“Me llamaban la mujer invisible. La gente abrazaba a Liber Seregni y yo estaba parada al lado pero nadie me veía”, dijo en algún momento Lili Lerena, quien nos dejó el pasado viernes 17 de agosto a los 96 años. Sin embargo, su despedida congregó a políticos de todos los partidos, figuras reconocidas del periodismo, así como también militantes del Frente Amplio y ciudadanos en general, quienes demostraron que sí fue vista y valorada.
Además del viernes desde las 20.00 horas, el velatorio de Lili Lerena se retomó al día siguiente desde las 8.00 horas hasta las 13.00, para luego trasladar sus restos al Parque Martinelli, donde se realizó una misa íntima.
En la noche del viernes, el presidente José Mujica asistió a su velatorio pero no quiso hacer declaraciones; gtambién se hicieron presente los expresidentes Tabaré Vázquez y Julio María Sanguinetti. El político colorado expresó que “era una mujer inteligente que la vida hizo sufrir porque tuvo que acompañar a Seregni en todas sus peripecias. Lo hizo con lucidez, devoción y firmeza. Le tuvimos siempre un gran respeto”.
Por su parte, el senador nacionalista Sergio Abreu destacó que “no estaba subordinada a ninguna otra cosa que no fueran sus valores”, manifestando que el momento “no es para levantar las banderas de los partidos sino para compartir los valores que ella representaba con tanta autenticidad”.
Es que Lili tuvo la virtud de pensar sin los colores de los partidos políticos porque “mientras se están poniendo los ladrillos para levantar las paredes, ¿hay que preguntarle al compañero a qué partido pertenece? No, hay que levantar la pared. Después discutimos”, decía.
“Fue una luchadora”, aseguró la senadora y actual primera dama Lucía Topolansky, “esa gente que no tenía enemigos y que dejó su huella en la vida. 96 años dedicados a los demás (…) una vida que sirvió. Se puede militar desde muchos lados y yo creo que ella en ese acompañamiento al general pero también al Frente Amplio, hizo una militancia de puntal y de soporte muy importante”.
“Hizo una magnifica demostración de categoría humana en las buenas y en las malas, particularmente en las malas, cuando tuvo que soportar once años de separación injusta respecto al gran compañero Liber Seregni”, expresó el vicepresidente de la República Danilo Astori, agregando que “merece el recuerdo muy gozoso, por eso hablo de celebración”.
La página del Frente Amplio afirmó que ella “fue sostén y referente de la lucha y la resistencia, en los momentos difíciles de la prisión de Líber y gran impulsora de todo lo que sucedería luego de su liberación. Su temple, entereza y abnegado sacrificio abonaron el acceso del FA al gobierno, y pudo verlo triunfar en 2004, sólo unos meses después de que falleciera el General”.
Lili Lerena nació el 29 de diciembre de 1915 en Sarandí Grande. De familia blanca, se casó en 1941 con un estudiante de la carrera militar y de extracción batllista, quien se convertiría en fundador y líder histórico de la coalición de izquierda Frente Amplio. Con él tuvo dos hijas, Bethel y Gissel, y dos nietas; compartiendo su vida con él por 63 años hasta su fallecimiento en julio de 2004.
Primero fue la mujer “de un estudiante de la carrera militar, después la mujer de un general de la República, de un político que lideró el Frente Amplio, candidato a la presidencia, para luego ser la esposa de un preso político, también en la decisión de abandonar la presidencia del Frente Amplio y dedicarse a la investigación académica para hacer aportes al país. De todos ellos- dijo en una entrevista con la periodista Blanca Rodríguez -me enamoré”.
Durante los once años que su esposo estuvo preso durante la dictadura militar, fue su constante apoyo y siguió la militancia de su marido hasta su liberación en marzo de 1984. En 1982 realizó una gira internacional reclamando su libertad y la apertura democrática en Uruguay. En las elecciones internas de ese año, sacó clandestinamente de la cárcel los escritos de Seregni donde convocaba a los frenteamplistas a votar en blanco en las elecciones internas de los partidos políticos, en las que no participaba el Frente Amplio. Gracias a esto, 85.515 personas votaron en blanco esa vez. Tras la muerte de su esposo en 2004, diría en una oportunidad: “todavía no me acostumbre a que no este Seregni. No me lo puedo imaginar muerto”.
Siempre estuvo comprometida con los temas del país. “Le apasionaba la política y opinaba con libertad sobre esos temas que le importaban”, declaró Blanca Rodríguez, concluyendo que “hoy se va una representante de una generación que le dio a este país un sello peculiar y se va una mujer integra que decía que había tenido una vida muy feliz y que la volvería a elegir si pudiera en cada uno de sus capítulos”.
Para la intendenta de Montevideo, Ana Olivera, “en estos últimos meses ella se estuvo despidiendo de todos nosotros. Nos estuvo llamando, nos estuvo invitando a la casa”.
Sin duda alguna, como manifestó Danilo Astori, “la vamos a recordar mucho tiempo, la vamos a llevar en el corazón como también llevamos a su compañero de toda la vida”.
Gabriel Ferreira
 
 
 

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