Desde México y vía teleconferencia, el poeta Juan Gelman declaró ante la jueza María del Carmen Roqueta. Gelman brindó detalles de la búsqueda de su nieta Macarena, hija de Marcelo Gelman y Claudia García Iruretagoyena desaparecidos en la dictadura militar.
Un cable en inglés, el llanto de un bebé, mamaderas que pasaban, el testimonio de un represor, la información sobre una familia y finalmente el dato de una niña en una canasta a la que llamaron “regalo de navidad”, aunque su verdadero nombre es Macarena. Con esas pistas luego hubo que realizar una prueba de ADN para confirmar las sospechas: “era mi nieta”; así lo contó Gelman a la jueza.
El cable en inglés data del año 1977. Corría el mes de mayo y Juan Gelman se encontraba exiliado en Roma. Un militar le afirmaba a un obispo que Marcelo Gelman estaba vivo, al igual que su esposa Claudia, quien había tenido un bebé. Así, Juan se enteraba que era abuelo pero aún no podía determinar si era una niña o un varón “porque el cable venía en inglés: a child was born”.
Las detenidas que sobrevivieron a la barbarie fueron los ojos del poeta en aquellos momentos después del nacimiento. Ellas “oyeron el llanto de un bebé cada tres horas y vieron pasar mamaderas”.
El represor Eduardo Ruffo, conocedor del llamado primer polo del Plan Cóndor en Automotores Orletti, casi confirmaba las sospechas. “La vivienda la compartían militares argentinos y uruguayos, ahí había canjes o trueques y muy probablemente mi nuera embarazada hubiera ido a parar a Uruguay.”
Luego llegó la información sobre dónde podía estar el fruto de aquel amor puro entre Marcelo y Claudia. Y nuevamente lo turbio: “estaba en una familia de una persona que tenía un cargo importante en el gobierno de Sanguinetti, era el jefe de policía del departamento de San José, Ángel Touriño.”. Fue una vecina quien oficializó lo que el barrio denominó el “milagro de la Navidad”, ya que “los Touriño eran un matrimonio de edad y la señora deseaba un niño con mucha fuerza cuando recibieron una niña en una canasta”.
Finalmente una reunión en la que se mezclaba la felicidad con el horror. Los abuelos felices de haber encontrado a su nieta, la propia Macarena, y Pablo Galimberti. Este último fue obispo y confesó la verdad sobre los Touriño.
Mi nieta me preguntó si estaba seguro y le dije que tenía 99 por ciento de seguridad, pero la certeza era un ADN, y si estaba de acuerdo lo hacíamos. Me dijo que sí, por supuesto.”
¿Y ahora?
Además de la cronología realizada, Juan Gelman se mostró firme en sus convicciones al insistir en que se trató de un secuestro de vientres. “Fue un acuerdo entre los militares argentinos y uruguayos, que estaban al mando del teniente José Nino Gavazzo, que en ese momento se encontraba en Orletti. No sé cuál es la contraparte del favor, pero yo pienso que mi nuera era joven, 19 años, muy bonita, no la trataron mal, no la torturaron y cuando estaba a punto, a los ocho meses y medio, la trasladaron a Uruguay”.
En cuanto a si su hijo y su nuera tenían militancia política, el poeta dijo desconocer al respecto y agregó que “aunque la tuvieran, me parece que el procedimiento para juzgar conductas impropias por parte de la ley no era el secuestro ni el asesinato. Estoy seguro que mi nieta no estaba en ninguna militancia política porque estaba en el vientre de su madre”.
Por otra parte ratificó su denuncia al Partido Colorado y a Julio María Sanguinetti por entender que el ex presidente “fue alertado de la búsqueda y protegió mientras pudo al apropiador de Macarena, Ángel Touriño”.
Acerca de su nieta destacó que “ha tenido una actitud muy destacada en la búsqueda de los restos de su madre, debido a que está de acuerdo en la importancia de que descansen al lado de los de su padre. Los restos de mi hijo fueron enterrados y ahora tienen un lugar de memoria, con una historia que se recupera en la lápida”.
Pablo Dominitz

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