La semana de turismo suele ser la que más movimiento interno genera en el país durante el año. Las circunstancias excepcionales de esta temporada, sin embargo, redujeron significativamente el número de turistas. Aun así, los habitantes de los puntos más visitados del país ven con preocupación la llegada de los viajeros, principalmente por temor a que el Covid-19 se propague con mayor velocidad producto del movimiento de gente.

Si bien el gobierno ha desalentado el turismo a través de diversas medidas y exhortó explícitamente a no salir en esta semana, en las rutas nacionales se notó mayor movimiento que semana atrás, por ejemplo en los accesos al este.

En Maldonado, las autoridades vallaron desde este lunes los más de 100 kilómetros de playa que tiene el departamento. La decisión fue tomada por el intendente de la localidad, Jesús Bentancur, en conjunto con el ministro de Defensa, Javier García, con el fin de evitar aglomeraciones de aquellas personas que no acataron las indicaciones del gobierno, según consignó La República. 

Lorena, residente de Piriápolis, contó a Sala de Redacción que “muchísima gente ha venido a pasar la semana de turismo acá”. Dijo, además, que el movimiento se nota “sobre todo en los supermercados”, y que el fin de semana aumentó “el flujo de autos en las rutas de entrada al balneario”.

Explicó que la principal preocupación en la localidad es que los visitantes “puedan estar enfermos y ser asintomáticos”. Además, opinó que los servicios de salud allí “no están preparados para internaciones y asistencia a muchas personas. Creo que ni siquiera podría atendernos a los pobladores si enfermáramos muchos al mismo tiempo”, agregó.

Aún así, no ha habido un reclamo formal por parte de ciudadanos del departamento, según dijo la residente, y estimó que en su mayoría las personas que ingresaron son propietarios de casas en la zona o gente que alquiló a particulares.

En tanto, en Colonia fueron cerrados todos los lugares públicos emblemáticos del territorio, y sólo cuatro de los 50 hoteles que hay permanecen abiertos, según informó Teledoce. Según contó a Sala de Redacción Guillermina Galmes, residente de Nueva Palmira,  en las calles “casi ni se ve gente” y quienes están a la vista son pobladores de la zona. “La zona de las dársenas, donde atracan las lanchas argentinas, está cerrada como también otros lugares donde siempre se concentran turistas”, añadió.

En Rocha, Canelones y Montevideo también se tomaron medidas como el cierre de playas.  En la capital, además, se encintaron todos los juegos saludables de la rambla y se puso un vallado en la pista de patinaje del Parque Rodó.  

El ministro de Turismo, Germán Cardoso, dijo que “si hay una playa encintada, obviamente una persona que va y rompe esa norma, rompe esa faja o pasa por debajo, está incurriendo en un delito de desacato”, según consignó El País. Para esto existen “multas y otras sanciones previstas; el gobierno departamental, dentro de su jurisdicción y al amparo de lo que es la Ley de Autonomía Departamental, tiene competencia para tomar definiciones para hacer cumplir las normas”,  indicó en el programa radial Doble Click de Del Sol Fm.  

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