Durante el funeral de un niño de cinco años muerto por un ataque aéreo israelí, en el norte de Gaza, hoy 10 de julio. AFP PHOTO / MAHMUD HAMS

(* Esta nota fue escrita antes de las represalias israelíes en las que han  muerto más de 70 palestinos durante los bombardeos a la franja de Gaza).
A inicios del mes de junio tres jóvenes israelíes fueron secuestrados en una zona cercana a Gush Etzion, en Cisjordania. Salían de las llamadas Yeshivot, casas de estudios religiosos judíos. Se trataba de Naftali Frenkel y Gilad Shaar, de 16 años, y Eyal Yifrach de 19. Luego de una incesante búsqueda, en Israel se dio a conocer la triste noticia del hallazgo de sus cuerpos sin vida.
La búsqueda de los tres jóvenes se inició el 12 de junio. Esta causa se volvió tema de Estado y un objetivo al cual se le depositaron todas las energías físicas, estratégicas y emocionales de los habitantes de Israel. Se esperaba que los jóvenes volvieran a casa íntegros. Las redes sociales pronto se hicieron eco de la frustrante situación que sufría cada una de las tres familias y se extendía a todo el territorio israelí. En este contexto se lanzó la campaña #DevuelvanANuestrosChicos en Facebook y Twitter.
Uruguay. Nuestro país no fue ajeno a la campaña. La trágica situación que padecían los jóvenes israelíes se vivía a flor de piel en Uruguay. Muchos publicaron el hashtag #DevuelvanANuestrosChicos o el #BringBackOurBoys. En el comunicado de la B’nai B’rith se declara que “estas muertes solo atribuibles al odio detentado por los terroristas fundamentalistas aportan más dolor y desesperanza a la búsqueda de la paz y a la convivencia entre los pueblos palestino e israelí”.
Luis Almagro Lemes, ministro de Relaciones Exteriores del Uruguay, expresó sus condolencias y su solidaridad con el pueblo israelí, así como con los familiares de las víctimas.
Otros países en el mundo. En Argentina la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) también repudió la matanza a sangre fría de Frenkel, Shaar e Yifrach, expresando su condena a los terroristas palestinos en Cisjordania que mataron a dichos jóvenes. “La comunidad internacional no puede permanecer impasible ante hechos de esta naturaleza y debe exigir a la Autoridad Nacional Palestina que actúe de manera enérgica y en consonancia con su declamada política de respeto por los Derechos Humanos y búsqueda de la paz con el Estado de Israel”, declaró la delegación.
Hamas. A pesar de haber negado la autoría del secuestro y asesinato de los tres israelíes, el principal sospechoso es el grupo terrorista Hamas. Este grupo, fundado en 1987, tiene como objetivo la creación de un estado islámico en Palestina. Para lograr su cometido, Hamas cuenta con una serie de estructuras que se ocupan desde la asistencia social a los palestinos en situación vulnerable –incluyendo a familias con algún familiar preso en cárceles israelíes-, hasta un brazo armado.
En el comunicado del organismo judío B’nai B’rith se afirma que “hacemos votos para que los máximos representantes de la Autoridad Palestina asuman las obligaciones y responsabilidades que le son propias para la persecución y castigo a los responsables del secuestro y asesinato de los tres jóvenes israelíes“.
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu expresó en una reunión con su gabinete que “los que llevaron a cabo el secuestro de nuestros jóvenes son gente de Hamas, el mismo Hamas con el que [el Presidente de la Autoridad Palestina] Mahmud Abbas ha firmado para un gobierno de unidad”.
Pueblo Israelí. A raíz de este hecho, el ejército israelí detuvo a algunos presuntos integrantes de Hamas. Un nuevo suceso divide las opiniones dentro de la población israelí. El caso de los tres adolescentes para muchos no debe quedar impune. Para otros, atacar a Hamas principalmente en la Franja de Gaza es seguir derrochando fuerzas en una causa perdida. Para éstos, tampoco parece ser la solución el ataque masivo a estos territorios. La organización israelí que defiende los derechos humanos, B’Tselem, solicitó que el ejército israelí no tome represarías ni cometa acciones que castiguen a todo un colectivo.
¿Ojo por ojo? Luego de acaecidos los hechos, un joven palestino fue secuestrado y asesinado en Jerusalén. Nabil Abu Rudeina, portavoz de la presidencia palestina, hizo explícito el hecho en un comunicado en el que responsabiliza al Estado de Israel. El primer ministro Israelí pidió que se realice una investigación y se encuentre a los culpables. Días después, seis judíos extremistas fueron detenidos como posibles culpables del hecho. El caso que sigue impune es el de los tres estudiantes judíos.
El foco del problema no está ubicado en la venganza o el “ojo por ojo”, sino en los fanatismos y radicalismos exacerbados. En materia de Derechos Humanos, retroceder a enfrentamientos de este tipo parece ser el peor enemigo para lograr la paz. Un mundo donde las diferentes ideologías puedan convivir sin tener entre sus ideales el exterminio de otros parece alejarse.
Sandra Dominitz

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