Es el último domingo del verano y hace mucho calor en el ruedo de la Laguna de las Lavanderas. El lugar está repleto de gente y el calor humano le agrega todavía más temperatura al ambiente. Es que las mejores jineteadas se ven durante el fin de semana y encima se termina la Patria Gaucha. El capataz de campo levanta la mano y suena la campana. Comienza la última jineteada de la rueda internacional de varones en basto abierto.

La clásica voz de Carlos Figueroa, reconocido relator de las jineteadas, anuncia que durante el intervalo se realizará “la polca de la silla femenina”, que luego dará paso a las 60 montas de la rueda internacional de varones en pelo. Una gran parte de los asistentes comienza a levantarse de sus lugares y va en busca de algo para merendar, un poco de agua para el mate y aprovechar para ir al baño. Hasta el fotógrafo del ruedo, que luego vende sus fotos a los jinetes en un puestito, abandona su lugar de trabajo. Comienza “ la polca de la silla” y en las gradas se puede ver a menos de la mitad de las personas que hasta hace un rato llenaban el lugar.

Las ruedas femeninas no son habituales en las fiestas criollas de Uruguay. De hecho, en la Rural del Prado de Montevideo solo concursan varones. Sin embargo, en Argentina son varias las fiestas de relevancia en las que desde hace algunos años se realizan jineteadas de mujeres, aunque no han estado exentas de polémicas: en 2017 una de las jinetes ganadoras del Festival de Jesús María (celebrada en Córdoba) recibió como premio una cocina.

Cuando en 1987 surgió la idea de realizar la Patria Gaucha en Tacuarembó, el proyecto presentado por el entonces edil Dr. Carlos Arezo indicaba que el objetivo era “resaltar la figura del Gaucho en nuestro departamento mediante la participación de representantes y distintas sociedades nativistas de nuestro medio”. Sin embargo, en su propuesta no se mencionaba cuál sería el rol de la mujer.

Ruedo inclusivo

La 33ª edición de la popular fiesta criolla se celebró entre el 12 al 17 de marzo en la ciudad de Tacuarembó, con la particularidad de que este año se realizó por primera vez una rueda de mujeres en las jineteadas.

Las 12 jinetes de la rueda femenina de la Patria Gaucha participaron de una categoría denominada gurupa. En esta monta no se utilizan estribos, sólo un cuero de oveja atado por un cinchón (una especie de cinto) y las riendas sostenidas por una mano, mientras que en la otra se lleva un rebenque. Desde que empieza la monta hasta que suena la campana, deben permanecer 8 segundos arriba del caballo para que se considere una monta “ganada”.

La ganadora del primer premio fue Andrea Valverde, oriunda de San José pero que participó en representación de la Sociedad Criolla Atri de Rivera. El segundo premio fue para Yolanda Frascheli, de la Sociedad Criolla “El Fogón de Curtina”.

Sala de Redacción conversó con Andrea y nos contó que las jineteadas de mujeres se ven “muy poco”, aunque para ella -que tiene 22 años- “no es nada raro”. Andrea se crió en el medio rural, anda a caballo desde niña y jinetea desde que tiene 16 años. Ésta fue la primera vez que participó de una competencia, aunque anteriormente lo había hecho en “beneficios del pueblo y fiestas de escuelas, pero nunca en ruedas exclusivas de mujeres”.

Está muy bueno que nos den la oportunidad de mostrarnos”, dijo Andrea. “Son muy poquitos ruedos que hacen eso, a veces hay montas especiales pero
creo que este es el primero con una rueda sólo femenina ”, agregó. “No creo que haya discriminación, es algo que no es habitual y nada más. Y obvio que no es la misma cantidad de mujeres que suben que la de hombres, entonces hacer criollas de mujeres es imposible”, añadió. La ganadora de gurupa comentó que tiene pensado volver a concursar el año que viene en Patria Gaucha para la misma aparcería.

Participación de Andrea Valverde.

A su vez, un grupo de mujeres participó del concurso llamado “la polca de la silla”, similar al “baile de la silla” pero al ritmo de la polca. Las jinetes debían dar vueltas alrededor de unos bancos montadas en sus caballos y cuando la música se detenía, bajar rápidamente y sentarse en un banco. Rueda a rueda se iban quitando sillas, de manera que una siempre quedaba sin lugar. Este concurso se realiza desde hace dos años en categoría femenina y masculina.

Florencia de Souza, ganadora de la “polca de la silla” por la aparcería “A Poncho y Espuelas”, es de Caraguatá (una localidad ubicada a 120 kilómetros de la ciudad de Tacuarembó), donde vive y se dedica a las tareas rurales. Florencia contó a Sala de Redacción que, al igual que Andrea, se crió en un medio rural y junto a su hermana iban a caballo a la escuela a unos 6 kilómetros de su casa. Ésta no es la primera vez que Florencia participa en Patria Gaucha. “Un año fui tercera en la Flor del Pago, hubo otro en que hicieron la ‘carrera de la novia’ y gané. Cuando era niña participaba en las pruebas de rienda y algunas las gané también”, explica.

En relación a las categorías femeninas que se incluyeron en la Patria Gaucha este año, Florencia dijo: “a mí me parece bárbaro. Está bueno que la mujer no sea tanto de la cocina, de la casa, sino que pueda hacer lo mismo que los hombres. Me parece que tendrían que seguir y cada vez involucrar un poco más a la mujer”.

Los concursos que en el ruedo involucran a la mujer aún son considerados accesorios. Para la entrevistada, las instancias como “la polca de la silla” se siguen tomando como una antesala del “verdadero espectáculo”, es decir, las jineteadas de varones. “Me quedé sin fotos de la ‘polca de la silla’ porque en ese intervalo el muchacho se fue a descargar la tarjeta”, resumió Florencia.


Florencia De Souza dando la vuelta de honor. Foto: Tania Fernández.

“Las mujeres llegamos al ruedo y es para quedarnos”

La organización de la Patria Gaucha está a cargo de una comisión integrada por 21 miembros, de los cuales sólo cinco son mujeres. Mariana Luque, una de las integrantes, contó a SdR que es el Intendente quien cada año elige a los miembros, excepto dos que son elegidos por las sociedades criollas y que son sus representantes ante el resto de la Comisión. Desde hace seis años Mariana es elegida, no por el Intendente, sino por las sociedades.

Si bien cada año es posible renovar a los integrantes, la mayoría son los mismos desde hace mucho tiempo, opina Mariana. “Organizar una fiesta de 30 o 40 mil personas no es fácil. En setiembre ya estamos trabajando. Entonces esos viejos -viejos no en edad sino en años dentro de la comisión- ya tienen todo aceitado, saben cómo se hace, con quién hay que hablar y los que venimos entrando vamos aprendiendo.”

La comisión organizadora se divide a su vez en subcomisiones de trabajo: escenario, finanzas, prensa, alojamiento, marketing y la comisión de campo. Mariana, junto a Alejandro Otegui, ambos designados por las sociedades criollas, integran la comisión de campo. Según dijo Mariana, “creo que de las 33 ediciones de la Fiesta, soy la única mujer que llegué a integrarla.” Con su compañero se dividieron las tareas y a ella le tocó permanecer en el ruedo durante los cinco días que duró la Patria Gaucha, desde las 9 de la mañana hasta las 7 de la tarde.

Respecto a cómo llegaron a incluir una jineteada de mujeres, Mariana recordó que el año pasado ya se había hecho una monta especial con una sola mujer a modo de espectáculo y que fue tan bueno que quisieron incluirlo este año.  “Siempre intentamos poner una prueba nueva para no aburrir a la gente. Lo pensamos como una prueba con puntos para todas las sociedades. Cuando llegó el momento y teníamos a las 12 sociedades compitiendo con 12 mujeres, fue un éxito total.”

Según expresó Mariana, durante esas 12 montas en el ruedo sólo hubo mujeres trabajando: “se me ocurrió también que las rondaneras fueran mujeres. Son las que traen los potros hasta el palenque, una tarea que siempre fue hecha por hombres”.

A su vez, fue una mujer la encargada de “florear” (payar en décimas); Anita Concepción, hija del famoso payador y relator Uberfil Concepción. Mariana la había conocido hace muchos años, le encantó cómo floreaba y la invitaron especialmente para las ruedas de mujeres. Finalmente “al capataz de campo se le ocurre que la que levantara el rebenque para dar la señal de campana fuera ‘la Flor del Pago’, entonces metimos todas mujeres”, relató Mariana.

Ante el hecho histórico -la primera rueda de mujeres en una fiesta criolla de esta magnitud-, Sala de Redacción fue el único medio que la llamó para hacerle una entrevista, relató Mariana. Y reflexionó finalmente: “capaz que nadie se dio cuenta, habría que resaltar que eran mujeres las que estaban dirigiendo en ese momento la rueda. Le dije a mi compañero: ‘¡llegamos las mujeres al ruedo y es para quedarnos!’”.


La Polca de la Silla. Foto: Tania Fernández

Todavía es “patrio gaucho”

Además de ser una gran fiesta criolla, la Patria Gaucha es un concurso del que participan diversas sociedades criollas y nativistas de todo el Uruguay, también son llamadas “aparcerías”. Según se establece en su sitio web, durante los días que se celebra la fiesta, cada una de ellas debe participar en diversas concursos y pruebas. De esta manera, van acumulando un puntaje y la sociedad criolla que logre el mayor número de puntos se lleva el “Gran Premio de la Patria Gaucha”.

Algo único y que distingue a ésta de las demás fiestas criollas de la región son los “fogones” que se establecen alrededor de la Laguna de las Lavanderas, en los cuales cada una de las aparcerías debe construir una representación de una vivienda, fuerte o cualquier otro tipo de edificación previa a 1920, siempre basadas en un fundamento histórico. En el sitio web de esta fiesta se explica que “en ellos se pone de manifiesto nuestro sentir criollo; en ellos se siente, se vive y se proyecta el espíritu del gaucho; hombres mujeres y niños recrean las tradiciones, las exponen, las comparten”.

Durante todas las ediciones, las mujeres no han estado ajenas a la fiesta. Sin embargo, su lugar en la competencia se limitaba al concurso de comida criolla, a la caracterización de  figuras femeninas del medio rural y al rol de La Flor del Pago. Esta última instancia, según aclara la organización, “no es un certamen de belleza común, si bien la belleza y la simpatía en la mujer son importantes, aquí juega un conjunto de condiciones de la joven mayor de 15 años (…) La joven elegida debe conocer y manejar fluidamente el medio rural, su entorno y las tradiciones que identifican este mundo”.

En un trabajo publicado en 2017 sobre la Patria Gaucha*, el autor dedica un párrafo a relatar el rol de la mujer en la fiesta. “Tanto en las representaciones de los fogones, en las gestas deportivas, como en la entrevista con un integrante de una aparcería, la mujer sigue respondiendo a los esquemas tradicionales; participa en la cocina o en la competencia de belleza ‘la flor del pago’”, explica Héctor Souza . “No amplía ni promueve las capacidades de las mujeres. En 31 años de iconografía, solamente tres veces aparece la figura de una mujer en el póster oficial de anuncio de la fiesta. En una sociedad donde la familia de tipo nuclear disminuye cada vez más, manejarse sólo con estos estereotipos limita el fortalecimiento de la mujer como trabajadora fuera de la casa y jefa de hogar” , añade.

No cabe duda que estamos atravesando una de las mayores revoluciones de la historia, la revolución feminista. Sin embargo, esta revolución aún sigue siendo predominantemente urbana, blanca y universitaria. Vemos que lentamente están llegando algunas réplicas a puntos más alejados de las capitales, pero es largo el camino que nos queda por delante.

* “Construyendo identidad Fiesta de la patria gaucha”, Héctor Souza. Tecnicatura en Desarrollo Sustentable, Centro Universitario Tacuarembó, 2017.

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