco se ha estancado y su uso comenzó a crecer paulatinamente. Adriana Rodríguez cree que esta situación se da “porque los controles son malos y por la falta de derivación de los pacientes, por parte de los médicos, a las policlínicas de situación de tabaquismo”.
El Poder Ejecutivo pretende modificar el artículo Nº 7 de la ley 18.256, que establece la prohibición de “toda forma de publicidad, promoción y patrocinio de los productos de tabaco por los diversos medios de comunicación”, y que hasta el momento tomaba como excepción a la publicidad en los puntos de venta. Con la implementación de esta nueva normativa sólo podrá exhibirse una pizarra en los comercios con los precios correspondientes a las distintas marcas.
Con el fin de impedir que aumente la prevalencia del consumo en los jóvenes, que descendió del 30% al 13%, se pretende eliminar totalmente la publicidad de cigarrillos. “La publicidad está dirigida a los adolescentes, generalmente entre los 12 y 14 años. Va dirigida a ese grupo etario en el cual empieza la experimentación con muchas cosas, entre ellas el cigarrillo”, explicó la psicóloga. Además opinó que quitar todo tipo de publicidad de cigarrillos es una forma de proteger a la población, mucho más a este sector, porque cuanto menos se muestra al producto, menos ganas de experimentarlo tienen. Según Rodríguez también es importante la percepción del riesgo, ya que “la existencia de otro tipo de drogas hace que los padres no vean al consumo de tabaco como algo tan grave. Prefieren que sus hijos fumen cigarrillos y no marihuana”.
Las consecuencias que el tabaco tiene no solo afectan a los fumadores sino también a aquellas personas que no lo consumen y comparten el mismo ambiente con las que sí lo hacen, y que son igualmente graves. Porque según explicó la cardióloga, las personas que comparten un ambiente que no es 100% libre de humo tienen un 25% de probabilidad de contraer una enfermedad coronaria sin haber fumado. “Los no fumadores van a sufrir las mismas consecuencias que los fumadores, en menor proporción, pero las van a sufrir”.
El pasado martes 6 de mayo la Cámara de Senadores aprobó, con el apoyo únicamente del Frente Amplio, la reforma que volvió a la Cámara de Diputados para que luego de su aprobación pueda entrar en vigencia. Lo que se busca con esta nueva normativa es cumplir con la totalidad del Convenio Marco para el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud, que nuestro país ratificó en el año 2004 y en el cual, según Sica, “estamos muy atrasados, porque la prohibición de toda la publicidad ya estaba prevista en ese convenio y recién este año se va a implementar”.
Romina Fierro