Lapidación de mujeres en Irán. Foto: peru21.pe

Un tribunal iraní condenó a 6 meses de cárcel y 91 latigazos en setiembre a un grupo de jóvenes arrestado en mayo por participar de un video considerado “inmoral”. Fueron juzgados bajo los cargos de “actividad ilegal al participar en un vídeo vulgar” y “relaciones ilegítimas al bailar en compañía mixta y con un atuendo inapropiado”, de acuerdo con el fallo judicial. Una de las jóvenes había recibido una pena adicional de 6 meses por tenencia de alcohol en su casa, según se apreciaba en la grabación. El grupo fue arrestado después de que el vídeo, considerado provocador según los estándares morales de la República Islámica, se hiciera “viral” en Internet. En él, los seis aparecen cantando alegremente el tema “Happy”, un éxito del artista estadounidense Pharrell Williams, en terrazas y calles de Teherán y en el interior de una vivienda. Las chicas no llevaban el pañuelo con el que obligatoriamente todas las mujeres islámicas deben cubrir su cabello, ni la camisola que se lleva sobre la ropa. Además, bailaban con los varones, una violación del más estricto código de comportamiento islámico que las autoridades iraníes tratan de hacer respetar en el país, sobre todo en la esfera pública.

Un día después de ser detenidos fueron puestos en libertad bajo fianza a la espera del juicio. La Policía confiscó sus teléfonos celulares, computadoras y otros artículos personales. Dos de los jóvenes involucrados aparecieron, días después de ser liberados, en la cadena de televisión estatal IRIB para mostrar su arrepentimiento por haber participado en la grabación y asegurar que habían sido engañados. En el programa, también apareció el jefe de la Policía iraní, Hoseyn Sayedinia, que aprovechó la ocasión para advertir a quienes pretendan hacer vídeos similares que “serán identificados y se actuará contra ellos”. La captura de este grupo se produjo después de que difundiesen al menos tres videos en Youtube (prohibido en el país pero accesible a través de programas antifiltros) bailando esta canción.
Luego del fallo inicial, y tras una intensa presión ejercida por la ONU y Amnistía Internacional (AI), las autoridades iraníes modificaron la sentencia contra los siete jóvenes dejando en suspenso durante tres años las penas que se habían estipulado. Las mismas no se ejecutarán y serán levantadas si el grupo evita cometer una “actividad criminal intencionada” en el plazo fijado.
AI ha denunciado que Irán es el país del mundo que más aplica la pena capital, y que el saldo a fines de 2013 fue de 624 ejecuciones, un centenar más que el año anterior, según el Centro de Documentación de los Derechos Humanos en Irán. Al menos medio centenar de ellas fueron ejecutadas en público a modo de escarmiento y para “desestimar” posibles actos delictivos.

“El elevado número de ejecuciones que se producen en Irán es alarmante. Los intentos de las autoridades iraníes de cambiar su imagen internacional son inútiles si al mismo tiempo continúan aumentando las penas capitales y los castigos físicos”, opinó el doctor Pedro Gaudinio, profesor de fenomenología de la religión de la Universidad Católica. Desde comienzos de 2014, AI, que trabaja para la erradicación de la pena de muerte, ha registrado 21 ejecuciones reconocidas oficialmente por las autoridades iraníes, así como 19 más que han sido comunicadas por fuentes extraoficiales. Sólo en la semana del 9 y al 16 de enero se llevaron a cabo en Irán 33 ejecuciones, según informa la página web de la organización.

AI solicitó a las autoridades iraníes que conmuten todas las condenas de muerte y suspendan de forma oficial todas las ejecuciones, que en ese país suelen llevarse a cabo colgando al condenado de una grúa, a veces en público. También reclama que acaben con el secretismo que rodea a la utilización de la pena capital ya que los activistas de derechos humanos sospechan que ese castigo se usa encubiertamente para acallar a los disidentes políticos, en especial a las minorías étnicas.

Goudinio comentó a SdR que el Islam “ha fundado históricamente las bases de la obediencia religiosa en el adoctrinamiento de los fieles y el miedo a los castigos”, y reconoce que “la inevitable globalización que generó Internet dificulta cada vez más sostener esa obediencia, le da a la gente la posibilidad de expresarse y rebelarse contra un sistema opresor y arcaico”. En su informe anual, AI exhorta a las autoridades iraníes a tomar con urgencia medidas para abolir la pena de muerte, ya que se ha demostrado una y otra vez que no tiene ningún efecto sobre la delincuencia, por el contrario, “transforma a los delincuentes en mártires a ojos del mundo”.

La Campaña Internacional por los Derechos Humanos en Irán y el Centro de Documentación señalaron que desde la elección de Hasán Rouhaní como presidente de la República Islámica de Irán el 3 de agosto de 2013, se ha producido un aumento de las ejecuciones, lo cual va claramente en contra del discurso del mandatario previo a su elección, donde refería a su intención de cambiar la imagen que Irán proyectaba al mundo.

Valentina Basanta

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