Ocupación de los Institutos Normales de Montevideo / Foto: Facundo Verdún, SdR

La circular número 9 fue publicada en febrero por el Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP). En ella se estipula que, desde este año, la compensación por Adscripción, que se le da a los docentes con estudiantes de Magisterio que realizan prácticas a cargo, se limitará a aquellos maestros con un mínimo de dos practicantes. El conflicto surge debido a que, desde el punto de vista de los alumnos nucleados en el Centro de Estudiantes de Magisterio (CEM), ello no puede aplicarse en las escuelas. Los estudiantes explican que, en la práctica, un maestro adscriptor puede dedicarle tiempo como máximo a dos alumnos. Si se acata lo propuesto por la circular, los estudiantes sostienen que se necesitaría añadir más horas a la jornada escolar para atender adecuadamente a los practicantes.
En respuesta, desde el primer martes de Abril, los estudiantes nucleados en el CEM decidieron ocupar los Institutos Normales de Montevideo. SdR se comunicó con Martina Tamiet (MT) y Gerardo Valderrama (GV), dos estudiantes de Magisterio que participan de la ocupación desde que comenzó.
-¿En qué medida están siendo perjudicados los estudiantes por dicha reglamentación?
-GV: Creemos que se precarizó nuestra formación. No hay flexibilidad en cuanto a la cantidad de practicantes por docente. En la circular se afirma que a partir de ahora hay un mínimo de dos practicantes por maestro adscriptor, ahora nosotros estamos negociando para que ese sea el máximo. Lo ideal es que sea solo un practicante, pero esa opción no está. Hay excepciones, hay docentes que tienen hasta cuatro estudiantes a cargo. Imaginate que te toque dar clase ahí, ¿cómo das clase? Si los niños tienen talleres, de música, idiomas, deporte; es imposible que todos podamos dar una jornada entera o media.
-¿Y a las maestras?
-GV: Para los docentes, el trabajo es doble, porque planifican para los niños y para nosotros. Sumado a eso, nosotros también tenemos que planificar y la maestra debe corregir nuestras planificaciones, si somos muchos practicantes el panorama para las maestras es desgastante. Pero si tienen un solo practicante van a hacer el trabajo honorariamente porque no se les va a pagar. Es muy injusto. A todo esto, le añadimos que hubo recorte en el número de escuelas de práctica y que para 2019 o 2020 se planea una Universidad de la Educación, pero están recortando las prácticas desde ahora. Dejan de lado la praxis, que es la base de la formación en Magisterio.
-¿Se resolvió el problema de que cada estudiante tenga escuela de práctica?
-MT: Desde el Consejo [de Formación en Educación] prometen que el problema está solucionado, pero es mentira. Hasta el día de hoy siguen apareciendo compañeros que no tienen escuela asignada. Desde la jornada de elección de escuela, cerca de 80 compañeros de segundo año se fueron sin institución de práctica asignada. Y el día de tercer año, que era el día que me correspondía elegir a mí, noté que los cupos no daban para todas las personas que concurrieron, entonces, los últimos en elegir evidentemente se iban a quedar sin escuela.
-¿Crees que las soluciones propuestas se aplican a sus reclamos? ¿Es un paso en la dirección correcta?
-MT: Las soluciones contemplan nuestros reclamos como excepciones y reivindican la circular número 9 [del CEIP]. Para nosotros la excepción debería ser que algunos maestros tengan dos practicantes, todos deberían tener solamente uno. No nos parece que esta solución, que apunta a tildar de excepción a nuestro objetivo, sea la correcta.
-¿Qué tiene de distinto este conflicto?
-MT: Primero que nada el tiempo, vamos 17 días de ocupación, es la más larga desde la dictadura. Tenemos mucho apoyo, por ejemplo Ademu [Asociación de Maestros del Uruguay] nos da una mano económica y también nos apoya en las manifestaciones y marchas, ya que estamos luchando por un objetivo común. La presión ha sido tan grande que el desalojo ha sido pospuesto desde el fin de semana pasado. Creo que por el contexto político, no quieren quedar mal por lo que se diga si llegan a desalojar de forma poco pacífica como ya sucedió anteriormente. Tenemos el apoyo del Instituto de la Costa en Canelones, en donde también se ocupó. Es un hecho histórico, ya que previamente no contaban con agrupación gremial y ahora han podido organizarse. Recibieron la misma notificación [de desalojo] que nosotros, y en asamblea decidieron continuar ocupando, al igual que acá. No estamos solos en esta situación, buscamos formar lazos ya que compartimos el problema con todos los estudiantes de Magisterio del país. En los institutos del interior muchas veces los estudiantes no se organizan o no se dan cuenta de que las condiciones no son dignas. Además, conocemos historias que involucran compañeros del interior sufriendo persecución sindical cuando hubo intentos de agremiarse.
-¿Por qué crees que se ha prolongado tanto el conflicto?
-GV: De fondo hay un problema presupuestal. Ninguna de las dos partes va a dar el brazo a torcer. Tenemos gran presencia estudiantil, en todas las asambleas se ha votado sin dudar, casi por unanimidad, continuar la ocupación. Se van a seguir dando medidas como el paro de 24 horas [definido por Ademu para hoy], que implican una gran tensión. Los gremios estudiantiles y sindicales están en desacuerdo con el recorte presupuestal de Primaria. Sumado a que las autoridades no quieren tomar medidas drásticas que les dejen “mala publicidad” frente a las siguientes elecciones, este conflicto puede durar mucho tiempo más.
-¿Por qué crees que el tema se ha mediatizado tan poco?
-MT: Cuando los medios nos cubrieron ni siquiera estábamos en diálogo con las autoridades, hace dos días que estábamos ocupando. Desde ahí ningún medio se acercó y el único que vino aseguró que “ocupaciones no cubría” antes de retirarse. De igual forma, nosotros hicimos un video que subimos a las redes, para poder hacer entender a todos la situación que estamos pasando. Seguro vende más la inseguridad.
-¿Pudieron tener instancias de diálogo con las autoridades?
-MT: Asistimos a una mesa de diálogo con los consejeros del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública y del CFE, pero no se brindó respuesta a nuestros reclamos. Fuimos a escuchar los mismos argumentos que se plantean en la circular número 9 del CEIP, que para nosotros no son válidos. Tuvimos una asamblea, decidimos seguir ocupando, y enviamos el comunicado pertinente con la explicación y un archivo adjunto exponiendo las razones. El archivo supuestamente no llegó, y entonces, ante nuestra supuesta omisión, el viernes 13 de abril se nos envió una intimación de desalojo. Según esa carta, teníamos tiempo de desocupar hasta el lunes a las 9 de la mañana. En la última asamblea decidimos ocupar hasta la derogación de la circular, ahora estamos esperando.
-El pasado fin de semana hubo un aviso de desalojo, ¿cómo fue la reacción de los que estaban ocupando?
-GV: Fue duro, nos agarró de sorpresa, no imaginamos que iban a proceder de esa forma. Tomamos medidas, nos juntamos en asamblea y decidimos cómo proceder. Luego nos juntamos nuevamente el sábado, nos dividimos en comisiones, planeamos cómo desalojar. Repasamos las medidas de autodefensa y otras cosas importantes, teniendo en cuenta que hay estudiantes que están ocupando con nosotros y son recién salidos de bachillerato, para muchos es la primera ocupación de la que participan. Nosotros tenemos el antecedente del [desalojo del] Codicen, que es una mancha en la historia de las ocupaciones, y estábamos preparados para el peor de los escenarios: un abuso de poder. También nos sentimos atacados por la intimación, debido a que nuestra ocupación fue siempre pacífica y es una medida estudiantil totalmente legítima. Desde lo sucedido en el Codicen, existe miedo de que eso se repita, los derechos humanos fueron vulnerados y luego el atropello fue justificado por los medios. El lunes a la mañana los compañeros escucharon los ruidos de una obra de acá cerca y pensaron que eran los policías, hasta ahí llegó el temor.
-¿Ven una posible salida al conflicto?
-MT: Para mí no la hay. Como están dadas las condiciones no veo que el CFE tenga voluntad para terminar el conflicto. Está cada uno tirando de la cuerda y creo poco probable que la historia tenga un desenlace pronto.
GV: Mi visión personal es que ellos están cediendo, de a poquito. Lo que antes era un mínimo de dos practicantes por maestra hoy es un máximo. De a poco nos acercamos a nuestro pedido de un estudiante por docente adscriptor. Al final algo vamos a lograr. Tengo esperanza pero no se va a solucionar en el corto plazo.
-¿Con qué se quedan luego de tantos días de ocupación?
-GV: Con decepción, se llenan la boca hablando de educación y nosotros tenemos que pelear, no para ganar algo, sino para no perder las condiciones que ya teníamos. Los de arriba, que toman las decisiones, ven como ejemplo a la educación privada de Chile y del resto de Latinoamérica, que viene de mal en peor. Hace unos años peleábamos por el 6% [del Producto Interno Bruto para la educación] y ahora tenemos que rogar para que no nos perjudiquen. Es una vergüenza que la educación se vea herida por estas medidas, no podemos dejar pasar estos “pequeños” asuntos, porque si no perdemos terreno y se complica.
MT: De todas formas, queremos aclarar que los estudiantes seguimos acá, no tenemos miedo. Si la idea fue intimidarnos les salió muy mal. Acá venimos día tras día, masticando la propuesta, uniéndonos y reforzando vínculos; organizándonos mejor, no nos van a sacar con discursos armados así nomás. En la última asamblea éramos 120 estudiantes y logramos el consenso, hay unión, disposición y muchas ganas.
Facundo Verdún

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