En el marco de la campaña contra la explotación sexual de menores, el presidente de INAU Pablo Abdala visitó la localidad de Artigas en el mes de octubre y resaltó la importancia de ampliar el alcance de la campaña, así como también fomentar las herramientas de trabajo para que deriven en una estrategia nacional. “El Estado actúa muy bien en reparar el daño y proteger a la víctima, pero estamos fallando en adelantarnos al problema. Creo que ahí tenemos una debilidad muy grande”, argumentó. En su visita a los diferentes centros CAIF afirmó que la situación en torno a la violencia en Artigas es alarmante. El jerarca agregó: “hay que concientizar a la población, sensibilizar, es un tema de responsabilidad social y compartida”.

Hasta el mes de septiembre INAU atendió 4.100 casos vinculados a hechos de violencia. Abdala destacó su preocupación por los casos de vinculados con la primera infancia; “la violencia en la etapa más temprana (de la vida del menor) llega a conocimiento de la sociedad y del Estado de forma muy marginal o mínima. Los niños que son abusados desde muy pequeños terminan naturalizando esa violencia”, sostuvo y agregó que “como sociedad estamos actuando de manera insuficiente en la prevención de estos casos”.

El jerarca opinó que también hay falencias con respecto a la etapa adolescente: “tenemos más de 500 centros de primera infancia, pero solo 110 o 115 centros juveniles. Hay un debe desde INISA (Instituto Nacional de Inclusión Social y Adolescente) y desde INAU. No estamos reeducando ni reinsertando adecuadamente a esos adolescentes en la sociedad”. Además reconoció que “si el Estado no mejora los aspectos directamente relacionados con la promoción de los derechos y el desarrollo socio-educativo, asumamos que en el tema de la adolescencia tenemos un problema serio”. 

Desigualdad dentro del hogar 

Hay dos asuntos que la pandemia puso sobre la mesa en materia de género: los cuidados y la violencia. Para la Directora del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Mónica Bottero, la cuarentena preventiva trajo dificultades durante los primeros meses con respecto a los cuidados de niños y personas con distintas capacidades, tarea que en la gran mayoría de los casos recae en las mujeres del hogar. “Este es un tema muy amplio. La sociedad lo ha ido visualizando a raíz de los movimientos sobre todo de mujeres. Si bien se ha ido tomando importancia en la agenda política, está claro que en un sistema político donde los hombres son una altísima mayoría, es mucho más difícil que se visualice como un tema importante a tratar”.

El teléfono de ayuda para la situaciones de violencia de Inmujeres (0800 4141 o *4141 desde el celular) se reforzó para combatir el aislamiento en el que pudieran estar las víctimas, y continuó con el asesoramiento legal, psicológico y social. “Tenemos centros de tres tipos; están los centros 24 horas de breve estadía, los centros de estadía transitoria y los centros de medio camino. Inmujeres tiene cuatro centros de 24 horas; tres están en la región metropolitana (dos en Montevideo y uno en Ciudad de la Costa), y el cuarto está en Tacuarembó. Obviamente por razones de seguridad y de protección hacia las víctimas, no se dice la ubicación. Son lugares que deben pasar desapercibidos como centros de apoyo.”

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