El Bola festejando un gol con Martin Gracia. Fot: estoespeñarol.com

Nacido en Cerro Largo, el ex jugador y actual entrenador de la sexta división de Peñarol, Robert “el Bola” Lima, charló con Sala de Redacción acerca de su carrera y de sus planes a futuro como director técnico de fútbol. Su sueño siempre fue jugar en primera con Peñarol, y a sus 21 años tuvo la suerte de defender al equipo mirasol durante su segundo quinquenio obtenido (1993-1997). Confesó que el mismo lo “marcó mucho después de haber dejado el fútbol porque la gente te lo reconoce, y eso es muy gratificante”. “El Bola” se ganó el cariño inmenso de toda la hinchada debido a un rasgo que lo caracterizó como jugador: jamás dar una pelota por perdida, y jugar cada partido como si fuese el último.
– ¿Cómo fueron sus inicios como futbolista?
– Mi carrera comienza en Cerro Largo, desde chico jugué en juveniles. Después de ahí, me vieron jugando un campeonato nacional de clubes del interior, y a los 16 años me vine para Montevideo a jugar en las juveniles de Peñarol.  Tuve un pasaje por Argentina en Chacarita Juniors, después por Perú en el Sporting Cristal, y luego por Honduras en Olimpia. Fueron experiencias nuevas, vivencias y costumbres diferentes.
– ¿Qué diferencias encontró entre el fútbol uruguayo y el del exterior?
– Es muy diferente. Porque, por ejemplo, el argentino es más dinámico, es otro tipo de organización. El fútbol uruguayo es mucho más lento. También había una gran diferencia en lo que tiene que ver con las canchas y con los centros de alto rendimiento que son mucho mejores afuera. Con respecto a Perú también, es más técnico y dinámico, no tan de fuerza como es el nuestro.
– ¿En qué equipo de primera división le gustó más jugar? ¿Por qué?
– En Peñarol. Sin dudas, porque más que nada es un equipo que me marcó, en donde pude conseguir logros, compañeros, amigos. Y fue el club en donde estuve más años, estuve 14 años.
– ¿Qué recuerdos  se le vienen a la mente cuando piensa en el quinquenio con Peñarol? ¿Qué significó el mismo en su vida?
– Sin dudas que recuerdos muy lindos, porque fue el segundo que se logró en la historia del club. Además, también me marcó mucho después de haber dejado el fútbol porque la gente mismo te lo reconoce, y eso es muy gratificante para uno.
Por ahí año a año uno no le daba tanta importancia, porque en Peñarol tenés la obligación de ganar todos los campeonatos que juegues. Cada año fue diferente, desde 1993 a 1997. Arrancamos en el 93’ con Gregorio Pérez, y cada año el campeonato tuvo un condimento diferente. Tuvimos mucha exigencia, en dos oportunidades nos sacaron doce puntos en cada campeonato por problemas de las hinchadas, tuvimos que remar contra eso. Pero cada año tuvo algo diferente, por eso le doy la importancia a cada uno de esos años.
– ¿Considera que cometió errores durante su carrera?
– Uno de ellos fue cuando tuve una lesión de rodilla, una tendinitis. Por ahí capaz cuando uno es jugador lo único que quiere es poder jugar, y antes se usaban mucho las infiltraciones. Y eso creo que me perjudicó un poco. Ahora, después de que te pasan las cosas te das cuenta y no lo haría. Jugar infiltrado es muy perjudicial y para nada recomendable, pero uno en esa época era chico, quería jugar y no importaba a qué costo.
– ¿Cuáles cree que son los cuidados que un jugador profesional debe tener para alcanzar su mejor rendimiento?
– Sin duda que es el cuidado personal, porque el jugador en el entrenamiento está dos horas. Las otras veintidós horas está en su casa fuera del entorno de entreno, entonces es muy importante el cuidado personal, la buena alimentación, y para el mejor rendimiento de su cuerpo el descanso es fundamental.
– ¿Qué fue lo que lo llevó a tomar la decisión de dejar de jugar?
– Lo que pasa es que en el fútbol que vivimos nosotros es complicado. Yo como referente del equipo de Cerro Largo me peleaba con los dirigentes por el tema del cobro de sueldos y eso no le gustaba a nadie. El chocar con los dirigentes no me gustaba. Entonces creo que ese desgaste que tuve también me influenció a la hora de dejar, me obligó a repensarlo y a dejar la carrera un poco más rápido.
– ¿Qué planes tiene para el futuro?
– Actualmente soy el técnico de sexta división de Peñarol, ya hace 4 años que estoy en el club. Mi meta es poder llegar a primera división. Es un camino largo, y por suerte Peñarol me abrió las puertas para poder empezar desde abajo, ganando experiencia de a poco.  Y tampoco me apuro, lo importante es seguir haciendo esta carrera que me apasiona y me gusta. Y si el día de mañana se da la oportunidad de llegar a primera división quiero poder estar preparado.
– ¿Qué opinión tiene acerca de los actos de violencia que se dan regularmente en el los espectáculos deportivos?
– Y… se dan. Tanto en el fútbol como en el básquetbol. Es muy común dentro de la sociedad en la que estamos viviendo, una sociedad violenta, y el deporte no escapa a eso. Y yo creo que se puede volver atrás, hay que meterse en temas políticos más profundos, porque todos sabemos quiénes son los violentos. Es cuestión de ir más profundo en el tema.
– ¿Qué mensaje les daría a aquellos jóvenes que aspiran a ser en un futuro jugadores profesionales?
– El consejo que yo siempre les doy a los chicos es que sigan soñando, que los sueños se hacen realidad y que deben seguir peleando por ellos. Que nunca bajen los brazos y tengan los objetivos claros. En el camino se van a encontrar con un montón de obstáculos, pero deben seguir adelante siempre, dar todo de ellos y pelearla porque después van a ser recompensados.
Romina Fierro

 

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