Foto: AFP / Franko Lee

“El celular, como cualquier adicción, lleva a comprometer parte del tiempo de una persona en cuestiones muy específicas”. Tal afirmación corresponde a Richard Read, integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT y secretario general de la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida (FOEB). . En diálogo con Sala de Redacción, el veterano dirigente sindical señaló que “el uso del celular está mucho más circunscrito al chateo que a la navegación, eso hace que en los lugares de trabajo se observa con mayor asiduidad a los operarios o trabajadores con el celular chateando, muchas veces distrayendo su trabajo con otras cosas”.

Según recoge la edición del diario El País del 31 de enero, ha crecido el número de uruguayos “tecnoadictos” que requieren atención especializada, y se comprueba que cada tres días hay un uruguayo que necesita ayuda profesional al no poder controlar la utilización tecnológica.
El sindicalista enumeró  las consecuencias que tiene el uso problemático de los celulares en el ámbito laboral. Comentó que en ambientes de trabajo hubo despidos y suspensiones por esa causa, pero sin embargo destacó que el tema no está en la agenda de los medios de prensa. Read advirtió que pese a que muchos lo miran sorprendido cuando comenta esta situación, seguramente los empleadores intentarán limitar la utilización del teléfono celular.
El dirigente del PIT-CNT relató una anécdota en su lugar de trabajo que marca el efecto del chateo. Dijo que “hace poco en la fábrica había cuatro muchachos comiendo en el comedor y estaban con su teléfono; yo le pregunté a uno cómo se llamaba el otro, que había entrado hacía dos semanas, y no lo sabía”. Read comparó al chateo con otras adicciones como el consumo de tabaco y alcohol, y sobre este último señaló que bebido con moderación, se trata de un consumo socialmente aceptado fuera del trabajo, y que, como el cigarrillo, la decisión de consumir es personal. Pero advirtió que en el chateo eso no es así, debido a que también hay entran en juego terceros que envían mensajes a las personas.
El dirigente sindical comparó la utilización del celular con el consumo de tabaco: “el celular no se usa para llamar, es una nueva adicción que no queda en la puerta de una fábrica. Es como el tema del cigarrillo en muchos lados; en una fábrica no hay lugar dónde fumar, pero si el tipo es un adicto al cigarrillo le permitís salir a la vereda. Pero hay muchachos que bajan ocho veces en el día a la calle a fumar” .
Una encuesta realizada por la Junta Nacional de Drogas en 2014 marca un claro descenso del consumo de tabaco entre los jóvenes escolarizados, que pasó de 30% en 2003 a 9% en 2014. Según la Segunda Encuesta Mundial de Salud Adolescente publicada por el Ministerio de Salud Pública, 7 de cada 10 estudiantes de segundo, tercero y cuarto de liceo, declararon haber probado alcohol por lo menos una vez en su vida.
El secretario general de la FOEB se refirió también a la problemática del consumo de alcohol y las consecuencias negativas que tiene para la sociedad, y lo relacionó con la violencia doméstica y los accidentes de tránsito: “en muchos casos el consumo de bebidas influye en ese tipo de situaciones”, dijo. Además, explicó que muchos adolescentes comienzan a tomar alcohol a los 12 años, generalmente con cerveza o vino cortado, y que a los 18 años “es probable que sean alcohólicos“.
Por último, el dirigente opinó sobre el proyecto de ley de Tolerancia Cero que el Poder Ejecutivo ingresará al Parlamento: “apoyo la tolerancia cero, me parece que ayuda muchísimo, porque la tolerancia 0,3 te daba el changüí de tomar un par de copas y a la hora masticar unos chicles y zafar, pero con tolerancia cero no podés tomar”.
Ignacio Arturaola

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