Federico Beltramelli, director del Instituto de Comunicación. Foto: SdR/Agustina Corvo.
Ha participado de varios proyectos de investigación, y publicación de libros, además de ser realizador documental.
-¿Cómo llegaste a ser director del Instituto de comunicación? ¿Cómo sucede ese cambio de un director a otro?
-Nosotros ahora, en términos de facultad, tenemos decano, decana en este caso, que es María Urquhart; y tenemos dos institutos, que son como un escalón debajo de la estructura central. Un Instituto de Comunicación y un Instituto de información, que recogen lo que antes eran dos servicios, la Escuela de Bibliotecología y Archivo, y la Licenciatura en Comunicación. Los institutos son de Facultad. La elección del director del Instituto es un proceso que cada facultad define cómo lo lleva adelante. En este caso, quienes se querían candidatear, lo hacían con un proyecto de trabajo a dos años y con un currículum. Tuvo una resolución, primero a nivel de la Comisión de Instituto, que es una comisión asesora del Consejo, y después tuvo una resolución del Consejo, aceptando mi postulación y designándome en la función de director de instituto.
-¿Trabajaste en la elaboración del plan 2012?
-En la elaboración del plan no trabajé. Yo soy coordinador de carrera, que es quien articula, con la comisión de carrera, la implementación del plan. Entonces ahí hay una diferencia importante, es decir, yo no elaboré el plan sino que estoy encargado de implementarlo.
-¿Te pareció positivo el cambio de plan?
_-El plan es una estructura de oportunidades muy buena, que no tenía el plan anterior. Es decir, es mucho más plástico, permite articular nuevas propuestas, permite romper con los cercos muy liceales que teníamos antes, en donde los equipos docentes estaban adscriptos solamente a alguna asignatura. Permite una articulación al interior de los equipos que lleve a un diseño curricular, pero a su vez, también a dejarle espacio a algunos docentes para investigación o extensión. Es un plan, lo tengo que decir, muy ambicioso. Muy ambicioso en el diseño, muy ambicioso en que los estudiantes, por ejemplo, puedan contener dentro de su formación experiencias de investigación, de extensión, de preprofesionalización. Es ambicioso en relación a nuestra realidad, en relación a la cantidad de estudiantes que tenemos, y a la relación que tienen esa cantidad de estudiantes con la dotación de recursos que tenemos a nivel docente y no docente. El esfuerzo se está haciendo, se está llevando adelante; pero es enorme la cantidad de gente que estamos haciendo ingresar acá.
-Se está construyendo un nuevo edificio para la facultad…
-Si
-¿Para cuándo estaría listo?
-Se supone que para principios del año que viene tiene que estar entregado el edificio.
–¿Cuáles son sus características?
-La arquitectura nos va a ayudar a mezclarnos mucho más entre los dos institutos, no generar estructuras separadas. Desde el punto de vista edilicio, vamos a ver cómo podemos manejar la cantidad y la masa de estudiantes que nosotros tenemos hoy, con los salones. Articular, por ejemplo, un principio que para este instituto es casi como una ley: el ofrecer dos turnos. Ofrecemos dos turnos pensando sobre todo en la gente que trabaja Vamos a ver con qué nos enfrentamos, porque quizá el nuevo edificio atraiga a más estudiantes, y ahí ya se generaría mayor demanda de salones. Siempre es un desafío, la Universidad cuenta con recursos escaso, para atender de forma gratuita y abierta, como tiene que ser, a los estudiantes en su formación terciaria.
-¿Se prevé que tenga estudio de grabación o televisión?
-Sí, hay un estudio diseñado, de cine y televisión, que cumple básicamente con las normativas de lo que puede ser un estudio. Es pequeño, pero es de experimentación; un estudio que hoy no tenemos y que va a estar disponible. Por supuesto habrá que equiparlo, pero está. También va a tener una bellísima biblioteca, y va a tener todo un piso en donde hay sets o boxes de edición de audio y video. Hoy contamos solamente con uno.
–Hablaste de cantidad de estudiantes, ¿se pueden inscribir la cantidad de estudiantes que quieran, o hay un límite?
-No, no hay límite, es abierto.
–¿Y la nueva facultad?
-Lo mismo.
-En cuanto a las tecnologías, se están dando cambios, apareció EVA, etc. ¿se planea dar cursos a larga distancia?
-Las modalidades semipresenciales son modalidades posibles y, en algunos casos, ya las estamos implementando. Por ejemplo, tanto el curso de historia contemporánea como los cursos de lengua, tienen una modalidad semipresencial. Esa es una posibilidad que, creo yo, hay que implementarla cada vez más, pero desde mi punto de vista son aplicables en algunos cursos y en otros no. Entonces, puede contribuir a oxigenar el régimen de cursado. Es decir, no tener un régimen solamente presencial; pero no va nunca a conformar porcentajes grandes en el diseño curricular. Siempre va a ser una estrategia de mínima. Creo que este tipo de modalidad es muy exitosa para remediar cierto déficit de atención a nivel de clase cuando tenemos cursos masificados.
-¿Cuáles son tus objetivos para este año como director?
-Tratar de terminar de diseñar -porque yo coincido como director y como coordinador de carrera- la malla curricular del plan nuevo. Terminar de ajustar todos los requisitos del cursado y de diseñar las estrategias de desarrollo en lo que tiene que ver con los requiirimientos de una práctica de extensión, investigación y práctica preprofesional. Otro objetivo es tratar de consolidar las estructuras de los departamentos. Elaborar, en conjunto con el otro instituto y con el decanato, un buen proyecto de presupuesto para la solicitud quinquenal. También tratar de definir y de expresar la nueva función que tiene el director del Instituto, que es distinta a la anterior del director de servicio, es decir, este cargo juega un rol articulador y de gestión importante. Eso tiene que ver también con un relacionamiento interpersonal, que yo cultivo porque me parece que es como se deben hacer las cosas.
Camila Pereira
