SEAN LOS ORIENTALES TAN ACEITOSOS COMO…


La Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA, dependiente del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente) investiga al director de la división de Impacto Ambiental por su doble vinculación, como representante del organismo y a la vez como asesor de la empresa Cereoil,  implicada en el polémico caso de instalación de una planta aceitera en Playa Agraciada, departamento de Soriano.
Andrés Saizar, quien en 2004 fue director de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) y forma parte del MVOTMA desde 1996, ocupa desde fines de 2012 el cargo de director de la División de Evaluación de Impacto Ambiental, y hoy se encuentra en la mira. En 2013 Saizar fue quien firmó como funcionario de DINAMA la autorización que habilitó -bajo la categoría B- la ejecución del proyecto de la aceitera de Cereoil. La implicancia, que fue sugerida días atrás por el semanario Eco de Nueva Palmira, surge porque en 2012 participó de la presentación del emprendimiento ante la Junta Departamental de Soriano, en este caso como asesor de la empresa.
Sala de Redacción se comunicó con Saizar y obtuvo la confirmación de su participación en la presentación del proyecto en Soriano; comentó que fue “a acompañar” porque “tenemos amigos en común”.
A su vez, no es sólo el nombre de Andrés Saizar y su implicancia en los “dos bandos” lo que cuestiona el porvenir de este proyecto. También existen otros cuestionamientos sobre asesores de la empresa involucrados directa o indirectamente en el gobierno, y los hilos que se han movido desde el comienzo. Es el caso de Ernesto Kreimerman, hermano del ministro de industria Roberto Kreimerman, a quien si bien no se le puede atribuir que haya ejercido influencia sobre su hermano, las palabras expresadas por el intendente de Soriano, Guillermo Besozzi -a un grupo de vecinos que luchan contra la instalación del proyecto en tierras declaradas patrimonio histórico y recogidas por el semanario El Eco-, expresan otra cosa. El Intendente comentó que este proyecto era “imposible pararlo”, porque venía con línea de arriba. “Detrás de este proyecto está Ernesto Kreimerman, que es hermano del ministro de Industria, y también Diego Cánepa”. Por eso “tiene línea directa con el Consejo de Ministros”. Consultado por SdR, Ernesto Kreimerman se mostró sumamente molesto:  argumentó que asociarlo con su hermano en términos de negocios “es ofensivo” : el asesor de la aceitera dijo que “es para nabos el que dijo eso”, “es una afirmación estúpida”. Aclaró que él no tenía nada que ver con el gobierno ni con su hermano, “más allá de compartir padre y madre”.
Otro elemento singular es la participación de Gerardo Rey, secretario de la presidenta del Frente Amplio Mónica Xavier. Rey viajó expresamente a Mercedes cuando se puso a votación el proyecto en la Junta Departamental; sólo tres frenteamplistas se habían manifestado a favor del boleto de reserva.
El escándalo de implicancia se suma a un debate que comenzó meses atrás en torno a la posible venta de una zona entendida como patrimonio histórico nacional para la instalación de una aceitera.
¿Progreso?
“Sí a la producción y a la aceitera, pero no a la venta del patrimonio”. Este es el lema con el que un movimiento de vecinos se opone a la localización de una planta aceitera procesadora de soja en la zona histórica de la Playa Agraciada.
El lugar elegido es el Parque Nacional Juan Antonio Lavalleja. Este parque está ubicado en el área conocida como Playa Agraciada o Playa Treinta y Tres, que comprende además El Higuerón, lugar del emblemático desembarco de los Treinta y Tres Orientales el 19 de abril de 1825. Pero además incluye el edificio del Casco de la Estancia Ordoñana o Casa Blanca, donde Juan Manuel Blanes pintó su histórico cuadro en 1877 representando el Desembarco. Toda esta área es considerada Patrimonio Histórico Nacional por la Comisión del Patrimonio, creada por el Ministerio de Educación y Cultura (MEC).
La planta de la empresa Cereoil SA tiene previsto -en su proyecto presentado a la Junta Departamental de Soriano en julio de 2012- un muelle de carga y descarga, un centro logístico y una planta aceitera. La zona prevista para la instalación es aledaña a la Playa de la Agraciada y específicamente en el padrón 4264, que corresponde al Parque Nacional Juan A. Lavalleja. Es así que en los últimos meses se ha generado una gran controversia entre algunos de los gobernantes que apoyan el proyecto y los ciudadanos organizados que defienden el patrimonio; tal controversia impuso que hoy se esté reviendo su localización.
Respecto a la importancia de este proyecto, el presidente José Mujica declaró: “Queremos que se instale cuanto antes, sea ahí o en otro lugar”, y a partir del debate que generó su ubicación afirmó que “el Instituto Nacional de Colonización tiene un predio algo más arriba”. Ante los comentarios de Mujica y las interrogantes que generó en los vecinos, el presidente de Colonización, Andrés Berterreche, hizo saber a SdR por intermedio de un funcionario que no hay una versión oficial y “son cosas que se hablan, pero no hay nada concreto”. Sin embargo, el propio Berterreche había declarado al diario La República que se está realizando un estudio sobre tierras improductivas “para ser vendidas en régimen de licitación o remate público”. Entre ellas se encuentra  un predio ubicado a poco más de siete quilómetros al norte de la playa Agraciada.
Luego de varias reuniones, y de otras tantas idas y venidas, la Junta Departamental no llegó a reunir los 21 votos necesarios para aprobar el boleto de reserva del padrón, que habilitaría la realización de estudios y la solicitud, por parte de la empresa, de los permisos pertinentes a todos los ministerios involucrados. Como la potestad de revocar el título de Patrimonio Histórico al predio lo tiene únicamente el MEC, y dado los problemas que han surgido en la deliberación de la Junta, se resolvió que fuera el ministerio el que se encargue de la primera etapa. En el caso de que el MEC apruebe desafectar el predio, el proyecto será retomado por la Junta.
Por su parte, la DINAMA ya ha aprobado el proyecto y es la primera autorización que posee el emprendimiento. Alberto Quintela, director general de la Comisión del Patrimonio, expresó a El País una preocupación en el plano cultural: “Es un proyecto que está en el parque Juan Antonio Lavalleja. La Comisión está seriamente preocupada porque es un sitio importante del patrimonio cultural. Es un lugar que está en el imaginario de los uruguayos por el desembarco de los Treinta y Tres Orientales”.
Lo productivo
La planta aceitera procesará el 68 por ciento de la producción de soja del país, lo que equivale a 3 mil toneladas diarias, y se focalizará en la exportación. Además, Lucía Viana, directora de Cereoil, informó en 2012 acerca de las cifras que aportará la planta a nivel nacional. Las exportaciones de aceite y harina de soja representarán 539 millones de dólares anuales. Asimismo se prevé que se crearán de 120 a 130 nuevos puestos de trabajo directos. Según el proyecto presentado, se buscará fomentar aspectos turísticos y productivos del área a través del Programa Integrado de Turismo, Patrimonio y Ambiente. Esto incluye un museo en la Estancia Ordoñana, un hotel de tres estrellas y un recorrido temático por la costa del Río Uruguay.
Lo dudoso
Entre los vecinos la situación sigue siendo de alarma y dudas, sobre todo porque los datos sobre el emprendimiento aún no son claros y han generado más de un entredicho en los distintos medios de comunicación. Según informó a SdR Ángel García, presidente de la Junta de Departamental de Soriano, en el momento en que ellos tuvieron que votar a favor o en contra del boleto de reserva para la venta del terreno en cuestión -en su caso a favor- no sabían que había una segunda opción. “Para mí, si se hace en otro lado, mejor”, comentó. Pero oficialmente no existía una zona alternativa cercana a la playa Agraciada, a diferencia de lo expresado en varios medios, sobre un predio perteneciente al Instituto de Colonización al norte de ese lugar.
La información parcial y la falsa información condicionaron el proceso desde el comienzo. El intendente Besozzi, del Partido Nacional, fue quien tomó la iniciativa de “poner el proyecto sobre la mesa”, pero resultó esquivo respecto de los fines: en una primera instancia le manifestó al presidente de Colonización que los predios se usarían para “emprendimientos turísticos y esparcimiento” y para “realzar el atractivo histórico de la zona”. Más tarde aseguró que “si la Junta vota por No, se acaba el tema”, a pesar de lo cual el proyecto siguió en carrera, ahora en la órbita del MEC.
El plan de instalar una aceitera en Playa Agraciada contó con el apoyo de los ediles blancos, excepto Fernando Vélez, quien se opuso tenazmente a la venta de padrones que integran el patrimonio histórico nacional. Los ediles del Partido Colorado han exhibido en todo el proceso una postura de rechazo unánime. Y una mayoría de ediles frenteamplistas también mantuvo su negativa a aprobar el proyecto a pesar de las gestiones de Gerardo Rey, quien ante la bancada de ediles de la coalición había expresado: “¿Se imaginan el papelón que podemos hacer si a los problemas de comunicación le sumamos que nosotros desafectemos el padrón y ustedes no lo voten?”, según consignó el diario Crónicas de Mercedes.
A diferencia de otros emprendimientos productivos, en este episodio no confluyeron ni ambientalistas ni radicales. A pesar del incentivo de la creación de una fuente de trabajo, la principal razón de la oposición popular al proyecto radica en el sentimiento que inspira el lugar histórico y el rechazo que provoca su profanación.
Quizás el escándalo de la implicancia del alto funcionario de la DINAMA –sujeto a una investigación administrativa- obligue a considerar la alternativa sugerida por el propio presidente Mujica.
Macarena Vico / Nicolás Ferreya
 

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