Querer no siempre es poder. Eso le pasa a muchas parejas que consultan, luego de un tiempo de intentar tener hijos, por problemas de esterilidad o infertilidad ya sea un problema del hombre o la mujer. Sin embargo, las soluciones no están “a la mano”; el diputado Daniel Radío del Partido Independiente, integrante de la comisión Salud pública y asistencia social de la Cámara de Representantes del parlamento, manifestó: “El mundo ha cambiado mucho”. Con el proyecto de matrimonio igualitario sobre la mesa surge la pregunta: ¿todas las parejas podrán acceder a una fecundación in vitro? ¿Qué pasa con aquellas mujeres solas que desean tener un hijo pero cuya infertilidad no está comprobada?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel mundial entre el 15 y 18 % de las parejas tienen dificultades para lograr la concepción. Las estadísticas uruguayas aportan porcentajes similares y los costos del tratamiento de Fecundación in Vitro (FIV) están alejados del presupuesto de muchos uruguayos. A pesar de la necesidad de muchas parejas, Salud Pública no ofrece el servicio desde hace dos años y al parecer no hay evidencias de cambio en el futuro próximo. Antes se ofrecía el servic io a precios accesibles.
La OMS entiende que tanto la esterilidad -la incapacidad de concebir un hijo- y la infertilidad -el impedimento de finalizar el embarazo- son enfermedades. Sin embargo, la legislación uruguaya no lo reconoce como tal por lo que su diagnostico y tratamiento no se encuentran entre las obligaciones de instituciones públicas y privadas de salud. La constitución uruguaya establece en su artículo 44 que todos los habitantes tienen derecho a “asistirse en caso de enfermedad”. Pero ¿qué sucede cuando una problemática aqueja a tantos uruguayos que no encuentran solución al problema?
El diputado Luis Lacalle Pou presentó un proyecto de ley llamado “infertilidad y esterilidad” debido no sólo a la preocupación que le genera el tema como parlamentario sino también porque vivió la situación en carne propia; es padre de dos niños concebidos a través de la fecundación in vitro. El proyecto de ley que está a estudio de la comisión, define la esterilidad e infertilidad como enfermedades. Sin embargo, Radío discrepa; manifestó que “ninguna enfermedad se define por ley” al tiempo que agregó que no las considera enfermedades sino expresiones de una enfermedad. “Si le hacemos una FIV a una mujer, la mujer no deja de ser infértil, sólo se soluciona el problema puntual”, afirmó.
A su vez, el proyecto de ley propuesto por Lacalle Pou dispone que las entidades de salud incluyan el tratamiento, diagnostico y todos los estudios necesarios. El diputado del Partido Independiente, integrante de la comisión, plantea la relevancia de este abordaje ya que siempre que se habla de salud sexual y reproductiva “termina en el reparto de pastillas y condones en la esquina de los barrios pobres”. O simplemente en la discusión, tan controvertida, sobre el aborto. Este tratamiento del tema, la pirámide poblacional invertida y un 15% de las parejas con problemas de esterilidad, acaban por desvirtuar el problema que sufren estas personas.
Se considera que una pareja tiene dificultades de fertilidad cuando mantiene relaciones sexuales sin protección durante un año y no logra la concepción.
En los hechos.
El hospital Pereira Rossell recibe 1400 consultas al año de personas de todo el país que buscan una solución a la problemática. Los problemas de infertilidad pueden superarse con tratamientos de reproducción asistida de alta complejidad. Las soluciones para estas parejas tiene cuatro cifras: U$S 4.000, y esta inversión, además de dejar algunos por el camino, no garantiza resultados ya que sólo el 35% de las parejas que hacen el tratamiento logra la concepción, y menos de la mitad consigue terminar el embarazo. El monto de dinero necesario está muy alejado del presupuesto de muchos uruguayos, ya que según Rita Vernocchi, directora del Centro de Reproducción humana del Interior (Cerhin), solo un 20% de las parejas que necesitan FIV logran concretarlo.
“A mi me cayó muy mal” cuando la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) suspendió insperadamente el tratamiento dejando “a mucha gente con expectativas”, manifestó el diputado de filas del Partido Independiente.
El tema sigue en discusión; la comisión elabora un nuevo proyecto de ley basado en lo expuesto por Lacalle Pou y uno del senador Cid, del Frente Amplio, elaborado en el 2003. El nuevo documento pretende recoger todo lo expuesto, teniendo en cuenta los dilemas éticos de las donaciones de esperma y la posible conservación de gametos. Mientras tanto, mucha gente sigue esperando respuestas y la opinión pública sólo habla de aborto.
Laura Rey

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