Un joven se toma un selfie con José Mujica en el estadio Centenario. 4 de junio de 2014, Montevideo. AFP PHOTO / PABLO PORCIUNCULA

El término selfie proviene del inglés. La palabra “self” se traduce como “(sí) mismo”, por lo que una selfie es una foto sacada a uno mismo. La palabra se originó en 2002, cuando un australiano en la sala de espera de un hospital se sacó una foto de las heridas causadas por una caída al estar borracho. Luego, en 2013, se agregó la palabra al Diccionario Oxford, el principal léxico de la lengua inglesa. Éste lo declaró la palabra del año 2013, dado el crecimiento exponencial en la frecuencia de uso del vocablo: un 17.000% en apenas un año.
Sacarse una foto a sí mismo hoy en día es muy común. En las redes sociales se publican miles de selfies por día pero pocas veces quienes las toman se detienen a reflexionar sobre qué está detrás de las selfies. Las selfies se sacan para ser exhibidas a gran escala; a través de internet adquieren una importancia que antes no tenían. Sala de Redacción se contactó con el sociólogo Álvaro Gascue, especializado en las Tecnologías en Información y Comunicación.  “La idea de sacarse fotos a sí mismo es una idea muy vieja”, expresó. Según Gascue, “este tipo de fotos no es una moda sino que es algo que la tecnología permitió que surgiera y que estaba latente”. Comentó que para quien la toma, el objetivo de una selfie puede ser, por ejemplo, mostrar “cómo están vestidos o los amigos que lo rodean”.
La idea de lo público y lo privado ha ido cambiando en la historia de la humanidad. Según Gascue “tenemos una idea moderna de lo privado y público”. El sociólogo relata que Luis XIV (1643-1715) también conocido como rey Sol, vivía en presentación pública las veinticuatro horas del día. Sin embargo, con la Revolución Industrial y con el capitalismo nace la idea de privacidad. Este concepto se convierte rápidamente en una idea burguesa. Gascue explicó que “hay una historia muy larga de exhibición pública” y que “la sociedad con un alto elemento espectacular está retomando las formas tradicionales de exhibición pública”, de las cuales las selfies son un ejemplo. Entonces, ¿cómo es que resurgió la idea de lo público? El especialista señaló: “Los jóvenes están bajo una influencia de los medios, que tienden a presentarles exhibiciones de vida pública, de Tinelli a cualquier programa de chimentos. ¿Por qué un adolescente debería seguir los modelos de privacidad si está viendo una imagen de exhibición colectiva?”.
Según Gascue, un factor importante son las redes sociales. Explicó que “el ser humano en su esencia tiene una necesidad de no pasar desapercibido” y para él “lo peor que puede pasar en una sociedad contemporánea es ser invisible para el resto”. Agregó que la sociedad actual es una sociedad de comunicación: “Si no publico, escribo o me saco fotos no existo”.
“Gracias a la tecnología, la selfie adquirió características instantáneas y masivas” señaló Gascue. Además, “es la posibilidad de que personas aisladas cara a cara puedan exhibirse en la red”. El sociólogo hipotetizó sobre el tema: “Internet está recién ‘en pañales’. Basta con ver los últimos 30 años a qué ha llegado, y pensar lo que va a pasar en 30 años más”. A su entender, este tipo de fotos se convertirá en algo mucho más normal y superior a lo actual.
Las selfies no solamente son una moda entre adolescentes; pasaron a formar parte de la vida de personas públicas, como del presidente de Estados Unidos Barack Obama y el papa Francisco. Gascue explicó que las selfies transmiten la idea de cercanía: “Así, estos personajes quieren decirle a la gente ‘mirá que soy como vos, yo también me saco selfies’ Quieren demostrar que están al día, y que saben lo que la gente hace. ¡El Papa quiere ser un Papa popular, el de los jóvenes!”, expresó. “No sé si Mujica se sacó alguna, creo que no, porque si no todo el mundo estaría hablando de eso”, ironizó el sociólogo entre risas.
Las selfies entonces pasan a ser un fenómeno causado por una sociedad que va rumbo a una mayor exhibición pública gracias a la tecnología, ya que como reza la sabiduría popular, una imagen vale más que mil palabras.
Leticia Sprunck

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