Fachada del centro SACUDE. Foto: Sebastián Bustamante.

Una niña llora en la puerta, su pelo rubio cae sobre los hombros, sus mejillas llenas de tierra revelan una tarde de juegos; su dedo índice queda babeado por la tristeza de quedarse solo para volver a su casa. Pregunta a quien pasa si sabe dónde está su hermano. Cuando encuentra la complicidad de esperarlo junto a alguien, frena el llanto e interrumpe la charla con un “yo quiero mucho a mi hermano”. Una vecina que sale con otros tres niños la nombra y la invita a llevarla a la casa. El Centro SACUDE es así: niños, padres, coordinadores municipales y vecinos solidarios que generan mayor integración mediante actividades de salud, cultura y deporte en el barrio Casavalle y sus alrededores.
El SACUDE abrió sus puerta en el año 2010 en el marco del Programa de mejoramiento de barrios (PMB) del Ministerio de Vivienda. Los impulsores fueron los vecinos beneficiados con el programa para regularizar la situación de asentamientos de la zona. Para recibir el préstamo que les permitió una mejora en los servicios públicos y en sus casas, se les obligó a donar el 10% para un centro que promoviera la integración social. Tras varias reuniones, decidieron donar un 40%, para reciclar y agrandar el antiguo Club Municipal de la calle Los Ángeles. “Las casas las mejorábamos nosotros, como veníamos haciendo, lo que era urgente era tener un lugar para sacar a los gurises de las calles”, aseguró Marina, referente de los vecinos del asentamiento Curitiba, adyacente al SACUDE.
Para sacar a los gurises de las calles se adjuntó a la policlínica comunitaria, perteneciente al Club Municipal, la infraestructura necesaria para actividades de cultura y deporte. Hoy cuentan con atención de primera asistencia enfocada a embarazadas y niños, con talleres de teatro y música, seguimientos escolares y cancha cerrada para practicar fútbol, basketball y gimnasia. Los cupos se llenan enseguida y mes a mes son más los vecinos que se acercan: niños, jóvenes, algunos no tanto, y de la tercera edad, interesados por las  actividades especiales para ellos.
El centro es cogestionado por la Intendencia de Montevideo y los vecinos. Germán De Giobbi es el coordinador general de las tres áreas, las que  se organizan en comisiones integradas por un funcionario municipal y un referente de cada una de las zonas. Son elegidos cada dos años en elecciones abiertas y la próxima se realizará en diciembre.
La comunidad aprobó la gestión luego de superar los descontentos generados en la inauguración cuando, por medidas de seguridad del BID, no dejaron ingresar a algunos de los vecinos, que luego no fueron más. Para que retornaran, De Giobbi procuró que se vuelvan a sentir identificados como lo hacían antes con el Club Municipal. Se pintó el lugar con los mismos colores, se promovieron jornadas y se fortalecieron los canales de comunicación entre los gestores y los vecinos.
Las iniciativas para la integración fueron tan exitosas, que hoy no son suficientes los recursos humanos porque cada vez se acercan más jóvenes de la zona y del resto de Montevideo. Por tal motivo, buscan generar más ingresos mediante tres medidas: incentivo cultural mediante un acuerdo con empresas que les exoneren hasta un 70% de sus impuestos, si lo invierten en el centro; la búsqueda de sponsors que paguen por publicidad en los alrededores; y generar una asociación civil para que los vecinos generen fondos con ventas en las actividades que organicen.
En la noche, el Centro que ocupa la superficie de dos manzanas ,queda sin custodia ni alarma. Los vecinos de todas las edades lo protegen y nadie lo ataca. Se valora como dinamizador de las relaciones de la población del barrio. Fernando Cabezudo, coordinador del PBM, lo mostró como un ejemplo del trabajo en conjunto de los organismos públicos con los vecinos. Cabezudo  explicó que queda demostrado que los procesos sociales, para que den resultado, se deben dejar leudar como el pan. Lo ejemplificó con esta experiencia que es un trabajo vecinal que se viene gestando desde hace años y que solo necesitaba un impulso para que se articulara mejor la integración. Es el resultado de una política que no apuesta solo a un shock que erradique los asentamientos, sino a un fortalecimiento de la convivencia y ciudadanía.
Sebastián Bustamante


 

FacebookTwitter