Mientras que en Uruguay el día del niño es una celebración netamente comercial, realizada el segundo o el tercer domingo de agosto, en el resto del mundo las fechas y los motivos varían. En 1954, la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó a todos los países que escogieran un Día del Niño para promover la fraternidad y fomentar actividades relacionadas a su bienestar. Como cada nación fue libre de elegir la fecha, Paraguay decidió que la celebración fuera el 16 de agosto en homenaje a los niños que murieron en la masacre de Acosta Ñú.
Un 16 de agosto pero de 1869, en el marco de la Guerra de la Triple Alianza que enfrentó a los paraguayos frente a las fuerzas militares brasileras, argentinas y uruguayas,veinte mil soldados brasileros que invadían el territorio guaraní masacraron a 500 ancianos y 3500 niños de entre 9 a 15 años de edad.
La batalla se inició en la mañana en un campo cubierto de malezas. El ejército del general paraguayo Bernardino Caballero esperó el ataque con sus 500 ancianos y 3500 niños. Fueron rodeados y atacados en cada punto cardinal por las fuerzas comandadas por el Conde D`Eu. Después de todo un día de lucha, los paraguayos fueron derrotados. Según cuenta la historia, los niños aterrados se agarraron de las piernas de los soldados, suplicando que no los mataran. Sin embargo, fueron degollados en el acto. Al finalizar la sangrienta batalla, las madres llegaron en busca de los niños heridos y a enterrar a sus muertos. Pero por si lo que había sucedido era poco, el Conde mandó incendiar la maleza del campo, y los niños corrían para salvarse de las llamas.
Este día connota a un pueblo que no quiso rendirse para no perder la libertad. El Duque de Caixas escribió sobre el soldado paraguayo: “Prefiere morir a rendirse”.
Alejandra Garmendia