SALIÓ A LAS PUTEADAS


Roberto Markarián luego de ser electo rector de la UdelaR en el paraninfo. Foto: Marianella Custodio


“¡Hijos de puta!”, gritaban desde las gradas. “¡Están con CGU, muertos!”, continuaron los gritos y el destino era claro: todos aquellos estudiantes que no reconocieron el plebiscito de la FEUU y volcaron su adhesión por Roberto Markarián. En una turbulenta Asamblea General del Claustro (AGC), el miércoles 27 de agosto, que enfrentó a distintas facciones dentro de la FEUU, la Corriente Gremial Universitaria (CGU) llegó con votos decisivos y, de este modo Markarián se convirtió en el nuevo Rector de la Universidad de la República para el período 2014-2018.


Con 55 votos, el matemático obtuvo la mayoría necesaria (53) dentro de la AGC y agradeció los apoyos recibidos en “esta reunión tan complicada”.  “Seré el primer responsable en tratar de limar asperezas y aunar filas”, agregó.
Después de recibir los saludos de felicitación, entre los que destaca el apoyo otorgado por el  ministro de cultura Ricardo Erlich, Markarián subió al estrado para repetir sus ejes programáticos,  agradeció a Rico por la campaña tan “respetuosa y productiva”, y anunció que le “ha dado su apoyo para llevar adelante las ideas planteadas”.
Desde el orden de egresados, el matemático recibió 21 votos frente a 5 para Rico; en docentes se impuso el decano de la Facultad de Humanidades con 22 votos frente a 20 del matemático; y en el orden estudiantil se registró un empate a 14. Votaron 96 delegados de un total de 105, puesto que no se acreditaron egresados de la Facultad de Veterinaria y Ciencias, así como estudiantes de la Facultad de  Agronomía.
De novela. Minutos antes de empezar la AGC, el clima ya se respiraba tenso. Desde los sectores de la FEUU que realizaron el plebiscito contemplado en el estatuto, depositaron frente a la Mesa Ejecutiva de la AGC las urnas utilizadas en señal de protesta contra aquellas asociaciones estudiantiles que, días atrás, desconocieron el mecanismo en una declaración conjunta.
Los primeros en votar fueron los egresados y Federico Kreimerman, delegado de la Facultad de Ingeniería, avivó la tormenta durante la justificación de su voto. “Hay muchas cosas que pasan y no son ajenas –dijo mientras comenzaron a llover los abucheos-”. “Se habla mucho de unidad, pero quieren que los demás hagan lo que uno no quiere hacer”; agregó. Además, dijo que “se apela a la unanimidad cuando se quiere” y exhortó a “respetar las discrepancias”.
Durante la votación estudiantil, Joaquín Toledo, delegado de la Facultad de Ciencias Económicas, se adelantó al resultado que ya algunos percibían como una victoria inminente de Markarián, dado el apoyo recibido en los otros órdenes; dijo que “Rico hoy no va a ser rector porque hay un plebiscito que no se acató”, y agregó que “hay cosas que nunca se van a olvidar”.
Poco después, Santiago Pérez (Facultad de Ciencias Sociales), se mantuvo en la misma línea y expresó que después de 60 años de votar juntos, la FEUU está “hecha mierda” y “esto es grave”. Seguidamente se dirigió al frente Susana Pintos, afín a Markarián, diciendo que “boicotearon el plebiscito” y “la unidad gremial”.
Cuando llegó el turno de los representantes del orden estudiantil de la Facultad de Humanidades, donde Álvaro Rico es decano, los abucheos y agravios sonaron con más fuerza, pues los estudiantes están en conflicto con el historiador. “Conocemos la gestión de cerca y somos opositores”, dijo uno de los delegados mientras desde las gradas gritaban “¡por eso están con CGU!”.
Los gritos comenzaron a ser más violentos cuando Martin Randall -Facultad de Ingeniería-, votó por Markarián y manifestó que “pensar que se va a romper la FEUU es ingenuo”. La unidad se da en la lucha y el debate”, agregó. En este momento, se pudieron escuchar “¡vieja loca!” y algunos otros insultos como “¡anda con la CGU mugrienta!”, en referencia a una de las representantes de la Facultad de Ingeniería.
Entre gritos, la votación terminó después de  incansables pedidos de orden por parte de la Mesa Ejecutiva. “¡Traidores!”, “¡hijos de puta!”, y un montón de otros insultos resonaron en el Paraninfo.
Edward Braida
 

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