Ante miles de personas, el Teatro de Verano recibió a una docena de bandas, graffiteros y breakdancers: el pasado sábado transcurrió el Montevideo Hip Hop en el marco del ciclo de los Festivales por la Convivencia organizados por la Intendencia de Montevideo. Es el primero de cuatro eventos que culminarán el próximo año con el Montevideo Rock.
La tarde soleada fue el marco perfecto para escuchar rimas desde las gradas. Abrió Mac Team, con la fuerza de siempre, y le siguió Saéz ´96, un artista emergente con un sonido único. Se Armó Kokoa (SAK) -el primer grupo femenino de la jornada- vino después con letras cargadas de contenido social. Con un toque de la vieja escuela del hip hop, hizo moverse a todos y todas.
Cuando caía el atardecer, con su energía implacable y sus denuncias al sistema penitenciario uruguayo, apareció Kung-fú Ombijam -un recluso de Punta de Rieles que participa del proyecto socioeducativo Nada crece a la sombra-, acompañado de Aliem Rap.
La noche trajo consigo los ritmos más festivos con Arquero, latejapride* y Los Buenos Modales. El toque hardcore lo aportó AFC, que armó un gran show y le tiró “Juanas” a toda la audiencia.
Eli Almic se ganó la complicidad de los presentes al ingresar al escenario cantando “Sé que estás mintiendo” con las imágenes de fondo de los presidentes Donald Trump, Jair Bolsonaro y Mauricio Macri. Cuando cantó su tema “Brujas”, medio teatro con un puño en alto acompañó el estribillo a todo pulmón: “somos las nietas de todas las brujas que nunca pudieron quemar”. Con sus letras potentes, una banda de músicos remarcable y su voz dulce y melódica, dio un show para recordar.
Dostrescinco marcó la diferencia al incorporar para una de sus nuevas canciones a los y las breakdancers que incendiaron las tablas con sus pasos. Además, tuvo algunos invitados como Federico Lima, de Socio, y Alfonsina. Santi Mostaffa también montó un buen espectáculo y, al igual que Kung-fú, pidió justicia por el graffitero asesinado en febrero, Felipe Cabral, más conocido como Plef.
El broche de oro de la jornada lo puso Ana Tijoux, la artista internacional invitada que cerró el escenario principal. El público se mantuvo bailando con la increíble voz y el ritmo de la chilena de 41 años, que lleva casi 22 de carrera musical. Mientras cantaba “Antipatriarca” –una de sus míticas canciones- los brazos se elevaron y se llevó la mayor ovación de la noche.
Pero la fiesta no terminó ahí. De la mano de destacados DJ´s de la escena under, se armó el rincón de Ritmos y Rimas. Allí tres MC´s lanzaron sus canciones y continuaron con el baile hasta el amanecer. Hasta las seis de la mañana, el hip hop se escuchó fuerte en los alrededores del teatro.
Convivencia e igualdad
“Los espacios no nos los dan, nos los hemos ganado y considero que no son para nada suficientes”, dijo una de las integrantes de Se Armó Kokoa, Virginia Sequeira, en diálogo con Sala de Redacción. Poniendo como ejemplo el Montevideo Hip Hop, contó que “hasta último momento” no estuvo previsto que participasen mujeres en las batallas de freestyle. “Luego hubo dos compañeras y las hicieron batallar entre sí. También podrían haber distribuido mejor las tres propuestas femeninas en la grilla principal y convocado a más graffiteras”, agregó. Para la artista, otra muestra de las desigualdades que persisten es que en los videos promocionales de su agrupación femenina de rap utilizaron un grupo masculino de cortina musical, pese a que las integrantes tienen un disco subido a Youtube: “son detalles a cuidar si se busca una real visibilización de la mujer en este tipo de festivales que llegan a muchísima gente”.
En el sitio oficial de la Intendencia de Montevideo se plantea que se busca valorizar la ciudad y sus espacios a través de diferentes expresiones artísticas. El prosecretario del organismo, Christian Di Candia, expresó a través de su cuenta de Instagram su satisfacción por el éxito del evento: “ojalá a quienes les toque seguir adelante con la intendencia, sigan con estos festivales. Estoy convencido de que llegaron para quedarse”.
Hacer llegar el mensaje de resistencia
En Uruguay al rap siempre le costó despegar. Hace años hasta a las mejores bandas se les dificultaba llenar un boliche. Sin embargo, el rap uruguayo ya no es el sonido de unos pocos. A los codazos entre el rock y la murga se abrió un espacio relevante en la cultura. Pese a sus observaciones, para Sequeira el Montevideo Hip Hop fue una experiencia única, “una oportunidad de mostrar a nivel profesional” el trabajo que realizan hace varios años en diferentes ámbitos. Aseguró que “la diferencia estuvo en la infraestructura, la difusión previa y el alcance durante y después del recital”.
Al preguntarle sobre el actual auge del hip hop, la artista empezó por recordar que también están en boga “muchas corrientes neofascistas, conservadoras, ultraderechistas y reaccionarias”, y manifestó que “ante este retroceso social los movimientos diversos, populares, ambientales y originarios” deben “levantarse para contrarrestarlos”. De todas modos, advirtió que se debe “tener cuidado” con este crecimiento, “encauzarlo para que no sea desvirtuado y acabe por ser funcional al sistema”. Y llamó a “emplear las herramientas que nos brinda para hacer llegar el mensaje de resistencia a más gente”.
“Esto hace cinco años era impensable”, dijo Tejo Mattioli, integrante de latejapride* durante su actuación. El hip hop viene escalando en la escena musical uruguaya, pero aún le queda mucho camino por recorrer. Con certeza, fue el primero de muchos eventos, porque esto recién empieza.