Néstor Goncalves, con 78 años es el actual intendente de "las Acacias", predio de Peñarol- Fuente: web "Aguanten Che"

Néstor Goncalves, con 78 años es el actual intendente de “las Acacias”, predio de Peñarol- Fuente: web “Aguanten Che”

Néstor “Tito” Goncalves, a quien llaman el “capitán de capitanes”, jugó en Peñarol entre 1957 y 1970 en la posición de “centrohalf” (de “cinco”, como se dice actualmente). Con el club mirasol, el intendente del predio de las Acacias (donde juegan las divisiones juveniles de Peñarol) ganó nueve Campeonatos Uruguayos (el quinquenio – cinco campeonatos uruguayos consecutivos- de 1958 a 1962 y además en 1964, 1965, 1967 y 1968), jugó seis finales de la Copa Libertadores de América, de las cuales ganó el trofeo en tres ocasiones (1960, 1961 y 1966) y también consiguió dos Copas Intercontinentales en 1961 y 1966. “Tito” fue jugador de la selección uruguaya que participó en las Copas del Mundo en Chile (1962) e Inglaterra (1966).

"Tito" Gonçalves y "Cacho" Caetano emocionados tras ganar la Copa Libertadores de 1966 - Fuente: Archivo campeóndelsiglo.com

 

“Tito”: sinónimo de gloria en Peñarol

-Si tuviera que mencionar tres momentos importantes de su vida como futbolista, ¿cuáles destacaría?
-En Peñarol he tenido la suerte de vivir muchos momentos fundamentales. Primero fue el llegar al club y encontrarme con “monstruos” del fútbol. Yo soy de un pueblo en el que no había luz eléctrica. Allá a la distancia, sin ningún tipo de comunicación que la radio, escuchar los nombres de Miguez, Hohberg, Borges, de Maidana, de fenómenos, Schiaffino. Y después llegar un día del Interior, sin comunicación, sin conocer Montevideo, llegar y tener que vestirme al lado de esos “monstruos” que para mí representaban toda la vida, fue uno de los golpes emocionales más fuertes que tuve en mi vida. Yo no conocía Montevideo. Entonces a mi me arrancan, me traen, y digo que me arrancan porque me trajeron obligado, a jugar partidos amistosos y me toca con esta gente, lo cual les agradecí toda la vida porque me trataron bien sin saber quién era, porque yo incluso venía con el nombre cambiado. En ese momento no se podía traer jugadores a practicar o competir, tenías que arreglar, era algo que estipuló la OFI. Primero, había que negociar al jugador, comprarlo y después sí podías venir. Yo venía con nombre cambiado porque me autorizó el presidente del club en el que yo jugaba, Universitario de Salto. Después se trató de ir consiguiendo triunfos, por ejemplo, jugar un primer clásico. Perdí en el primer clásico que jugué, caí en la mala. Eso no me achicó. Al contrario, cuando vi lo que significaba un clásico en el fútbol uruguayo, que los demás festejaban y el otro te insultaba porque no habías cumplido con el sentimiento y habías destrozado el sentimiento, porque es un sentimiento muy fuerte el fútbol para nosotros, sobre todo el “peñarolense”. Ahí me di cuenta que había que doblar los esfuerzos porque ese público no se merecía esa tristeza que embarga una derrota. Me acuerdo más de las derrotas que de los triunfos porque me duele mucho, los tengo presentes, y a veces me da lástima y me da no se qué nombrarlos.
– Los tres momentos serían su llegada a Peñarol, el primer clásico y ¿qué otro momento destacaría de su vida como futbolista?
– Y después fue el famoso triunfo, porque yo siempre digo que  debe haber muchos importantes en los clubes del mundo, pero como el que consigue Peñarol con River en un tercer partido en Chile en 1966. Yo creo que el Mundial del 50´ y ese partido son una marca muy fuerte para los uruguayos. Ganar con 200000 personas en Maracaná y nosotros subestimados con un River que era una potencia. No estoy hablando del River de ahora que cualquiera es suplente y cualquiera es titular, eran jugadores con el sello: el número 10 de “fulano”, el número 8 de “mengano”, el número 5 de “fulano de tal” y que hacemos si falta uno ¿no?, porque ya se habían ganado ya una trayectoria, el público los pedía, no era porque eran lindos o simpáticos, sino porque ya se les había ganado a esa hinchada y sufriendo como sufrían porque ellos pensaban también que Peñarol era muy fuerte y echaron mano a muchas cosas feas y ganar ese partido (que para mucha gente ya estaba perdido), ese 2 a 0 con un River potente -fue el primero de los tres partidos contra el equipo “millonario” y se jugó en el Estadio Centenario de Montevideo-. Es muy difícil, muy complicado y son esas cosas que te dejan marcados por el resto de la vida. Y así como yo te hablo cuando ingresé a Peñarol, la decisión de retiro. No es nada fácil pero yo aconsejo que cierren los ojos, piensen y miren, antes que los desaprueben, que se vayan, hay que irse.

 

Formación de Peñarol en el tercer partido de la Copa Libertadores de América contra River Plate de 1966 - Fuente: Padreydecano.com

-¿Qué recuerdos tiene de los títulos de Campeonato Uruguayo que logró con el club?
-Hubo muchos importantes. Antes eran dos: nuestro eterno rival –Nacional- y nosotros,  la lucha era entre nosotros. Pero un día se nos hizo la “coladera” Cerro. Tuvimos que definir, habíamos terminado iguales y fuimos a la final. Lo ganamos fácil con un equipo de muy buenos jugadores [18/09/1960: Peñarol 3 a 1 a Cerro]. Cerro, en ese momento, se había preocupado mucho y había formado un equipo tremendo, le había puesto el ojo a unos brasileros, había traído un muy buen equipo y lo mantuvo, como pocos equipos lo hacían, con inteligencia.
-¿Qué recuerdos tiene de los torneos internacionales que ganó con el club? Copas Intercontinentales…
-Yo jugué tres Intercontinentales. La primera acá con Real Madrid, allá no jugué la revancha porque me atacó un estado febril y no pude estar, no asocies una cosa con la otra, no vas a decir que no jugué yo y perdieron, no!, se perdió, un equipazo fue el Real Madrid. Al año siguiente – 1961- repetimos la Copa Libertadores y jugamos con Benfica la Intercontinental. Benfica lo había goleado al Real Madrid, 5 a 2 creo que le había ganado la final de la Copa de Europa –Benfica le ganó 5 a 3 al Real Madrid en la Copa de Campeones temporada 1961/1962 y al Barcelona en la temporada 1960/1961 por 3 a 2, título que le permitió jugar con Peñarol la final de la Copa Intercontinental-. Después en el 66´ fuimos a jugar, nos tocó la revancha con el Real Madrid, fue un 4 a 0 rotundo porque fue dos a cero acá en el Estadio Centenario y dos a cero en el Bernabeu. Fue la única vez que perdió un partido internacional Real Madrid. Incluso estaban todos los carteles en el Estadio, yo tengo una foto que la traje hace dos años allá de Madrid, en la cual decía “todos a Suiza” porque se iba a jugar a Suiza el tercer partido. Peñarol había ganado 2 a 0 acá –y si ellos ganaban el partido en Madrid, se jugaba ese tercer partido-. Para ellos fue una sorpresa tremenda, que un cuadro de América vaya a San Martín o al Bernabéu y subestimarlo al juego, pasarlo por arriba al Real Madrid, para ellos era sorprendente.  Tengo buenos recuerdos, nosotros agarramos una época muy buena, que había mucha amistad, mucha cordialidad, mucho acercamiento entre dirigentes, hinchas y jugadores.  Claro, eso se consigue cuando sos exitoso, el hincha quiere estar al lado del exitoso y el dirigente protege al exitoso, era un ambiente lindo. Incluso, las concentraciones, que para muchos son tediosas y estar lejos de todo lo que te gustar hacer.

Hinchada de Real Madrid con una bandera con "cargadas" a Peñarol en la previa de la segunda final de la Copa Intercontinental de 1966 - Fuente: Archivo web "Campeón del siglo"

 

-Al comparar el fútbol de su época con el actual, ¿qué cosas le gustan y cuáles no?
-Lo que no hay ahora, lo que han cortado es la “manifestación individual”, aquellos genios, un Garrincha, un Abaddie, un Rocha, un Spencer que te amagaba a parar y arrancaba, se trabajaba mucho con el amague. El amague es una intención que se muestra pero que no se lleva a cabo.  Estamos mucho con la idiosincrasia los pueblos, somos muy emocionales. Se jugaba con un “5”, un “8”, un “10”, adelante tuyo, “8” y “10” que eran los “peoncitos” que tenía, te habló de Cortes y Rocha que eran mis grandes peones, se iba uno, me “volcaba” a la izquierda, se iba el otro, me “volcaba” a la derecha, hacía la cobertura y no salir de la zona. Tenía, los hacía descansar a Joya y Spencer, por ejemplo, y en un momento dado, le tiraba el pelotazo, si el equipo rival le ganaba terreno hacía el arco nuestro, le tiramos allá al fondo y ¿quién lo agarraba a alguno de los dos? Pero eso no era invento de por si porque se trabajaba en eso. Siempre hubo inteligentes, para jugar al fútbol, hay que serlo, ya sea como técnico o como jugador. Hoy en día lamentablemente, a veces te tenés que adaptar en nuestro medio, en nuestro fútbol, que lo empobrecen los capitales, que te los lleva  todos. Está un poco empobrecido, lo nuestro –el fútbol uruguayo-, pero ¿qué pasa?: como te compran todos muchachos jóvenes en Europa, están beneficiando a América los europeos, ¿sabes por qué?: porque te los forman ellos y después lo toman como rival y el temperamento no lo pierde nunca el uruguayo, está “armado” así, la mente, lo que te formaste hasta los 15 o 18 años, no te lo borras más. Podrás cambiar pero siempre te acuerdas de aquello y siempre te gusta más lo que viviste en la adolescencia. Si, si el consejo de la abuelita, del papá, del amigo, de esto, de aquello, no te olvidas más.
-Hablando del fútbol como negocio, ¿qué piensa de eso? De la FIFA, de los representantes, de los jugadores…
-Y es un mal necesario. Sería importante que “la parte del león” se la deje a la institución para seguir laburando. Si vos precisas combustible y yo tengo 40 litros de nafta, te doy 15, yo soy el dueño del combustible –y me decís- “no, dame 30” y yo te digo“bueno, llévate 30 y me quedó con 10”, no, no, no, yo te doy 10, déjame con 30 a mí. Eso pienso yo que no es lo acertado. Después el intermediario existió toda la vida y esto se ha dado así y así vas a morir. Bueno y mañana van a ser de los empresarios las instituciones, se van a hacer cargo porque no sé que pueda pasar, yo no lo voy a ver.
-Si tuviera que definir brevemente a Peñarol, ¿qué diría del club y su historia?
-Para mí es, me levantó, me despierto y me acuesto pensando en Peñarol. Por supuesto que no voy a cambiar por nada el sentimiento de un padre, de un hijo, un hermano, es otro tipo de sentimiento. Peñarol te da una totalidad de la cosa, con el club si vos andas bien relacionado, no los señores gerentes ni el portero, el tótem, Peñarol. Vos metido en Peñarol, te despertas, lloras, sufrís, te alegras, tu vida es Peñarol, no hay un día que seas indiferente. Porque incluso si vos te olvidaste de Peñarol, la gente te hace acordar en la calle, a donde vas te hace acordar, vas a un supermercado, a cargar combustible, el famoso “¿qué pasa?”.

Un jugador de selección

-¿Qué le pareció la actuación uruguaya en el Mundial hasta el momento? (*)
-Uruguay es eso, Uruguay lo que busca, ofrece poco. ¿Qué te ofrece Uruguay? Uruguay espera a ver qué hace el otro y ahí reacciona porque esos que dicen “la garra charrúa”, es el “no quiero perder”, “me duele perder”, eso tiene Uruguay. Es bueno que el técnico les diga “ustedes pónganse de acuerdo en tal o cual cosa”, no es cuestión que ustedes hacen tal cosa, ahora que están las fichitas y el aparato que les mueven las fichas, no, no en la cancha vamos a ponernos de acuerdo porque lo que vos me dijiste como técnico, no se da. ¿Y entonces qué hacemos? Y combinar y decís “si, jefe, si, si hágalo”, eso es lo importante y el uruguayo siempre fue así. El uruguayo no es egoísta, es un tipo que se entrega a todo, lo mucho, poco o regular que tiene, lo entrega. Entonces siempre hay que tener cuidado con Uruguay, no sabes con qué te va a venir.
-En el caso de este plantel, ¿piensa lo mismo?
-Si pienso lo mismo.
-¿Qué conclusiones tiene del trabajo realizado durante estos 8 años por Oscar Washington Tabárez?
– Los dirigentes –de la AUF- lo bueno que hicieron fue mantener un técnico durante mucho tiempo, cuando se consiguen resultados, por supuesto. Como trabaja o no trabaja, no porque nunca vi un entrenamiento ni escuche una charla, lo conozco, no soy amigo pero estuvimos trabajando muchos años en la Asociación de entrenadores, en la comisión con Bañulo, Maspoli. Además lo conozco mucho porque estuvo acá un tiempo en Peñarol. Es un hombre que no se deja llevar simplemente por sus conocimientos, permite que participen los jugadores, eso es, no que no piense mal la gente que dice “no, le hace el cuadro fulano de tal”, no, no yo opino, “¿qué te parece?, ¿estás cómodo así? ¿te sentís cómodo?” y el jugador te dice “no, yo mire…”. Yo no puedo un día antes de que si podes jugar en ese lugar, no, vos estás convencido que esto no te sirve de esta manera. Bueno, o te cambio o permito al jugador, si es muy importante para otras cosas, permito que no me cumpla esa función que quiero yo porque no vos no te sentís, no estás seguro.
– Y de los torneos internacionales, ¿qué recuerdos se le vienen a la mente?
-Yo tengo mucha tristeza de los mundiales –en los- que me tocó intervenir. Me da mucha pena por el Uruguay que se  esperaba, se participó de Mundiales con muy buenos planteles. Pero yo le hago un breve: nosotros hicimos una gira, teníamos 8 partidos (creo) en Europa, previo al Mundial de Chile. Llegamos a Río de Janeiro, un jugador encuentra la hoja de un diario y le dice al técnico “así que está destituido” le dice al técnico y él afirmó  “a mí no me dijo nada, nadie”, cuando llegamos acá, faltan 20 días para el Mundial, nombran a 3 técnicos. Nos vamos a allá –Europa- y a ¿dónde nos llevan?: a unas cocheras en medio de unas montañas áridas, ariscas, no sabías si subirte a una piedra allá en el cerro y tirarte porque era lamentable, el calor, la soledad, el ambiente donde estaba, las cocheras que nos hicieron estar ahí, era todo feo.

 

Las selecciones de Uruguay e Inglaterra ingresando a la cancha en el Mundial de 1966 - Fuente: Soccermond.com

-Ha dicho que la televisión “ha hecho estragos” ¿Qué piensa de los medios de comunicación y la relación que tienen con la sociedad?
-Está muy feo, digamos que los jefes, los que sientan “la cosa” a un hijo, más que el padre no lo siente nadie, lo quieren encaminar, entonces la televisión te los “tuerce” todo porque está todo el día y vos no tenés todo el día para estar con tus hijos. La televisión está todo el día, la gente está trabajando y está así -haciendo sus tareas y mirando fijo a la pantalla-. Entonces quizás vos, experiente en  todo tipo de cosas decís “no, pero lo dijo fulano de tal”, ¿vos sabes quién es fulano de tal?, ¿sabes?, no, ah bueno primero averigua quién te dice las cosas. Claro, si yo soy el director –del medio- y hablo de cosas sanas, nadie me escucha, todo el mundo está con el botoncito –haciendo zapping y- queremos algo violento, sexo. Hoy en día, si no te desnudas, no tenés valor, entonces ya va perdiendo muchos valores la sociedad. Vos decís que yo tengo 78 y defiendo los valores y los voy a seguir defendiendo hasta el último día. Yo no le voy a decir a mi jefe “si tiene razón, voy a cambiar”, no, si no te gusta como soy, me voy. La televisión ha hecho mucha información, mucha cosa buena pero –también- mucho daño.
-Del fútbol uruguayo, ¿qué piensa de la organización?
-Está mal organizado, acá hay que dar más actividad. Fíjate que acá festejan las “caídas de las campanas” en 18 de Julio y no se juega al fútbol, en Europa están jugando el primero de año, el 25 de diciembre, acá buscan cualquier motivo –para no jugar-. Acá no, hay que dar fútbol, fútbol y más fútbol, el jugador quiere fútbol y no más entrenamientos, no hay mejor manera de entrenar que el fútbol.
-Y del tema infraestructura, vio que se habla del Mundial del 2030…
-No, no, no. No, imposible, nosotros no podemos organizar ni una doma, ni una jineteada.
-Del trinomio AUF-Gobierno-Tenfield, ¿qué opina?
-No, de eso yo no sé nada. No sé nada ni quiero saberlo. Déjame tranquilamente con lo que conozco y resolver lo que conozco.
Federico Airaldo
(*) Aclaración: La entrevista a Néstor Goncalves fue realizada  antes del partido Uruguay-Colombia que se jugó el sábado 28 de junio.
 
 

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